Los desafíos del CIO en 2009
Respecto a la nueva legislación, difícilmente suelen coincidir en un país tantas iniciativas de modernización en un mismo momento. Además de la archiconocida Ley de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos (11/2007) que nos obliga a poner a disposición de ciudadanos y empresas la totalidad de los servicios públicos en Internet el 31 de diciembre de 2009, coinciden en el tiempo la Directiva de Servicios 2006/123/CE y el Plan de Presidencia de Gobierno de Reducción de Cargas Administrativas.
La Directiva de Servicios nace con el objetivo de eliminar los obstáculos que se oponen a la libertad de establecimiento de los prestadores, en los Estados miembros y a la libre circulación de servicios entre éstos y garantizar, tanto a los destinatarios como a los prestadores de los servicios, la seguridad jurídica necesaria para el ejercicio efectivo de estas dos libertades fundamentales. Su implementación llevará asociadas numerosas medidas de tipo legislativo y técnico y de aspectos relacionados con las TIC, ya que entre sus objetivos está la creación de una Ventanilla Única de Servicios Europea. Su puesta en servicio lleva asociados cuantiosos desarrollos informáticos en los organismos públicos y su puesta en marcha es también diciembre de 2009.
En cuanto al Plan de Reducción de Cargas Administrativas, hasta la fecha ha demostrado que en la mayoría de los casos sus novedades conllevan la realización de desarrollos TIC, con un único atenuante para los profesionales del sector: cada una de ellas tiene su propia fecha de entrada en vigor, pero cabe esperar que no se solapen con diciembre de 2009.
A ello se une el marco presupuestario restrictivo. En mayor o menor medida los presupuestos TIC de la mayoría de las unidades de la AA.PP. sufrirán algún tipo de recorte. O en el mejor de los casos se mantendrán, lo que unido al efecto de la corrección por el IPC nos llevará a tener que hacer más con menos. Las TIC han disfrutado hasta ahora de una posición de privilegio con crecimientos de presupuesto mantenidos a lo largo del tiempo. A partir de ahora somos una unidad más de la corporación sujeta a las mismas reglas. Con el fin de aumentar la eficiencia de su unidad, el CIO debe incorporar a sus criterios de gestión algunas consideraciones que hasta la fecha no eran tan vitales. La utilización del cálculo del retorno de la inversión (ROI) para todos los nuevos desarrollos, tanto en su vertiente económica, como en la de rentabilidad de funcionalidad para el usuario. En 2009 y 2010 tendremos que pasar todas las peticiones de nuevos sistemas por el tamiz de la rentabilidad, y el CIO se verá obligado a desplazar determinados sistemas en el calendario. La gestión de portafolio es materia clave para el CIO.
Es más importante que nunca poder reutilizar desarrollos, bien de la propia organización o del resto de unidades del sector público. Los running costs están estrangulando la gestión y son cruciales iniciativas como el Centro de Transferencia de Tecnología, puesto en marcha por el MAP, con el fin de facilitar desarrollos entre departamentos ministeriales. En tercer lugar se sitúan todas aquellas políticas relacionadas con la contratación de servicios especializados. En último lugar destacar las iniciativas de green IT, tanto por su vertiente medioambiental como por su impacto en los costes de explotación y mantenimiento. El coste energético de los equipos deja de ser una consideración ecológica para convertirse en una prioridad de negocio.
Con este panorama, no sorprenderá que se reivindique el factor más importante en el éxito del CIO: la valía profesional de su equipo técnico. La única garantía de poder alcanzar los objetivos de gestión en un año tan convulso como se espera el 2009 es contar con un equipo de profesionales TIC cualificados y motivados para esta travesía del desierto que nos espera.
Carlos Maza
Vicepresidente de Astic (Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Sistemas y TI de la Administración del Estado)