Modernización de la Función Pública
Siempre serán bienvenidas todas las iniciativas que persigan la modernización de la Administración del Estado. Sin embargo, para tener esperanzas de convertir en realidad los propósitos es indispensable, por lo que a las TIC respecta, disponer del número suficiente de funcionarios cualificados, capaces de garantizar el mantenimiento del rumbo idóneo para llegar con soltura a la meta prefijada. Y, en el momento actual, los recursos humanos de especialistas no llegan a los imprescindibles para abordar -con apuros y exceso de trabajo- las tareas del día a día. Esta carencia la tiene que conocer perfectamente el Gobierno. Prueba de ello es que, para la modernización prevista, contempla la posibilidad de readaptación de funcionarios, distribuyendo los efectivos según las necesidades. Y, puesto que advierte que no se producirán nuevas contrataciones de empleados públicos, tendrá que acometer políticas de movilidad, concretada en concursos de traslados hacia los centros y lugares deficitarios de especialistas. Tan estudiada debe tener esta circunstancia el Ejecutivo, que señala el compromiso de pactar los traslados con las centrales sindicales pretendiendo, para hacerlos más llevaderos y sugestivos, arbitrar compensaciones económicas para los afectados. ¿Será posible?
En materia TIC, el Gobierno debería ser mucho más concreto y elocuente en el terreno de los hechos, ya que en el de las declaraciones públicas, y casi sin solución de continuidad, sigue mostrándose dinámico abanderado de la investigación, innovación, divulgación, y progreso. Y las metas, en la Administración, se alcanzan con medios. Empezando por disponer del número de especialistas TIC para intentar conseguir todo lo que el Gobierno dice que quiere hacer. Obras son amores.