Patriotismo del bueno
En esta tribuna me refiero a tecnología y negocios, y alguno se preguntará cómo puede tener cabida el patriotismo en este contexto. Lo voy a explicar. Durante parte de mis años de trabajo en HP, tuve la oportunidad de aprender cómo mi jefe, Juan Soto, entonces director general de la subsidiaria Española, añadiría a sus muchos talentos el carácter de patriota, por la forma en que peleó que la fábrica y centro de I+D de la división mundial de imagen e impresión de HP, se decidiese por España para su establecimiento en Europa. En concreto, en San Cugat del Vallés. Recuerdo la visita del entonces CEO de HP Lew Platt y de la presencia de Jordi Pujol en la tarima de protagonistas mientras Juan Soto estaba, tan orgulloso como discreto, como artífice incuestionable de la victoria personal que significó aquel logro en 1995. Esta decisión ha traído a España un presupuesto de I+D de calado durante muchos años. Ingenieros españoles para la economía global. Me alegré entonces pero he aumentado mi admiración durante los años siguientes, al entender mejor cómo todo aquel esfuerzo de “vender el valor de España a los americanos, para ganar a los otros aspirantes europeos” fue una misión patriótica de la que no habría mayor retorno que la satisfacción del logro de ayudar a los tuyos. En 2008, Oracle España consiguió el establecimiento en Málaga de una software factory, uno de los negocios de mayor crecimiento en la actual economía española. Y el pasado octubre se anunció que establecerá un grupo comercial dentro de Oracle Direct, también en Málaga. Sucede que ahora Miguel Milano es responsable para EMEA de esta unidad de negocio basada en Irlanda y resulta que antes fue director general para España. Si añadimos que Juan Soto es presidente del consejo asesor de Oracle, se me antoja pensar que el patriotismo que ejerció desde HP, ahora lo transmite e impulsa en la filial ibérica de Oracle y que ha encontrado en Miguel Milano un alumno aventajado. Enhorabuena a ambos. Necesitamos más patriotas como estos.
