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¿Qué aporta la tercera generación frente a lo que ofrece GPRS o Wi-Fi?

UMTS y las otras tecnologías de comunicación móvil

Navegamos hacia un mundo en el que las tecnologías tienen que ser cada vez mas transparentes, un mundo donde las distintas soluciones tienen que pasar desapercibidas al usuario. ¿Televisión a través de Internet? ¿Internet a través de la televisión? ¿Internet desde el móvil? ¿Telefonía y voz a través de Internet?
Es igual. El usuario simplemente tiene que poder acceder de manera natural e intuitiva a cualquier necesidad de información o servicio, donde quiera que esté e independientemente de la tecnología que utilice.

La telefonía móvil celular de tercera generación (UMTS -Universal Mobile Telecomunication System) no está llamada a sustituir tecnologías actualmente en uso, sino a mejorar algunas de sus prestaciones en determinadas situaciones y a complementar otras tecnologías de acceso que, de la misma forma, pueden ser mas adecuadas según el momento, el lugar o las circunstancias del usuario.
Aunque es de prever que la tecnología inalámbrica siga por detrás del cable en cuanto a ancho de banda, su gran flexibilidad y la posibilidad de movilidad que proporciona al usuario final la hace especialmente atractiva para muchas aplicaciones y contenidos. El éxito tan masivo que ha tenido la telefonía digital de segunda generación se debe, en parte, al concepto de movilidad plena que proporciona un teléfono móvil GSM.
La telefonía móvil 3G permitirá al usuario el acceso de forma ininterrumpida always-on a un abanico amplio de diferentes aplicaciones, a unas mayores velocidades de transferencia (desde 384 Kbps a 2 Mbps). Esto posibilitará la facilidad de acceder a aplicaciones multimedia que, de otra forma, no se pueden dar en GPRS, como por ejemplo el streaming de video. Sin embargo, UMTS requiere una nueva tecnología de radio (lo que supone grandes inversiones en infraestructuras) y nuevos terminales. Estos factores, junto con otros como por ejemplo el alto coste que se han pagado por las licencias, son aspectos que han ocasionado el retraso del despliegue de esta solución favoreciendo la adopción y uso de otras alternativas tecnológicas intermedias. Estas tecnologías (UMTS y GPRS) no son excluyentes entre sí; de hecho en una primera fase del despliegue las operadoras utilizarán esquemas mixtos de uso complementario, consistentes en ofrecer UMTS en los núcleos urbanos y dejar el GPRS para el resto de zonas (carreteras o grandes áreas rurales).
En este sentido, las aplicaciones que en la actualidad tienen limitaciones respecto al ancho de banda serán las verdaderas protagonistas en la primera etapa del servicio 3G. En efecto, UMTS es la evolución lógica de las redes GSM/GPRS (que ofrecen menores velocidades de transmisión de datos). Pero en realidad no hace falta esperar al lanzamiento de UMTS para poder empezar a disfrutar de algunos de estos servicios. Muchos los estamos empezando a disfrutar a través de las redes actuales. De hecho, los operadores móviles buscan que el usuario se acostumbre a utilizar estos servicios evitando así un cambio tecnológico dramático: el cambio de tecnología no tiene porqué afectarles, sino beneficiarles al aportar una mayor capacidad de acceso y de conmutación.
Por otro lado, las tecnologías de redes de área local inalámbricas (WiFi - IEEE 802.11b) han alcanzado muy rápidamente una fase de desarrollo importante a través de la progresiva implantación en espacios públicos como aeropuertos, hoteles o centros comerciales. Esta tecnología de radiofrecuencia permite, a través de pequeñas antenas, transmitir datos a alta velocidad (incluso mayor que UMTS) en un radio determinado alrededor de sus puntos de acceso (hot-spots). Pero no es una tecnología que esté pensada para trabajar en un entorno de movilidad plena. La tecnología Wi-Fi se irá imponiendo progresivamente en oficinas, en el mercado residencial, e incluso conectando algunas redes locales personales (PAN) como un servicio público. Una vez se superen los principales retos en cuanto a la seguridad de las redes Wi-Fi, tendremos también una magnífica oportunidad para que el mercado se acostumbre a los nuevos hábitos de trabajo que conllevan los nuevos dispositivos y aplicaciones inalámbricas.
En definitiva, dependiendo de cada momento, el usuario accederá a la información y aplicaciones que necesite en cada situación desde diferentes tecnologías, de manera absolutamente transparente para él. Las tres tecnologías mencionadas en este artículo convivirán durante muchos años y, en la mayoría de las ocasiones, no se conocerá con exactitud a través de qué red ni mediante qué tecnología concreta se está transmitiendo la información. El usuario, desde su terminal, sólo sabrá que dispone de un completo portfolio de servicios multimedia. Así, por ejemplo, desde su automóvil, según circule por la autopista, podrá utilizar el sistema de navegación y localización a través de GPRS, pero al entrar en la gran ciudad se conectará a través de UMTS en modo videoconferencia con la oficina de uno de sus clientes de Barcelona. Al llegar a la oficina utilizará la conexión Wi-Fi de su terminal mixto (PDA – teléfono móvil) para enviar un correo electrónico a uno de sus colaboradores, que probablemente los reciba en su terminal a través de GPRS, en la oficina del cliente. ¿Por qué no?

Sebastián Muriel, Ingeniero de Telecomunicación Gerente de PricewaterhouseCoopers

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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