NCs y política empresarial

La opinión de Michael Schrage

La tecnología en que se basa el ordenador de red resulta en cierto modo poco interesante. Pero no así las políticas que se esconden detrás de él. Son las normas y políticas, y no el rendimiento, lo que determinará el éxito de los ordenadores de red para las empresas.

No se trata de una actitud cínica, sino de cómo deben suceder las cosas. Si alguien lo duda, basta con escuchar cuidadosamente a Larry Ellison, Bill Gates, Jim Barksdale y Scott McNealy cuando hablan de ordenadores de red vs. PCs. Más allá de los sonidos accidentales, lo que se oye es el rumor trepidante de las políticas corporativas.

No hay que dejarse engañar por análisis políticos que se disfrazan de análisis económicos. Es cierto que los investigadores de mercado tienen razón cuando calculan que los costos de ciclo de vida de los PCs corporativos son superiores en un orden de magnitud al precio de la máquina y su software correspondiente. En realidad, no me sorprendería si algunas organizaciones, como bancos y compañías de seguros, descubrieran que sus PCs generan unos costes "software" 50 veces superiores a los costes "hardware" reales.

En realidad, si hay un efecto cierto y positivo de la propaganda y publicidad actual sobre el ordenador de red, es que las compañías se están viendo obligadas a tomar en consideración sus presupuestos en dinero "software" cuando invierten en hardware. Ya era hora de que sucediera así.

Ahora bien, ¿existe en una empresa un medio que sea más político que una hoja electrónica? ¿Existe algún acto más lleno de supuestos y prioridades en conflicto que preparar un presupuesto?

En realidad, sí. El acceso a la información es algo tan político y tan susceptible de política como preparar un presupuesto. El proceso de preparar un presupuesto puede tratar tanto del acceso a la información como de la asignación de recursos, lo mismo que el acceso a la información puede estar relacionado con el presupuesto.

Es por eso que el argumento de que los ordenadores de red representan una alternativa mejor y más económica a los PCs es una lectura equivocada y simplista de lo que realmente tiene importancia hoy en las empresas. La verdadera cuestión no es el coste ni la funcionalidad de los PCs o de los ordenadores de red, sino las políticas de la empresa u organización en cuestión. ¿Quién controla el acceso a los datos críticos? ¿Reciben los directores compensación por compartir información o acumularla? ¿Quién debe tener acceso a qué información, en qué momento y a qué costo?

Los directores de red que piensen que la llegada de ordenadores de red baratos capaces de manejar los productos Navigator y Java van a resolver más fácilmente esas cuestiones deberán aceptar cualquier oferta de jubilación prematura. O, lo que es más razonable, deberán evitar un contacto directo con cualquiera ajeno al departamento de Sistemas de Información.

El ordenador de red no es un artefacto de innovación tecnológica, sino de luchas internas a nivel corporativo. Existe un mercado para máquinas que permitan a la empresa un mayor control sobre el acceso y el análisis de la información a un coste menor. ¿Qué sucede entonces cuando algunos directores obtienen PCs y otros reciben ordenadores de red? Todos sabemos perfectamente bien lo que sucede.

Una rápida lección histórica: ¿Qué sucedió cuando la empresa adquirió PCs para algunos departamentos y no para otros? Que la gente comenzó a hacer contrabando de PCs.

Eso es lo que sucederá en un mundo de intranets y ordenadores de red, dependiendo de las políticas de información mantenidas por cada empresa. Por lo tanto, seamos lo suficientemente íntegros para admitir que el ordenador de red no tiene nada que ver con aspectos económicos de la información, sino con la economía política de las empresas; algo muy distinto. El acceso a la información -y no los presupuestos tecnológicos de la información- serán el campo de minas que mantendrá a los ordenadores de red fuera de la empresa o permitirá su entrada en la misma.

Michael Schrage

Michael Schrage es asociado de investigación del MIT Sloan Schools Center for Coordination Science y el MIT Media Lab. Es consultor y escribe sobre la forma en que la tecnología establece la relación dentro y entre organizaciones. Es autor del libro Shared Minds: The New Technologies of Collaboration, el primer libro que explora las herramientas y dinámica de colaboraciones fructíferas en los negocios. Scharage es columnista de ComputerWorld y Merril Lynch Forum Innovation Fellow. Su actual trabajo sobre desarrollo y consultoría consiste en la investigación de cómo las organizaciones utilizan modelos, prototipos y simulaciones para manejar sus procesos de innovación.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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