Offshore 2.0: ¿realmente significa algo nuevo?

Unos señalan que el modelo 2.0 cambiará el modo de hacer las cosas en servicios, como lo hizo la Web 2.0; otros apuntan que no son más que bonitas palabras

El concepto 2.0 ha circulado de un lado a otro desde 2004 y se ha convertido en el anexo de facto para conseguir que un servicio sea sofisticado, elogiado y digno de atención en los medios y entidades de capital riesgo. Pero, ¿qué significa offshore 2.0? ¿En qué consiste esta nueva moda, generación o modelo de externalización? En primer lugar, veamos lo que se suele decir cuando se usa offshore 2.0. Frank Casale, miembro de The Outsourcing Institute, utiliza el concepto 2.0 para indicar una forma de comprar, vender y gestionar relaciones de outsourcing que supongan mayor colaboración, sentido común colectivo, mejor comunicación entre los equipos virtuales y mayor acceso a la información. Por su parte, la firma india Wipro habla de que 2.0 tiene que ver con impacto estratégico, relaciones maduras, múltiples fuentes, compartición de riesgos/beneficios y una estrategia conjunta en lugar de la típica relación cliente/proveedor.
Otros términos utilizados para describir outsourcing 2.0 son: un modelo que se aleje del coste y la eficiencia hacia el valor añadido, la efectividad y la innovación, o más bien un modelo donde una compañía actúe como propietaria del programa, pero cuyo desarrollo se realice a través de una red perfectamente integrada de partners de bajo coste. Algunos analistas afirman que ya estamos en la tercera generación del outsourcing, donde la 1.0 estaba relacionada con la externalización de TI, la 2.0 con el outsourcing de procesos empresariales (BPO) y la 3.0 con funciones de mayor valor y procesos intensivos en conocimiento.

Nueva arquitectura
La Web 2.0 tiene que ver con una estrategia basada en la plataforma, que se aleje de los nichos hacia la
red como plataforma. Además, propaga la utilización de la inteligencia colectiva y trata a los usuarios como co-desarrolladores a través de una arquitectura participativa y democrática que les anima a añadir valor a la aplicación a medida que la utilizan. En la Web 2.0, las operaciones se convierten en una competencia esencial y los modelos ligeros y sindicados, en la norma. Si se aplican estos principios de 2.0 al offshore, el resultado podría ser el siguiente:
- Una plataforma, en lugar de un medio de comunicación. Se piensa en el offshore bajo el concepto de mover equipos a otro lugar más barato, pero nos estamos dando cuenta de que esto por sí solo no genera valor. Para conseguirlo se necesita análisis, planificación, gestión, formación y muchas otras cosas, y esto se alcanza cuando se deja de pensar en externalizar en el extranjero como oferta, y se piensa en ella como plataforma para el producto o servicio ofrecido.
- Redes de distribución sindicadas a escala mundial. Hasta ahora, los distintos centros de distribución se han comportado como silos desconectados. No era realmente posible engranar múltiples centros como una sola pieza ni balancear de forma dinámica la capacidad o recursos entre ellos. 2.0 significa colaboración, integración y sindicación (múltiples equipos repartidos en múltiples lugares trabajando en un único proyecto, y la posibilidad de trasladar recursos entre ellos). Todo esto no tiene que ver con “qué país” se utiliza, sino con cómo se colabora y balancea para maximizar el valor.
- Mayor experiencia del usuario: el éxito como medida. Las medidas sobre cantidad y aspectos cualitativos como si fuesen máquinas: número de personas desplegadas, cuánto son de productivas (líneas de código realizadas/verificadas por hora, etc.), cuántos errores cometen (desviaciones, errores por cada mil líneas de código, etc.), datos de satisfacción del cliente, qué nivel de certificación tienen… todo esto está bien en 1.0. Pero el criterio de medida en 2.0 es el éxito del cliente.
- Relaciones, no contratos complejos. En lugar de dedicar meses a la contratación, las compañías deberían dedicar tiempo y energía en asegurarse de que tienen una adecuada relación con sus proveedores. Los contratos en realidad sólo sirven para cuando las cosas van mal. El objetivo es restar importancia a los documentos y datos y dárselo a las relaciones interpersonales.
- El compromiso como conversación. El debate ya no está en si los suministradores pueden hacer un mejor trabajo que el cliente. El modelo 2.0 trata de trabajar y conseguir los objetivos de todos a la vez.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

ny2 ACTUALIDAD

ny2 Sociedad de la información

Día de la Movilidad y el BYOD Coffee Break