Retina de microchip (El País 1-12-93).
Las máquinas y los robots pueden hacer ya casi de todo, y, quizás, en pocos años, hasta ver con sus propios ojos. Esa es, al menos, la intención de un grupo de científicos australianos que ha logrado, después de tres años de trabajo, convertir un microchip de arseniuro de galio en un ojo para robots capaz de interpretar las imágenes que tiene delante, de la misma manera que lo haría el ojo de un insecto. El ingenio, bautizado como chip retina, está formado por un panel de 60 detectores de luz conectados a 22.000 transistores. Fue probado el pasado mes de octubre experimentalmente en un brazo articulado que fue capaz de detectar los objetos que se le aproximaban y reaccionar en 10 milésimas de segundo. Este sistema de visión artificial, dicen los investigadores, es muchísimo más rápido que los que se utilizan hasta ahora basados en lentes que imitan al ojo humano, que necesitan una gran capacidad informática para interpretar cada imagen y, además, son muy lentos. El nuevo chip está basado en la misma arquitectura de trabajo que emplean los ordenadores en paralelo, y es capaz de detectar, según sus creadores, los movimientos de una mosca.