Malos tiempos para Meta4
Los acontecimientos no se producen por casualidad, y la interrupción de su salida a Bolsa, en el mes de julio del pasado año, estuvo muy condicionada por la escasa demanda institucional española. La titubeante marcha de la compañía no invitaba precisamente a despertar la motivación a los inversores y la decisión de Meta4 de suspender a última hora la operación, añadía un factor de incertidumbre más sobre su capacidad para enderezar la situación. Pero las dudas respecto a las auténticas posibilidades de Meta 4 como compañía con futuro solvente venían de más atrás y fueron, y siguen siendo, la causa determinante de la pérdida de credibilidad de los inversores y el detonante que ha producido los efectos de la crisis. De acuerdo con los hechos más recientes, Meta 4 está obligada a remontar el vuelo para intentar reconquistar posiciones. Después de la imprescindible ampliación de capital, ha abordado cambios importantes y significativos en su cúpula directiva y ha tomado medidas que afectan a reducción de plantilla. Sin embargo, el más importante desafío al que se tiene que enfrentar la compañía de forma casi inmediata es el de recuperar lo más posible el prestigio que tuvo y mantuvo durante sus primeros años de existencia, que hicieron factible que su producto estrella de recursos humanos se introdujera no sólo en grandes organizaciones a nivel nacional, sino que fue adoptado en otros países, incluidos los Estados Unidos. Para ello, no deben soslayar una idónea planificación de relanzamiento, potente y reiterativo. Porque una cosa es cortar racionalmente gastos, y otra prescindir de sabias inversiones que ayuden a la revitalización. Se juegan demasiado.