Plan de SI en Defensa
El Boletín Oficial del Estado ha publicado una Orden del Ministerio de Defensa por la que se aprueba el Plan Director de Sistemas de Información y Telecomunicaciones y se constituye el Comisionado de dicho Plan con las funciones de dirección, gestión y seguimiento del mismo. Se dice que el objeto del Plan Director es establecer la política del ministerio respecto de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones, determinando las necesidades y definiendo y priorizando las acciones precisas para el cumplimiento de dicha política, abarcando aspectos de carácter técnico -como son los sistemas de información, la plataforma informática, las telecomunicaciones y la seguridad correspondiente a los mismos- así como aspectos relativos a la estructura orgánica, los recursos humanos, recursos económicos, la concienciación, etc. Asimismo, se faculta al Secretario de Estado de Defensa a dictar cuantas disposiciones considere necesarias para el desarrollo de la Orden.
El contenido de la Orden ministerial puede considerarse bastante completo como base y trampolín imprescindible para intentar abordar un proyecto tan transcendental y vital en toda gran cuenta -como es un Plan Director de Sistemas de Información y Comunicaciones- que adquiere mayor relevancia y capital importancia al tratarse de una organización tan vasta y compleja como el Ministerio de Defensa. También, ante la tesitura de que podría haber cosas perfectibles con el paso del tiempo -máxime teniendo en cuenta las evoluciones tan rápidas que se producen en nuestro sector- se le otorgan facultades al Secretario de Estado para poder actuar en consecuencia. Sin embargo, algunos puntos pueden entorpecer, enturbiar, adulterar, o desviar el rumbo de la dirección adecuada, si no se les contempla con la atención que merecen y se aplican con sabiduría las medidas que requieren: afectan a la estructura orgánica, los equipos de gestión y seguimiento, los recursos humanos, y las asignaciones presupuestarias. Porque la estructura orgánica que se articule tiene que servir para solventar los temas y procedimientos con la mayor celeridad posible, hacia arriba y hacia abajo, tratando de evitar las dudas o dilaciones; los equipos de gestión y seguimiento -se llamen como se llamen- tienen que estar formados por personas que permanezcan en sus puestos el tiempo mínimo imprescindible para dominar situaciones y decidir, o colaborar en la decisión, con garantías de éxito; los recursos humanos especialistas en TIC tienen que ser suficientes para participar con eficacia en las múltiples acciones previstas, debiendo tener asegurada la continuidad, y el Departamento debe propiciar el flujo de nuevos especialistas sin solución de continuidad; como los proyectos a ejecutar serán importantes, se impone, en lógica correspondencia, la habilitación de presupuestos cuantitativamente significativos para lograr los objetivos previstos y deseados. Otra cosa sería traicionar el espíritu, y los deseos quizás, de la Orden sobre el Plan Director.
El contenido de la Orden ministerial puede considerarse bastante completo como base y trampolín imprescindible para intentar abordar un proyecto tan transcendental y vital en toda gran cuenta -como es un Plan Director de Sistemas de Información y Comunicaciones- que adquiere mayor relevancia y capital importancia al tratarse de una organización tan vasta y compleja como el Ministerio de Defensa. También, ante la tesitura de que podría haber cosas perfectibles con el paso del tiempo -máxime teniendo en cuenta las evoluciones tan rápidas que se producen en nuestro sector- se le otorgan facultades al Secretario de Estado para poder actuar en consecuencia. Sin embargo, algunos puntos pueden entorpecer, enturbiar, adulterar, o desviar el rumbo de la dirección adecuada, si no se les contempla con la atención que merecen y se aplican con sabiduría las medidas que requieren: afectan a la estructura orgánica, los equipos de gestión y seguimiento, los recursos humanos, y las asignaciones presupuestarias. Porque la estructura orgánica que se articule tiene que servir para solventar los temas y procedimientos con la mayor celeridad posible, hacia arriba y hacia abajo, tratando de evitar las dudas o dilaciones; los equipos de gestión y seguimiento -se llamen como se llamen- tienen que estar formados por personas que permanezcan en sus puestos el tiempo mínimo imprescindible para dominar situaciones y decidir, o colaborar en la decisión, con garantías de éxito; los recursos humanos especialistas en TIC tienen que ser suficientes para participar con eficacia en las múltiples acciones previstas, debiendo tener asegurada la continuidad, y el Departamento debe propiciar el flujo de nuevos especialistas sin solución de continuidad; como los proyectos a ejecutar serán importantes, se impone, en lógica correspondencia, la habilitación de presupuestos cuantitativamente significativos para lograr los objetivos previstos y deseados. Otra cosa sería traicionar el espíritu, y los deseos quizás, de la Orden sobre el Plan Director.
