Retos para las inversiones TIC de la Administración Pública

El Ránking que cada año viene publicando COMPUTERWORLD sobre resultados obtenidos por compañías de nuestro sector -referido a las 100 con mejores facturaciones- despierta el comprensible gran interés por comprobar qué tipo de sorpresas, y en qué conceptos, se pueden encontrar. Por ello, después de una obligada primera lectura, se realizarán otras varias donde predominarán los análisis, y se obtendrán las oportunas conclusiones. Sin embargo, al observar con minuciosidad el ranking que recoge resultados correspondientes a 2009, habrá que considerar el sesgo de partida propiciado por la imparable recesión. La anómala situación económica provocada ha influido notablemente en todos los proveedores ya que, incluso aquellos que pueden mostrar, y alardear, de cifras envidiables, podrían haber completado mejores resultados con una economía normalizada. Todas las compañías han hecho los deberes lo mejor que han podido, puesto que la secuencia de escollos de toda índole que han tenido que salvar para reconducir la situación, han sido demasiado persistentes y dificultosos en la mayoría de las ocasiones, con el agravante de no vislumbrarse, todavía, solución de continuidad. Por lo tanto, al analizar el ranking que presentamos este año, habrá que estar bien informado para detectar, o intuir, las causas por las que algunas compañías han conseguido salvar los muebles de manera aparentemente convincente, cuando se estimaba—los profesionales que saben moverse tienen bastante bien cogido el pulso de los aciertos y fracasos de la competencia—que los resultados deberían ser malos, o muy malos.

Facturaciones en 2010
Viendo nuestro ranking del presente año, el impulso inmediato es pensar si va a persistir la debacle recesionista, o se advierte ya algún indicio que permita aferrarse al optimismo y dibujar, para los próximos meses, un horizonte menos perturbador que invite, espoleado por la necesidad, a un amable optimismo. Obviamente, cualquier signo en esta dirección tiene que provenir, indefectiblemente, de un Ejecutivo que tiene la obligación de velar por los intereses de los ciudadanos y de las empresas en las que estos desarrollan su profesión. Sin embargo, los reiterados testimonios que está dando el Gobierno en materia económica, de su falta de sensatez, ausencia de coherencia, y no fijar un rumbo concreto, no aporta motivos esperanzadores -sino, todo lo contrario- para que los proveedores de nuestro sector tengan la oportunidad de mejorar, durante 2010, los resultados obtenidos en 2009. No hace falta ser reiterativos recordando las negaciones de la mala situación económica, mentiras y equívocos proferidos desde el Gobierno al comienzo de la crisis, y repetidos hasta la saciedad durante todo el tiempo de duración de la recesión en la que estamos inmersos, basta con considerar informaciones de los últimos tres meses, para estar en disposición de poder estimar por qué parámetros se van a mover las facturaciones de los proveedores, durante 2010, que aparecerán en nuestro próximo ranking. Para mayor precisión, focalicemos las previsiones presupuestarias en la Administración General del Estado (AGE) porque, tradicionalmente, el Sector Público representa para los proveedores un buen tablón de salvación en coyunturas económicas duras y, en cualquier circunstancia, un aliciente especial para tener la oportunidad de maquillar cuentas de resultados. En esta tesitura, al demasiado recorte en los Presupuestos TIC para 2010, hay que añadir el recorte del gasto, en general, para el conjunto de las Administraciones Públicas -desde ahora, hasta 2013- de 50.000 millones de euros, habiéndose aprobado un plan de acción inmediata que reducirá, en 5.000 millones de euros, el Presupuesto recientemente aprobado para 2010. Falta por concretar, una vez conocida la incidencia del recorte en cada Departamento, cómo afectará a cada una de las direcciones generales y, más concretamente, a las subdirecciones TIC.

Falta de recursos TIC
El nerviosismo por reducir gastos en la AGE, por parte de los políticos, se está realizando de forma casi compulsiva, a juzgar por los efectos, afectando, incluso, a suscripciones a periódicos. El desasosiego por intentar reducir gastos está evidenciando, además de escaso dominio y control de la situación, una total ausencia de rigor profesional, cuando son las TIC las directa, o indirectamente, afectadas. Porque, es una temeridad, que con la manifiesta escasez de especialistas TIC en la AGE, sean cicateros los políticos con las cantidades presupuestarias destinadas a contratación de asistencia técnica -que es la fórmula encubierta para contratar profesionales informáticos en número imprescindible para desarrolla todas las funciones, y llevar a cabo proyectos, bajo la responsabilidad de los Subdirectores TIC de cada Ministerio- dando de baja, incluso, a profesionales de compañías proveedoras que venían trabajando con asiduidad -algunos durante años- en diferentes Departamentos. Y los que han aprobado el documento sobre medidas de austeridad que ineludiblemente deben ponerse en marcha en la campaña sobre reducción de gastos deberían considerar que algunas de sus propuestas -por ejemplo, la aplicación de estrategias restrictivas en las ofertas de empleo público, o la racionalización de los recursos humanos- no deben, o no se pueden, aplicar en los entornos de especialistas TIC. Porque se requiere un mínimo de recursos humanos en esta línea para hacer lo que hay que hacer, cada día, con garantías de seguridad y de eficiencia -sin iniciar, por supuesto, ningún nuevo proyecto-; y porque, en cualquier tipo de racionalización de recursos humanos en la AGE, es muy difícil que los entornos de especialistas -en este caso los TIC- puedan ser ayudados. Una vez más -y desgraciadamente parece que no será la última- invoquemos al Ejecutivo sensatez, coherencia, y rumbo fijo, en las planificaciones y en la ejecución.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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