Nicholas Negroponte
El prestigioso Director del MIT Media Laboratory, Nicholas Negroponte, desarrolló en Madrid una conferencia sobre "La Revolución Digital y su Impacto en el Futuro de las Telecomunicaciones" -en cuya organización ha colaborado este semanario- seguida con lógica atención por una nutrida y relevante audiencia procedente, principalmente, del sector de la informática y de las comunicaciones. Al finalizar el acto, como suele ser habitual en estos casos, las opiniones respecto al grado de satisfacción de lo escuchado al conferenciante estaban divididas en función, mayoritariamente, del nivel de conocimiento que se tenía de su trabajo cotidiano, escritos, y participaciones en seminarios por el mundo. Siempre se espera más de las figuras destacadas, con primicia incluida, y la exigencia sube peldaños en proporción directa a la altura del podium de admiración en la que se le tiene ubicado. Pero, en el caso de Negroponte, su amenidad expositiva aplica una especie de catarsis con la que, al final, todos los asistentes encuentran recompensado el tiempo dedicado a oírle.
Para mejor comprensión e impacto de los mensajes que lanza, marca y resalta en grado sumo hechos y comportamientos de meridiana elocuencia, que de alguna manera definen y establecen la secuencia de pautas a seguir para agarrarse a la realidad ya contrastable, y encaramarse a tiempo en los trenes hacia el futuro porque, de no hacerlo así, el fracaso está garantizado. En esta ocasión, dejó bien claro que la solución Internet es imperativa. La única duda estriba en si se cumplirán los vaticinios de rápido y arrollador crecimiento de su utilización que estiman mentes privilegiadas, con grandes conocimientos del fenómeno. Porque, al no tener la misma significación en el coste los parámetros duración y distancia en el uso de Internet, que en el de las empresas de telecomunicaciones, la caída en la reducción de los beneficios de estas se hará inevitable, salvo que contemplen también la Red como revulsivo y fuente importante de sus cifras de negocio. Calificó el conferenciante de incorrectos los comentarios de la Prensa anglosajona y francesa sobre que nadie hace dinero con Internet, y justificó lo contrario con ejemplos de grandes empresas que obtienen magníficos resultados. El interés por la publicidad en la Red lo demuestra el hecho de que, en el año 95, generó 35 millones de dólares, mientras que, para el presente año, se esperan unos 1.000 millones. Asimismo, confirmó que existe ya tecnología para garantizar seguridad en las transacciones, dado que este es uno de los puntos más preocupantes y casi siempre cuestionado en el uso de Internet, e ironizó sobre aquellos que censuran poner el número de la tarjeta de crédito en la Red, y no dudan en dársela al camarero que la devuelve a los diez minutos.
Los variados ejemplos, utilizados como jalones en su exposición, fueron testimonios precisos y atrayentes para resaltar el magnífico futuro que aguarda a Internet. Negroponte se convirtió en un eficaz mensajero.