Manuel Sanromà, miembro del BoT de la Internet Society: "Es de una ceguera impresionante no ver que el español es una lengua tremenda de intercambio y de cultura"

Manuel Sanromà fue elegido poco antes del verano miembro del Board of Trustess (BoT) de la Internet Society (ISOC), es decir, el consejo de administración -compuesto por quince miembros- de la Sociedad donde se toman las decisiones para el desarrollo de Internet. Con Sanromà ya son dos los españoles que están presentes en el BoT, uniéndose al embajador José Luis Pardos. Con una firme inclinación hacia el mantenimiento de las identidades en Internet, este tarraconense tiene proyectos para contribuir al correcto funcionamiento de la Red. Ya son dos los españoles que están en el BoT, ¿significa esto que España no está tan mal en lo que se refiere a Internet o que por lo menos tiene voluntad? - La realidad es que en la Internet Society la presencia de españoles numérica de socios es muy elevada en términos relativos. El Capítulo Español es el segundo más grande; eso juntamente con el resto de europeos y la influencia cultural en Latinoamérica hace que cuando se presenta un español tenga más posibilidades de salir que otro. Esa es mi visión numérica del tema. Y por eso cuando se presentó José Luis Pardos salió y cuando me he presentado, yo también he salido; entonces somos dos entre 15, que es mucho más que la representatividad de internautas. El hecho de que Javier Solá, siendo el secretario general de la Asociación de Usuarios de Internautas, haya quedado fuera, ¿cómo se debe interpretar? - La verdad es que yo me presenté como reacción al ver que se presentaba Solá, porque bueno, hace un par de años la Asociación de Usuarios de Internet tuvo alguna actuación polémica. En realidad lo que yo percibí es que la gente reaccionaba y podría decirse que he sacado muchos votos gracias a Javier Solá. Cuando habla de actuaciones polémicas, ¿se refiere a la relación con Telefónica? - Yo creo que tiene un problema con el nombre, es decir, Javier Solá montó una empresa y la llamó ‘Asociación de Usuarios de Internet’. Con ese nombre parece que representa a los usuarios de Internet y en realidad no los representa. Históricamente ha tenido mucha ayuda de Telefónica, y en la actualidad, con todo el tema de las huelgas, la gente no entendía muy bien que una asociación que representaba a los usuarios y que recibía dinero de Telefónica, estuviera negociando en nombre de los usuarios con Telefónica. Ese ha sido el problema. Mi campaña fue en positivo, no en negativo; es decir, yo no hice una campaña contra Solá sino exponiendo mis ideas. En ese sentido, la Asociación de Internautas parece ir más en la misma dirección que su punto de vista... - Mi percepción es que por las formas cómo actúa la Asociación de Internautas y las conversaciones que he mantenido con su presidente, Víctor Domingo, es que sí, es mucho más representativa, aunque nunca podría ponerle números al asunto. Su manera de actuar es mucho más abierta y defiende posturas más reinvindicadas por todo el mundo. La Asociación de Usuarios de Internet ha actuado, en cambio, con intereses puramente empresariales que son absolutamente legítimos, pero no hay que engañar a nadie. Si yo monto una empresa para organizar congresos la puedo llamar como quiera, pero no representa al colectivo internauta. La identidad en la Red Por otro lado, con su programa en la mano, se basa mucho en la cultura de cada país... - Para mí el tema que se juega en los próximos años en Internet es el tema cultural. Internet es una herramienta tremenda para todo. Nos encontramos con la cuestión global-local: el mundo es uno, pero a la vez es mucho. Mi planteamiento es que lo que merece la pena es que sea un mundo con muchos coordinados y no uno homogeneizado. ¿Y cómo se puede conjugar esto para que Internet no pierda una de sus principales razones de ser, es decir, la globalidad? - Para mi es la facilidad de comunicación, el poder hablar o trabajar con personas que están al otro lado del mundo, pero no creo que tenga ir más allá de eso. Me parece que es mucho más interesante que cada uno mantenga lo suyo y no que todos converjamos a una cultura, que en la práctica es así, porque cada vez hay una cultura más universal, pero es más interesante que esté hecha de otras culturas más pequeñas. Es algo complicado; la identidad nunca tiene que desaparecer de Internet aunque a veces puedas jugar con ella. La identidad de las comunidades libremente definidas no se tiene que perder. Es un tema clave en las discusiones del BoT de ISOC, aunque hay gente que lo considera secundario, pero es una cuestión de política digital. Pero en el seno de ISOC, ¿por qué opción se inclinan? - En el tema de la lengua, por ejemplo, para la revista de ISOC, había unos que lo consideraban secundario y otros que lo califican de primordial aún cuando dominan el inglés. Es factible poder hacer esta revista en varios idiomas, porque por la cantidad de gente y capítulos se podría realizar diversas traducciones. La cultura es mucho más que la lengua. Pero siempre tendrá que haber una lengua universal que sirva de vehículo... - Yo creo que el inglés con Internet va a salir malparada porque será la lengua instrumental de comunicación del planeta, pero si Shakespeare levantara la cabeza se lamentaría de que haya quedado reducida a eso, a lengua instrumental. Hasta que no lleguen los ordenadores que traduzcan automáticamente, necesitaremos una lengua instrumental. De lo que hay que huir es de una lengua de culturización, pero hay que reinvindicar todo lo que conllevan las diferentes lenguas y las diferentes culturas. El español desaprovechado En el caso del español, ¿cómo podría potenciarse su uso en la Red? - Antes de Internet, siempre me ha parecido de una ceguera impresionante el no darse cuenta de que el español es una lengua tremenda de intercambio y de cultura. El propio Instituto Cervantes hasta hace muy poco ha sido bastante ajeno a eso. El español es un valor económico, y eso hasta ahora casi no se ha utilizado, ni siquiera por España que es el centro de la lengua aunque no sea el único país que lo habla. El español es una lengua muy viva y en continuo crecimiento; en Estados Unidos se está convirtiendo en la segunda lengua, aunque necesite un impulso de la Administración. Futuro condicional Y en el nivel Internet, ¿cuáles son sus frenos para el desarrollo? - Frenos de infraestructura, que en España lo notamos mucho, frenos de cultura en el sentido de que está demasiado generalizada la idea de que Internet es sólo comercio y ocio. En España se ha notado mucho, cada vez que hay problemas con las infraestructuras baja enormemente la actividad en la red. Todo lo que ahora sucede con la Internet gratis me parece catastrófico, porque yo siempre he estado a favor pero no de una manera tan salvaje, porque está pensando para gente con dinero y teléfono pero no se piensa en la infraestructura. ¿Cambiará el panorama con Internet2 o, por lo menos, con la llegada de ADSL de Telefónica? - Bueno, Telefónica con toda la guerra de precios del acceso, se ha retrasado en la implantación del ADSL, que es otro concepto totalmente distinto. La apuesta de ahora es Internet gratis para que la gente consuma teléfono, pero eso no es lo mismo que la tarifa plana. El paso intermedio son las infraestructuras. Me da la sensación de que Telefónica no tiene las cosas demasiado claras. En este momento la principal preocupación de Telefónica es el minutaje, cuánto tiempo estás utilizando el teléfono. Cuando hablamos de gobierno de Internet, ¿se puede hablar de un control de Internet sin que dé la sensación de que éste responde a intereses particulares? - Esto es como el Oeste y está todo por construirse. En el gobierno de Internet, por una parte, están los poderes de siempre que son los Estados, que tratan de controlarlo. Por otra parte, hay quienes tienen mucho poder en las decisiones de Internet que no están controlado por nadie. Entre esos dos actores hay una serie de tensiones. Además, gran parte del éxito de Internet es la sensación de espacio de libertad, que no está controlado por na

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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