¿Pueden los servicios de TI ser ecológicos?

Desde los años treinta el calentamiento global ha sido objeto de investigaciones científicas, pero no fue hasta 1985 cuando el tema saltó al campo al social. En nuestro país no sólo los ciudadanos han comenzado a pensar en verde, sino que cada vez es mayor el número de empresas y de sectores de actividad que también lo hacen. Entre ellos el de las TI, donde algunas compañías ya hemos adoptado prácticas respetuosas con el medio ambiente. Pero lo interesante del compromiso medioambiental no sólo reside en las políticas internas que ejecute una empresa al respecto, sino que el objetivo es que la propia actividad de negocio de toda compañía actúe también como correa de transmisión y propicie un mejor comportamiento medioambiental de terceros.
¿Qué ocurre entonces con los proveedores de servicios de TI? ¿Cómo aplicar el concepto de las 3R (Reducción, Reutilización y Reciclaje de recursos) a algo tan intangible como un servicio de TI, que aparentemente no genera residuos? El sector de servicios de TI puede contribuir al desarrollo sostenible a través de la planificación e implantación de los proyectos con una perspectiva ecológica, ofreciendo y proporcionando a sus clientes servicios que abarcan desde un diseño de redes e infraestructuras de comunicaciones energéticamente más eficaces hasta labores de consultoría medioambiental integradas en la implantación de los ERP o en el cambio y mejora de procesos empresariales completos. Existe además un concepto que puede resultar indisoluble del respeto medioambiental: la calidad. Al garantizar la calidad de los servicios de TI se alarga el ciclo de vida útil de las aplicaciones implantadas, a la vez que se reducen los costes de mantenimiento correctivo. Ello comporta una interesante mejora del ROI en términos de plazo para el cliente.
En un horizonte, donde las empresas van a demandar más integración en los sistemas de información con la consiguiente y creciente complejidad y dinamismo de los procesos de producción, aunar calidad del software y gestión ambiental aporta una responsable perspectiva de cómo resolver las necesidades de nuestros clientes, sin faltar al compromiso con un uso eficiente de los recursos. Un ejemplo muy ilustrativo serían empresas o departamentos de TI, fuertemente orientados a la producción de software según altos estándares de calidad y madurez. En ellas podríamos optimizar la implantación de la aproximación 3R de la siguiente forma: reducción de uso de recursos (amortización ajustada en plazo e importe); reutilización del software producido (aplicaciones utilizadas en diferentes sectores de actividad, clientes); y, reciclaje (componentes de software reutilizables en diferentes desarrollos de productos).


Julio César Álvarez es director de calidad y gestión ambiental de Steria Ibérica.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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