Los 100.000 PCs del BBVA
Los potenciales compradores con objetivos similares a los de la entidad financiera, encontrarán argumentos suficientemente elocuentes para catalogar la operación de rentable. Pensarán que, lógicamente, cuanto más se aleje la cifra de unidades de PCs a adquirir, de la contratada por el BBVA, las condiciones tendrán que ir siendo relativamente inferiores aunque, siempre, atractivas. Por lo tanto, no debe extrañar que vaya en aumento el número de grandes cuentas que puedan estar pergeñando un plan de actuación de adquisiciones, que contemple situaciones parecidas a las que se han dado entre el BBVA e IBM. Pero, ¿tendría que ser siempre con éste fabricante?
Otro colectivo, el de fabricantes, examinando el caso desde la perspectiva de sus intereses, tendrá que ser extremadamente minucioso en el análisis, para sustanciar lo que podría constituir la auténtica ventaja de la operación. Porque, si hacen cálculos basándose en las cifras que circulan por el sector respecto al precio que se ha aplicado a los equipos -IBM no ha ofrecido detalles sobre las condiciones- es tan notable la diferencia con relación al precio en el mercado, que no les será sencillo encontrar dónde pueden ubicarse los beneficios. Salvo que, todo lo que nos cuentan los fabricantes referente a los escasos márgenes con los que se trabaja en el segmento del PC, sea una burda falacia.
Se trate o no de operaciones estratégicas, a IBM le tienen que cuadrar bien los números cuando también ha firmado recientemente un contrato con la Caixa para suministrar 18.000 equipos. Uno de los objetivos del Gigante Azul -cerrar el cuarto trimestre del año con excelentes ventas- parece que lo va a conseguir. Mientras tanto, ¿cómo reaccionarán los competidores?