Microsoft: ¿monopolio o pura innovación?

La CE suscita un debate sobre la legitimidad del modelo de Windows

El comisario Mario Monti, encargado de los asuntos de la competencia en la Unión Europea, ha asombrado a la industria TI con el establecimiento de una multa a Microsoft sin precedentes en Bruselas, alegando prácticas monopolísticas. La sentencia ha abierto un debate sobre la conveniencia del modelo de negocio de la compañía y el modo con el que se ha hecho con el 95% del mercado de sistemas para escritorio. Ahora bien: ¿este freno al Windows tal y como lo concibe Gates es un impedimento a la innovación o una lucha legítima contra uno de los monopolios más grandes del mundo?

Quizás no hay una empresa en el mundo que acarrea al mismo tiempo reacciones tan viscerales como lo hace Microsoft en el mercado: mientras sus competidores y muchos usuarios y desarrolladores de software (destacando especialmente los de Linux) le odian a muerte, otros le adoran por permitirles usar un sistema operativo sencillo de utilizar y que cada vez integra más funcionalidades, desde el navegador hasta el reproductor multimedia. De todas formas, es fácil convertirse en un blanco en esta industria y, en realidad en cualquiera, cuando se ostenta un 95% de cuota de mercado en el segmento de sistemas operativos para escritorio, un hito que, como explica Enrique Dans, profesor y director del área de Sistemas y Tecnologías de Información del Instituto de Empresa, “sería impensable que ocurriera en otro sector”. Y es que, como sentencia Dans, “el problema que tiene Microsoft es que, efectivamente, es un monopolio”. Claro que, la resolución tomada por la Unión Europea no es la más adecuada, según el experto, para hacer frente a este monopolio: “Además de la multa, que es ridícula para una compañía que factura tanto como Microsoft, se ha intentado poner un parche con las dos medidas que se le ha impuesto, pero esto no es eficiente, sino tan solo un parche. Lo que se debería hacer es dividir la compañía en dos o incluso en tres. Una dedicada al desarrollo del sistema operativo en sí; otra a las aplicaciones que podrían ser compatibles sólo para Windows o para los demás sistemas también; y una tercera dedicada al ámbito de los contenidos”. Gracias a esta fórmula, que ya se barajó cuando Microsoft se enfrentó a la demanda realizada por el Departamento de justicia de EE.UU., junto a diecinueve estados y que al final se salvó con un acuerdo entre ambas partes, se impediría a la compañía de Gates llevar a cabo, según Dans, la estrategia de bundling que tantos resultados le está dando, es decir, “incorporar a su oferta de aplicaciones aquellas que le molestan como productos de la competencia, como el navegador o el reproductor multimedia”. Por su parte, Jaime García, director de Análisis de IDC España, afirma, respecto a las consecuencias que esta sentencia puede tener en Microsoft, que, si bien el efecto del castigo de la Unión Europea a Microsoft no se traducirá en un incremento en las ventas de su competencia, esta sentencia sí podrá afectar en las ventas de próximas versiones de su sistema operativo Windows. La decisión adoptada por la UE “debe provocar una reflexión en Microsoft sobre cómo afrontar nuevos proyectos en Europa”, indica García.

¿Una sentencia justa?
Ahora bien, ¿es esta sentencia justa frente a una empresa que ostenta un monopolio en el mercado o, por el contrario, un castigo que sólo perjudica a los usuarios y a la propia industria? Un portavoz de Microsoft Ibérica y el propio Steve Ballmer, CEO de Microsoft, apuestan por la segunda opción: “Esta decisión no sólo perjudica a la industria en general y al impulso de la innovación, sino también a los propios usuarios, que están demandando todo lo contrario que impone Bruselas, tener un sistema operativo que cada vez integre más aplicaciones”. Este portavoz asegura que cada vez es más complicado separar el sistema operativo de las funcionalidades y que, además, Microsoft no impide el uso de aplicaciones de otras empresas, sino que simplemente facilita sus propias funcionalidades como primera opción para facilitar el uso de la tecnología a los usuarios poco avezados. Además, por ejemplo, “el reproductor Media Player de Microsoft es el que el sistema usa para que las personas con discapacidad puedan acceder a la información que no pueden ver, por lo que su integración con el sistema es básica”. Lo que está claro es que Windows ha ido evolucionando con el tiempo y los avances tecnológicos como Internet y ya no es sólo un sistema operativo, sino un entorno completo, así que “esta decisión afecta de forma directa a la innovación”. De hecho, dado que la demanda ante Bruselas partió de competidores de la compañía, como Sun Microsytems y Oracle y no de los usuarios finales del sistema, estas mismas fuentes aseguran que lo que ha ocurrido es que “las empresas de la competencia quieren lograr en los tribunales lo que no han conseguido invirtiendo en I+D como lo hemos hecho nosotros, que destinamos un 20% de nuestra facturación a esta área”.

¿Qué opina la competencia?
Sun Microsystems, uno de los más fieros competidores del gigante de Redmond, ha mostrado, a través de Lee Patch, su vicepresidente de asuntos legales, su satisfacción con la sentencia europea, quien asegura que “esta importante decisión sentará precedente”. Asimismo, señala que el fallo no sólo “es importante para los consumidores europeos, sino también como un revulsivo para impulsar la innovación y la competencia en todo el mundo”. También manifiesta que Microsoft “ha abusado de su posición dominante en el mercado de los sistemas operativos de sobremesa para crear una ventaja ilegítima en el mercado de los servidores para grupos de trabajo” y señala que al exigir a Microsoft que realice divulgaciones que permitirán al software de servidor de la competencia interoperar en igualdad de condiciones con el software de sobremesa y servidor de Microsoft, “el fallo de la Comisión Europea persigue crear un entorno de juego limpio en el mercado de los servidores para grupos de trabajo, lo que supondrá que los competidores de Microsoft podrán proporcionar software de servidor plenamente interoperable y competir por méritos propios, que es enormemente significativo para los consumidores y para la industria”.
Por su parte, fuentes de Oracle en España, recuerdan que “las medidas correctivas del gobierno europeo en todos los sectores empresariales, contribuyen a la salud y competencia leal entre los diferentes proveedores” y señalan que Oracle “no está identificado con ninguna estrategia de monopolio ya que compartimos el mercado, tanto en tecnología como en aplicaciones, con otros fabricantes. La medida no nos afecta, sencillamente (al igual que a las demás empresas tecnológicas) nos crea una atmósfera con condiciones más justas y también un antecedente de las mejores prácticas que debemos seguir para evitar esta clase de sanciones”.
De todas formas, el asunto no ha hecho nada más que empezar, ya que la compañía solicitará la revisión legal de la decisión de la Comisión ante el Tribunal de Primera Instancia de Luxemburgo, con lo que seguirá un proceso que puede durar cinco años más.


“La sentencia de la UE es un aviso más de
que las reglas

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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