Los peregrinos de la supercomputación

CESGA, Centro de Supercomputación de Galicia

Desde enero de 1993 Galicia cuenta con uno de los escasos centros de supercomputación que existen en nuestro país. Dependiente de la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, el CESGA, situado en Santiago de Compostela, posee el único supercomputador vectorial instalado por la japonesa Fujitsu en España, el VP2400/10, del que se beneficia la comunidad científica gallega pero también el resto de las instituciones de investigación del país.

Con su constitución, los investigadores gallegos cuentan con un centro en el que llevar a cabo las investigaciones que más tarde darán origen a proyectos empresariales

La gestación del CESGA, Centro de Supercomputación de Galicia, se remonta a 1990, fecha en la que los máximos responsables de la Universidad de Galicia, deciden dotarla de una infraestructura de investigación e informática para ser utilizada por todos los campus que la componen: Santiago de Compostela con el campus de Lugo, la Universidad de la Coruña con su campus de Ferrol y Vigo con los campus de Orense y Pontevedra.

Autonomía y Administración Central se unen

A la falta de infraestructuras para soportar las tareas docentes y de investigación se une la antigüedad de las existentes, sobre todo en el área informática.

Por otro lado, el CSIC decide hacer en Galicia, de la mano del FEDER, una fuerte inversión destinada a la creación de un centro de cálculo científico que sea de utilidad para sus investigadores de cálculo intensivo.

Por todo ello, señala Juan Casares, Director del CESGA, se crea una comisión técnica integrada por cinco instituciones, la Xunta de Galicia, las tres universidades gallegas y el CSIC, en la que se decide, en primer lugar, qué es lo que queremos hacer y con qué recursos se cuenta. Para ello el CSIC fija una cantidad que está dispuesto a aportar mientras que la Xunta se compromete a desembolsar el resto del presupuesto que se fije para sacar adelante el proyecto que al final se decida.

Los responsables que forman parte de la citada comisión analizaron las diferentes posibilidades que se planteaban, decidiéndose finalmente por la creación de una sociedad anónima y la realización de una única inversión no distribuida, en un entorno con personalidad propia, que no fuera un mecanismo dependiente de ninguna administración, ni autonómica ni central.

Una vez definidas estas premisas, comenta Juan Casares, llevamos a cabo una prospectiva de mercado para conocer cual era el nivel mínimo de recursos que debíamos invertir en esta operación para obtener las prestaciones que entendíamos que debería tener un centro de las características del que pretendíamos crear.

Para ello, continúa, enviamos a una serie de fabricantes solicitudes para que nos hicieran una presentación de sus productos. De todas las cartas enviadas recibimos contestación de seis fabricantes, Digital, Convex, Cray, IBM, Fujitsu y Nec. El nivel de prestaciones que los responsables de la iniciativa consideraban mínimo para poder empezar a trabajar era de 500 MFLOPS con un presupuesto que rondaba los 550 millones de pesetas.

Fujitsu la oferta ganadora

El siguiente paso fue la redacción del pliego de condiciones técnicas y administrativas, así como la definición del equipamiento auxiliar y de apoyo .

Cuando tuvimos claro todo lo que necesitábamos llegó el momento de elegir el equipo adecuado y para ello establecimos contacto con la Fundación Empresa-Universidad gallega a través de la cual se llevó a cabo la compra.

La oferta ganadora fue la presentada por la multinacional japonesa Fujitsu porque, en opinión de Juan Casares, entendíamos que era la solución más adecuada. Buscábamos un sistema para el presente y para el futuro más inmediato, una máquina de cálculo vectorial, con una gran potencia que pudiera cubrir las necesidades de cálculo de los próximos tres años. Además queríamos que todo esto se llevara a cabo bajo los principales estándares del mercado, Unix, Fortram y TCP/IP en el campo de las comunicaciones.

Estos requisitos no eran algo gratuito sino que como señala el máximo responsable del CESGA, los estándares nos permitían un ahorro en los gastos de funcionamiento, y esto es algo muy importante cuando se pertenece a la Administración, que cuenta con recursos para llevar adelante una gran inversión, pero que puede tener problemas para encontrar una partida presupuestaria destinada al mantenimiento de forma digna de estas inversiones.

Otro elemento que era fundamental a la hora de elegir una u otra compañía suministradora era el soporte, y en opinión de Juan Casares, desde el principio fuimos conscientes que algunas de las casas de las que recibimos ofertas no iban a poder dar el nivel de soporte requerido por nosotros pues no tenían técnicos en nuestro país, tan solo una representación comercial.

Con todo esto, la propuesta de Fujitsu se destaca como ganadora. En mayo de 1993 entra en funcionamiento el equipo instalado por la compañía. Se trata del superordenador vectorial VP2400/10 que incluye un procesador escalar de 6,4 ns, uno vectorial de 3.2 ns y una potencia de cálculo de 2.5 GFLOPS. La memoria instalada es de 1.5 GB (512 MB de SRAM y 1.024 MB de DRAM). El espacio en disco disponible conectado al superordenador es de 22.5 GB.

Cuenta igualmente con unidades de cinta Open Reel y de cartuchos de cinta con gestión automática. El sistema operativo bajo el que trabaja todo este entorno es el UXP/M, Unix System V Release 4.

Todo este entramado informático se completa con una red de estaciones de trabajo, aproximadamente unas quince, parte de las cuales formaban parte del equipamiento instalado por Fujitsu y otras han sido adquiridas directamente por el CESGA. Igualmente existen siete PCs también de Fujitsu. Estos equipos forman parte de la infraestructura de las dos salas de usuarios con que cuenta el centro.

Quién son sus usuarios

Un aspecto importante de toda esta infraestructura es saber a quién va dirigido. En primer lugar, señala Juan Casares, el objetivo prioritario es que sea un centro a disposición de toda la comunidad científica universitaria de Galicia. Una vez cubiertas sus necesidades en el terreno del cálculo informático de las tres universidades gallegas y los centros con que el CSIC cuenta en la región, está abierto a todos los socios de éste en el resto de España, y después a la comunidad en general.

Actualmente el centro cuenta con 270 usuarios registrados, de los cuales 80 son habituales.

En cuanto a la procedencia de éstos, los grandes usuarios -el núcleo más importante- son investigadores de áreas como la química teórica, estructura atómica, química cuántica, diseño molecular y también farmacéuticos que realizan diseño de fármacos. Existe tambien un grupo muy importante de usuarios de electrónica que diseñan arquitectura de ordenadores, compiladores, así como matemáticos que llevan a cabo ensayos para el desarrollo de calderas de combustión, cubas electrolíticas, problemas de aerodinámica aeroespacial y usuarios de estadística e investigación operativa que en palabras de Casares utilizan de manera masiva la máquina.

Todos estos son proyectos de investigación universitarios, que están en su mayoría financiados por el Ministerio de Educación y la Dirección General de Universidades de la Xunta de Galicia, pero existen ya, dentro del CESGA, algunos proyectos empresariales y acuerdos de investigación con empresas nacionales como Endesa, Inespal y algunas industrias farmacéuticas.

Como señalaba anteriormente el director del centro, Juan Casares. un aspecto determinante para que Fujitsu fuera la empresa adjudicataria del proyecto, fue el soporte técnico que se comprometían a ofrecer y que incluía la presencia de dos técnicos durante

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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