Las TIC se convierten en la piedra angular en la lucha contra la pobreza

El progreso tecnológico ha contribuido a reducir la proporción de personas que viven en la pobreza extrema del 29% en 1990 al 18% en 2004

“No escatimaremos esfuerzos para liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema”. Éste fue el compromiso contraído en el año 2000 por los 191 países miembros de las Naciones Unidas al aprobar la Declaración del Milenio que ponía como fecha límite 2015 para conseguir los ocho objetivos de desarrollo del Milenio. Según expone Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, en el ‘Informe 2008’, dichos retos “envuelven las aspiraciones de desarrollo del mundo en su conjunto. Pero no son sólo objetivos de desarrollo, representan valores y derechos humanos universalmente aceptados como la lucha contra el hambre, el derecho a la educación básica y a la salud y la responsabilidad frente a generaciones futuras”.
Es precisamente en el octavo objetivo, el de fomentar una alianza mundial para el desarrollo, en el que las TIC, como Internet o las telecomunicaciones, juegan un papel trascendental. Gracias a los avances tecnológicos y al despliegue de tecnologías inalámbricas de banda ancha, existen nuevas oportunidades de reducir la disparidad en las comunicaciones entre los países en desarrollo y desarrollados. Es más, ofrecer conectividad a Internet en el mundo en desarrollo ayudará a concretar los objetivos de salud, educación, empleo y reducción de la pobreza.
Según el ‘Informe 2008’ de la ONU, la cantidad de suscriptores de teléfonos fijos y móviles aumentó de 530 millones en 1990 a más de 4.000 millones hacia fines de 2006. Además, el uso de teléfonos móviles se disparó, con más de 500 millones de abonados nuevos desde 2005, lo cual llevó el total a más de 2.700 millones hacia fines de 2006. En lo que a Internet se refiere, hacia fines de 2006, 1.200 millones de personas tenían conexión a Internet cerca de un 18% de la población mundial. Pero la brecha digital es aún amplia. Mientras que en los países desarrollados, el 58% de la población usaba Internet en 2006, en los países en vías de desarrollo lo hacía el 11% y sólo el 1% en los países menos adelantados.

Protagonistas
En esta carrera, el papel de todos los actores y una coordinación entre ellos es clave. Organismos públicos e internacionales, entidades sin ánimo de lucro, fundaciones, universidades, institutos de investigación y, como no, empresas privadas, pueden y deben contribuir a erradicar la diferencia tecnológica que existe entre países desarrollados y países en vías de desarrollo o subdesarrollados. Eso sí, “es importante recordar que la tecnología es un instrumento, luego ha de ponerse al servicio de los pueblos para acelerar ese desarrollo”, apunta Ana Moreno, profesora asociada de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid. Aun así, Moreno es cauta y apunta a que “no existen los milagros; si no se dan las condiciones necesarias, como el comercio justo, no sucederá nunca”.

Innovación y desarrollo
Hoy en día la investigación y la innovación se asocia con sectores tecnológicamente sofisticados. Es más, gobiernos, empresas y centros académicos invierten recursos y emplean su mejor talento en dichas actividades donde las TIC juegan un papel central. Pero es importante recordar que existe otro ámbito diferente para la investigación y la innovación que responde a la siguiente pregunta: ¿cómo solucionar los problemas que más afectan a la población pobre en países de desarrollo? Según Carmen Rodríguez, jefa del Servicio de Planificación, de la Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el Desarrollo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, “las empresas son actores imprescindibles y realmente este tipo de proyectos están dentro de sus agendas”. Sin embargo, según Pablo Priesca, director de la sociedad de la información de la Fundación CTIC (Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación), “es necesario que exista una política estratégica para que las empresas se conviertan en piezas clave y no en constructoras de esa política”. Y es que, la participación de las compañías en proyectos de cooperación no está exenta de riesgos. “Por supuesto que existen riesgos”, apunta Eduardo Sánchez, secretario de la Coordinadora de ONG Española, “el problema es que se motiva económicamente a una empresa para que entre en un mercado que quizá pueda explotar de forma perjudicial”. Aun así, para Ana Moreno, “cuando una empresa pone una fábrica en un país, ya está contribuyendo al desarrollo”.

Encuentro en Gijón
Coincidiendo con el Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, la ciudad de Gijón volverá a ser escenario, durante el 10, 11 y 12 de febrero, de Cooperación 2.0, un espacio para el encuentro internacional, la reflexión y sensibilización acerca de la necesidad de impulsar el uso de las TIC en políticas y proyectos para el desarrollo. Bajo el lema central ‘Innovación en las TIC para el desarrollo humano’, la segunda edición de este foro, organizado por CTIC, tiene como objetivo promover el encuentro de todos los actores de la cooperación y el desarrollo. “Nos gustaría empezar a adquirir compromisos reales, competentes y de mayor impacto”, señala Priesca.

Futuro
Cuando miramos hacia el año 2015, e incluso más adelante, la pregunta que nos surge es: ¿llegará un momento en el que las desigualdades en materia de desarrollo no serán tan evidentes? Una cosa está clara. Los países en vía de desarrollo y los más pobres se han visto favorecidos por un rápido avance tecnológico desde principios de los noventa y lo han utilizado para ayudar a sacar de la pobreza a millones de personas. Según el informe ´Perspectivas económicas mundiales 2008´ del Banco Mundial, el rápido progreso tecnológico de los países en desarrollo ha contribuido a elevar los ingresos y a reducir la proporción de personas que viven en la pobreza extrema del 29% en 1990 al 18% en 2004. No es mucho, pero el Banco Mundial está convencido de que la tecnología ha de ser la piedra angular en la lucha contra la pobreza. ¿Debemos ser optimistas? Sí, apunta José M. Alonso, eGoverment lead del W3C. “Tecnologías como la Web y los teléfonos móviles pueden ayudar a reducir las diferencias y las aplicaciones actuales de la tecnología pueden mejorar las interacciones entre esos actores y tender puentes hacia los países del Sur mediante la creación de redes más integradas”.


Pescadores de la India
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Hasta 1997, los pescadores de la ciudad india de Kerala se encontraban con un problema: una alta cantidad de un determinado tipo de pescado que no conseguían vender. Sin embargo, a partir de ese año, empezó a aumentar la cobertura móvil y los pescadores comenzaron a comprar teléfonos y a usarlos para llamar a cada puerto para averiguar en cuáles había pocas existencias de diferentes tipos de pescado para negociar mejores precios. De esta forma, los pescadores mejoraron sus economías (aumentaron beneficios en un 8%), los mercados aumentaron su eficiencia y la econom&

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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