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Productividad TI: cuando el bosque oculta los árboles

La mayoría de los investigadores que estudian la productividad de las Tecnologías de la Información analizan los efectos macroeconómicos, pero según numerosos observadores deberían analizar también los factores microeconómicos.

Los investigadores que intentan determinar si las enormes cantidades de dinero invertidas en Tecnologías de la Información han aumentado realmente la productividad utilizan generalmente estadísticas del gobierno sobre aspectos laborales con el fin de producir estudios macroeconómicos amplios.
Sin embargo, algunos críticos afirman que esas investigaciones a nivel macroeconómico ofrecen una visión limitada de la productividad TI y no analizan factores microeconómicos como el aumento de los ingresos y la retención de clientes, que son criterios clave en una economía de la información determinada por los servicios. Estudios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad de Harvard, llegan a la conclusión de que las Tecnologías de la Información han ejercido un efecto positivo sobre la productividad de los empleados en general. Sin embargo, esta conclusión de carácter amplio no es lo bastante específica para ayudar a las organizaciones o departamentos TI en las empresas, según observadores del sector.
El problema de un estudio macroeconómico es que no es “algo que se pueda presentar a una junta de directores,” asegura Paul A. Strasmann, ex-director de información de la NASA.
El análisis a nivel macroeconómico está bien, pero no debe de obviarse el estudio microeconómico, como examinar el efecto de las Tecnologías de la Información sobre el mantenimiento y el aumento de los ingresos mediante nuevos productos y eficiencias.
Además, hay beneficios intangibles que las Tecnologías de la Información pueden ofrecer a una empresa. Por ejemplo, la utilización de tecnologías de colaboración puede ayudar a eliminar fricciones en el trabajo con los distribuidores.
Muchos usuarios coinciden en señalar que los economistas deben analizar en más detalle áreas de una compañía como la fabricación y las finanzas, para evaluar el impacto de las Tecnologías de la Información sobre los ingresos y el output o producción. El problema está en que los investigadores y economistas carecen del dinero necesario para hacerlo.
Un análisis más detallado permitiría también a los investigadores identificar problemas de productividad específicos. Por ejemplo, actividades como surfing en el Web y la mensajería instantánea ejercen cierto grado de ralentización sobre la productividad, aunque podría resultar difícil medirlo.
Los investigadores se muestran cautelosamente optimistas ante el hecho de que los estudios macroeconómicos futuros puedan medir el impacto de las Tecnologías de la Información sobre los ingresos y la satisfacción de los clientes, aunque permanecen algunos obstáculos obvios, como obtener datos corporativos relevantes.
Algunos investigadores han intentado ir más allá de los estudios macroeconómicos usuales. Strassman ha sostenido durante años que la única forma útil de determinar el impacto de las inversiones TI sobre la productividad es analizar los costes de ventas, generales y administrativos o SG&A (Sales, General and Administrative) a nivel corporativo. Unos costes SG&A más bajos podrían significar que las Tecnologías de la Información han reducido los gastos generales administrativos.
El pasado año, Strassman publicó los resultados de un estudio SG&A/productividad que realizó en colaboración con una empresa consultora americana. La evaluación de 20.000 compañías reveló que el ratio entre costes SG&A y el coste de los bienes producidos ha permanecido relativamente igual durante los 10 últimos años, lo que sugiere que “las empresas no se han convertido en más eficientes” durante la última década, a pesar de las inversiones TI.
Otros investigadores han analizado la productividad TI en sectores específicos. Los sectores de servicios, como los de servicios minoristas y financiero, representan un 80% de las compras de software y hardware, y han registrado las mayores ganancias de productividad. Al mismo tiempo, sectores productores de bienes tradicionales, como la agricultura, han permanecido por detrás en productividad porque no utilizan con tanta intensidad la tecnología.
En una encuesta de finales de los años 90 sobre proveedores low-tech del sector de la automoción, un 78% de los consultados informó que las aplicaciones TI y el comercio electrónico business-to-business habían ejercido un efecto positivo sobre la productividad. Sin embargo, cuando se les preguntó dónde habían encontrado mejoras de productividad, muchos de los proveedores de productos de automoción mencionaron la mejora de las comunicaciones –un elemento intangible difícil de cuantificar– en lugar de “métricas” más concretas como rotaciones de inventario más ajustadas o aumento de los ingresos. Cómo se pueden medir las mejoras de las comunicaciones, resulta difícil determinar el efecto de las Tecnologías de la Información midiendo una sola área, como los costes SG&A; por el contrario, hay que analizar todas las áreas en la empresa.

EL EFECTO DE RALENTIZACIÓN
El aumento de la productividad, que se define generalmente como la producción o output por unidad de input de empleado, se ha mantenido avanzando a una tasa anual de más del 4% desde comienzos de 2001, después de aumentar 2,6% por año entre 1996 y 2000, y aproximadamente 1,5% antes. Algunos economistas e investigadores sostienen que las grandes inversiones realizadas por las compañías en Tecnologías de la Información a finales de los años 90 están comenzando ahora a dar frutos y están apareciendo en las cifras de producción actuales.
Una explicación del fuerte aumento actual de la productividad es que las empresas han sentado las bases para este crecimiento hace cinco años con las inversiones en Tecnología de la Información que realizaron entonces.
Un problema de la mayoría de las investigaciones sobre productividad TI es que están basadas en comparaciones trimestrales o anuales, mientras que ciertas ganancias de productividad no se obtienen inmediatamente porque algunas inversiones TI ejercen un efecto que es más a largo plazo.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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