Liderazgo Total

Cómo defender el valor de la función de TI en las empresas

En algún momento, en algún lugar de su carrera profesional, se encontrará actuando como líder en un infierno político. Y lo más probable es que no haya percibido su aparición. Se tratará de algo más que una confrontación simple y transparente. Aunque el número de posibles variantes es infinito, será más o menos así.

Un importante proyecto de desarrollo de sistemas fracasa, dando lugar a una considerable pérdida de dinero. Todo el mundo se siente inclinado a buscar un culpable. Las unidades comerciales protegen con fuerza su propio territorio. El presidente ejecutivo desea promover sus propios proyectos que, naturalmente, forman parte de una visión de futuro extraordinaria y tienen poco en común con los de las unidades comerciales. La compañía no ha tenido nunca un director de Tecnologías de la Información o no ha aprendido el valor de disponer de uno como parte del equipo.
Un consultor externo recomienda fortalecer la función del director de Tecnologías de la Información. Después de un análisis más profundo, comprueba que la organización de TI presenta algunos puntos débiles críticos, tanto técnicos como de personal, y que no dispone de dinero suficiente para remediarlos.

Un problema político
El problema no termina ahí. Al menos uno de sus compañeros de trabajo está en contra de usted personalmente y comienza a exhibir un comportamiento discriminatorio. Se le deja fuera de reuniones en las que antes hubiera sido incluido, y su adversario pone en marcha una campaña para un nuevo proyecto que usted sabe -y él sabe que usted sabe- que le causará problemas y debilitará su posición.
En resumen, tiene al mismo tiempo la oportunidad de su vida de asumir una posición de liderazgo, y también de convertirse en un objetivo a eliminar. La cuestión está en cómo sobrevivir y alcanzar el éxito. Situaciones como esta tienen lugar con frecuencia. Desafortunadamente, la competencia y la capacidad profesional ayudan sólo hasta cierto punto. La diferencia entre el éxito y el fracaso está en disponer de una defensa política sólida y efectiva dentro de la empresa. No obstante, antes de analizar los elementos de esa defensa, conviene responder a una pregunta importante. ¿Por qué las cuestiones de política de empresa resultan tan difíciles para los directores de TI?
Las siguientes son algunas de las explicaciones estándar: como profesionales técnicos, los directores de TI son demasiado rígidos y racionales; tienden a ser menos efectivos en las relaciones interpersonales; y su posición está en el vértice de un difícil torbellino de fuerzas políticas. Aunque hay un germen de verdad en cada una de estas explicaciones, la verdadera respuesta es probablemente más sencilla: La mayoría de los directores de TI, sencillamente, no se esfuerzan bastante.
Por lo general, las políticas y los políticos son poco respetados - por buenos motivos. En consecuencia, la mayoría de los directores de Tecnologías de la Información no asumen la dimensión política que demanda el liderazgo. No obstante, una buena defensa política tiene un propósito honorable: permite asumir riesgos en situaciones difíciles y hacer lo apropiado sin sufrir consecuencias injustas. Nadie en el mundo de los negocios -ni en ningún otro aspecto de la vida- es inmune a la tiranía, falta de carácter, manipulación o explotación de un entorno excesivamente politizado. Cualquier empresa será ganadora si las personas que la forman son lo suficientemente fuertes para hacer lo apropiado en caso necesario, y no sólo obedecer órdenes y capitular.

Estrategias que dan resultado
Uno de los presidentes de Estados Unidos más desafortunados del siglo, Richard Nixon, solía afirmar que: “O uno domina el cargo, o el cargo le domina a uno”. Esta advertencia es fundamental para enfrentarse a situaciones políticas difíciles.
Lo cierto es que una parte importante del destino de cualquier persona estará determinado ya antes de que comience la crisis. O se está preparado o no se está. Crear una buena defensa requiere tiempo y, por lo tanto, incluso si uno no se siente amenazado hoy, conviene elaborar un plan y prepararse. La siguiente es una lista de los elementos clave para una defensa política a prueba de fallo dentro de las empresas.
Evaluar la situación y el terreno. Es conveniente llevar a cabo una evaluación de los participantes principales y de lo que se juegan. Intentar conocer exactamente quién está haciendo qué a quién y lo que está en juego. Y obtener ayuda o asesoramiento en caso necesario para detenerse a analizar cuál es la situación real.
Conocer las rutas de escape. Es sorprendente con qué frecuencia se olvida esta idea sencilla. No hay nada como disponer de suficiente dinero en el banco, una red de contactos profesionales, un curriculum vitae actualizado y ofertas de trabajo en vigor para tener la confianza, actitud y poder necesarios para hacer frente a cualquier confrontación.
Conocer los objetivos, las actividades y la cultura de la empresa. Para sobrevivir es necesario mantener unas relaciones claras y definidas entre todo lo que uno hace y el objetivo al que dirige sus esfuerzos la compañía. Además, el propio estilo de actuación deberá estar dentro de los límites de la cultura de la empresa y del comportamiento aceptados como correctos. En una situación llena de tensión, no ayudará mucho que le perciban a uno como ajeno a los acontecimientos.
Encontrar defensores y patrocinadores. Crear relaciones fuertes, interna y externamente, con personas de importancia y que ejerzan una influencia real. Esta es la red a la que habrá que recurrir en busca de ayuda y asesoramiento cuando llegue el momento de crisis.
Crear una base política. Cultivar aliados. Aliados adecuados. Estas pueden ser personas a las que se han hecho favores, o que se los han hecho a uno. En la vida, hay momentos en los que se siembra y momentos en los que se cosecha. Conviene tomar ahora el tiempo necesario para plantar algunas semillas.

Estrategias que no dan resultado
Se ha comprobado que en la defensa política hay cierto número de errores corrientes, que cometen incluso los ejecutivos más experimentados. Puede llegarse bastante lejos simplemente evitando los errores siguientes:
No concentrarse en las políticas olvidando el rendimiento. Actuar en exceso es un error tan importante como no actuar lo suficiente. Y no es conveniente descender al nivel de los oponentes. Deberá mantenerse la integridad a toda costa, y concentrarse en resolver los problemas apropiados.
No cavar una trinchera y situarse a la defensiva. Lo paradójico de una buena defensa es que por lo general no lo parece. Cuantas más paredes defensivas se construyan, más se convertirá uno en un objetivo a eliminar. Hay que mantenerse en primera línea, permanecer abierto e identificar y comunicar agresivamente los problemas actuales a los superiores y a los compañeros.
No emplear inútilmente el capital político. Utilizarlo sólo para las confrontaciones más importantes, en las que exista una buena oportunidad de convertirse en ganador.
No derrotarse uno mismo. Una nutrición deficiente y la falta de sueño pueden hacer aumentar considerablemente la tensión nerviosa y la volatilidad emocional. La baja calidad de juicio y las acciones impulsivas consiguientes no ayudarán

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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