Misterios detras del velo.
La semana pasada dije a los de abajo que diseñar un sistema de tipo arriba no es tan sencillo como hacerlo para sistemas y máquinas de abajo. Pero tampoco es siempre tan complejo como los de arriba aparentan. Su problema es el inverso de sus compinches de abajo: habiendo pasado toda su vida rizando el rizo, no siempre pueden ver que lo que pide uno es realmente sencillo.
Los desarrollos de más importancia para el usuario de a pie han venido, todos, de abajo. Técnicamente, habría sido posible desenvolver las primeras hojas de cálculo en mainframes: culturalmente, era impensable. Todo era -es- muy complicado, tanto que ninguna persona que no hubiera pasado por las pruebas de fuego y agua, que no hubiera sufrido su largo noviciado, podría entender los misterios detrás del velo. Tontadas: pero así, a veces sin saberlo, los de arriba se han protegido. (Por supuesto, mis muy odiados sistemas operativos han empeorado la situación. Para penetrar en sus rincones oscuros, sí es necesaria una buena dosis de magia negra).
Entre los dos, arriba y abajo, hay una tierra de nadie llamada de los minis. Si uno mira la gama de AS/400, va desde un micro de una cierta envergadura hasta un mainframe de consideración, cubriendo toda la zona mini. Si mira otra, usando la unidad central de tipo micro, también cubre todo el terreno. ¿Quién puede reclamar ese terreno como suyo? ahora, los de arriba lo hacen, pero los de abajo lo harán pronto.
Quien gane marcará la pauta para los desarrollos de futuros sistemas. Si ganan los de arriba, temo que su mano muerta frenará el ritmo de progreso. Si ganan los de abajo, vamos a tener sistemas bonitos, amigables y rápidos pero poco fiables. Ninguna de las dos opciones me parece adecuada.
Moraleja (soy hombre muy moral): que los de arriba y los de abajo tiene que aprender a vivir en paz y armonía. Si no, sus amos perderán lo que queda de su maltrecha paciencia y maldecirán a ambos, buscando un nuevo tipo de informático, capaz de entender y aprovecharse de toda clase de ordenadores.
Usted, querido lector, entiende todo: tanto lo que puede hacer un micro, como cuándo hace falta una máquina grande. Los demás tiene un problemas. O aprenden rápidamente, o se quedarán fuera de juego.
