Medicina e informática: por un futuro mejor.

No es la primera vez que desde estas líneas se hace referencia a la relación cada vez más estrecha entre informática y medicina.

El desarrollo tecnológico, del que sin duda ninguna más se puede beneficiar esta ciencia, es el de la realidad virtual. Recientemente se ha celebrado en Londres una reunión internacional sobre realidad virtual, aprovechando esta oportunidad prestigiosos cirujanos de todo el mundo se reunían paralelamente, presentado algunas conclusiones interesantes sobre cómo los procesos de realidad virtual pueden ayudar a esta rama de la medicina.

Según los comentarios que se oyen a menudo en el mundo de la medicina, nunca en la historia de la humanidad, una ciencia había avanzado tan deprisa, como lo ha hecho ésta, en los diez últimos años. Los pasos que se han dado en diversas disciplinas que atañen al cuidado de las enfermedades y su prevención, han sido de gigantes. La carrera no parece haberse detenido, ni mucho menos. La informática ha entrado en los hospitales y los quirófanos y una vez vencidas las primeras reticencias entre médicos e investigadores, todos ellos se muestran cada vez más proclives a dar la bienvenida a todo lo que la informática les pueda aportar. De esta manera la pasada semana mientras que se celebraba la conferencia internacional sobre Realidad virtual en Londres, se mantenían simultáneamente una serie de conferencias relativa a las aportaciones que esta tecnología puede hacer a la cirugía.

Este espacio resulta excesivamente reducido para exponer el amplio abanico de posibilidades que se abren ante los médicos gracias a la ayuda de la realidad virtual. No obstante de entre todas ellas hay dos líneas de actuación que resultan especialmente novedosas. La primera de ellas hace referencia a la utilización de la realidad virtual en procesos quirúrgicos de laparoscopia. Esta técnica, que se ha comenzado a utilizar recientemente, consiste en la introducción de una pequeña cámara en el cuerpo de un paciente, que conectada a un monitor amplía la zona a operar, de tal modo que la incisión a practicar en el cuerpo del enfermo es mínima, con los consiguientes beneficios en el postoperatorio, si bien la visión del campo a tratar por el médico resulta absolutamente nítida. El único inconveniente de dicha técnica, según manifiestan algunos galenos, es la dificultad de sincronización entre lo que el ojo ve ampliado en el monitor y el movimiento de las manos en el organismo del paciente. Es por ello que algunos médicos con muchos años de profesión y que han venido utilizando las técnicas quirúrgicas tradicionales, encuentran en ocasiones dificultades para operar con laparoscopia. La gran aportación de la realidad virtual en este caso es la posibilidad de crear imágenes reales, con las proporciones exactas del cuerpo del paciente, añadiendo además las impresiones táctiles con las que los cirujanos están acostumbrados a trabajar en cirugía tradicional. Uno de los más importantes especialistas en esta materia, afirma sin embargo, que son necesarios unos sistemas informáticos muy especializados, para que la simulación quirúrgica tenga el realismo necesario.

En otro orden de cosas, una compañía de equipos médicos de San Francisco, expuso una de las líneas de investigación y desarrollo que actualmente se está llevando a cabo en sus laboratorios.

Consiste en la utilización de estaciones de trabajo, con software de emulación, para diagnosticar y ayudar en la rehabilitación de pacientes dismiminuídos física o psicológicamente. La compañía está poniendo a punto un sistema llamado Gesture Control System o sistema de control de movimientos. Según un portavoz de la compañía uno de los principales usos que se podría dar a dicho sistema es la recuperación parcial del movimiento de las extremidades a pacientes aquejados de parálisis cerebral, a los que también podría ayudarse en la utilización del habla, gracias a la conversión de sus movimientos en voz, por medio de un sintetizador.

Por ahora todo esto no son más que proyectos, que pueden tardar algún tiempo en ser realidad, según reconocen los propios implicados, pero en ningún caso- se apresuran a afirmar- una película de ciencia-ficción.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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