Administración
Contrato/Adjudica
Usuarios

Las TI mejoran el control de la radiación acumulada en los pacientes

Con el auge de algunas pruebas de imagen médica como los TAC, ha aumentado significativamente el riesgo de los pacientes a sufrir cáncer debido a una excesiva acumulación de radiación. Gigantes de la industria como GE y los propios hospitales empiezan a ofrecer propuestas para controlar la dosis de radiación de mano de las TI.

En los últimos años la imagen médica, es decir, el conjunto de técnicas que se utilizan para crear imágenes del cuerpo humano o partes del mismo con propósitos clínicos, se ha incrementado de forma exponencial, entre ellas las que utilizan la llamada radiación ionizante, aquellas radiaciones que tienen energía suficiente para ionizar la materia (extrayendo los electrones de sus estados ligados al átomo) como son los generadores de rayos X o gamma, entre otros.

El problema es que con este auge de la radiografía de proyección y en especial de la tomografía axial computarizada (los llamados TAC o escáneres) también ha aumentado ostensiblemente el riesgo de los pacientes. No hay que olvidar que con estas prácticas los pacientes van acumulando en sus tejidos la radiación de rayos X, una radiación que es acumulativa y que puede causar cáncer. De hecho, como asegura Antonio Gil Agudo, jefe del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital Universitario de Ciudad Real, “los últimos estudios en la materia aseguran que la probabilidad de que un paciente adulto padezca un cáncer tras hacerse un TAC es de una entre dos mil, y la de un niño de una entre quinientos”. Es más, según Gil Agudo, se estima que unos 30.000 casos de los cánceres que se dan en Estados Unidos se deben a los TAC. El experto asegura también que hay datos que afirman que un 3% de los cánceres que se sufren en Japón se deben también a estas prácticas, cifra algo inferior en España (un 1%), debido a “que se utiliza menos esta técnica”. “Un TAC equivale a unas 500 radiografías de tórax, así que el facultativo debe valorar bien el riesgo que supone exponer a un paciente a esta radiación antes de solicitar esta prueba”.

No obstante, añade el experto, “se calcula que el riesgo que conlleva la radiación derivada de este tipo de técnicas está subestimado por parte de entre el 70 y el 90% de los médicos. Es más, cada vez se solicitan más este tipo de pruebas. En Estados Unidos, donde hay más datos al respecto, aumenta anualmente un 10% el uso de la tomografía axial computarizada. Esto es preocupante, más si se tiene en cuenta que la cantidad de radiación que se recibe por pruebas médicas en un año en Estados Unidos equivale a todo el daño global que ha causado el accidente nuclear de Chernóbil”.

Concienciación global
Afortunadamente en los últimos años parte de la comunidad internacional de físicos médicos y radiólogos están trabajando para concienciar sobre este riesgo de exposición excesiva a altos niveles de radiación a los pacientes y recientemente la Agencia Internacional de Energía Atómica, junto a entidades de peso como la Sociedad Europea de Radiología, la Administración de Medicinas y Alimentos Estadounidense, la Organización Internacional de Física Médica, la Sociedad Internacional de Radiógrafos y Tecnólogos Radiológicos, la Organización Mundial de la Salud y la Conferencia de Directores de Programas de Control de la Radiación han emitido un comunicado conjunto alertando sobre este aspecto y recomendando el uso de tecnologías que permitan medir y registrar la dosis de radiación de cada paciente. El comunicado insta a las autoridades nacionales, las empresas de la industria médica y a los profesionales sanitarios a desarrollar e implementar soluciones al respecto. De hecho, la IAEA recomienda también a los estados a hacer obligatorio el control de la dosis.

Una de las compañías que cuenta con una solución para el seguimiento y control de la dosis de radiación acumulada en los pacientes es la americana General Electric. Se trata de DoseWatch, solución que GE adquirió al comprar la startup SerphyDose el pasado año 2011, tras nueve meses de negociaciones. Antoine Jomier, director general del área de Dosis en GE, asegura que esta compra “ha sido clave para desarrollar nuestra oferta de seguimiento de dosis”. Jomier indica que aunque el interés por la medición y seguimiento de la dosis en los pacientes es elevado no hay muchas soluciones al respecto, tan solo cinco o seis “y la de SerphyDose era una de las primeras, por eso la adquirimos, siendo ahora el único gran grupo del sector que tiene una solución de este tipo”. Jomier tiene buenas expectativas de acogida de la solución ya que el número de pruebas de imagen médica está aumentando y, si bien hace veinte años la exposición por parte de la población a la radiación era de un 20%, hoy ya alcanza el 50%. De hecho, Jomier, en la línea de Gil Agudo, recuerda que “se considera que incluso hay menos riesgo debido a la radiación en la industria nuclear que en el sector médico”. “Los riesgos que conlleva la radiación derivada de las pruebas médicas no están bien gestionados por los centros médicos –continúa–; no hay un control real de la dosis acumulada y gracias a las TI hay una ingente oportunidad de mejora en este sentido”. Por todo ello, y porque “el seguimiento de la dosis acabará siendo obligatorio en todos los países (se estima que en un plazo de cinco o diez años en Europa) GE ha invertido en esta tecnología y en otras que permitirán reducir la dosis hasta veinte veces, sin que disminuya la calidad de las pruebas y de las imágenes”.

La ventaja de la solución, indica Jomier, es su carácter multifabricante y multisistema. “Actualmente tenemos 35 clientes de DoseWatch, tanto en Estados Unidos como en Europa”. En España, añade Alfonso Martínez Cal, Dose Modality leader del área de Sanidad de GE en España, “estamos trabajando con dos hospitales públicos, el Hospital Universitario de Santiago de Compostela, que hasta ahora medía la dosis manualmente y ya lo hace con DoseWatch, y el Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, y hemos cerrado un acuerdo con la firma privada HM Hospitales”.

“Con sistemas como DoseWatch –afirma Jomier– podemos convertir los riesgos en oportunidades. La solución permite equilibrar la calidad de la imagen y la dosis y cuando esta última llega a un límite manda una alerta al radiólogo. Así es posible saber si el radiólogo está haciendo un buen trabajo de gestión de la dosis. Estos profesionales conocerán el riesgo exacto de realizar una prueba y evitar que, como ocurre a veces, la dosis de radiación acumulada de un paciente durante un mes sea veinte veces mayor que la que tiene un trabajador de la industria nuclear”.

Jomier estima que el negocio potencial del mercado de soluciones de seguimiento de la dosis supera los 200 millones de dólares en todo el mundo, “aunque si finalmente se hace obligatorio el uso de este tipo de soluciones en los centros hospitalarios, como así parece que será, esta cifra sería mucho más alta”. GE en concreto espera cosechar unos 10 millones de dólares en todo el mundo este año con esta oferta.

Martínez Cal es consciente de que la situación de la Administración Pública en España es complicada. “Sabemos que los organismos tienen fuertes recortes pero el de la dosis es un tema esencial para reducir los riesgos de los pacientes, es de máximo interés público. Además, la implantación de DoseWatch no es económicamente muy cara como otro tipo de proyectos, así que sí creemos que podemos tener oportunidades de crecimiento en España”. La solución puede adquirirse o bien de la forma tradicional o pagando una suscripción.

Experiencias españolas
Son pocos aún los hospitales que han implantado un sistema de seguimiento y medición de la dosis de radiación en España. Como recuerda Antonio Gil Agudo, del Hospital Universitario de Ciudad Real, “además de nuestro centro, tan solo se están llevando a cabo iniciativas de este tipo en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid (el que está más avanzado en España en este sentido), en el Hospital de Navarra, en varios hospitales del País Vasco (aunque solo en los servicios de pediatría) y en el Hospital Clínico Universitario de Santiago”.

Gil Agudo y su equipo han apostado por desarrollar un sistema propio de seguimiento y medición de la dosis, “ya que los lanzados por las empresas solo funcionan con equipos de imagen de última generación que dispongan de informes estructurados, y no es posible extraer la información de los que tenemos, que tienen unos cinco años”. El proyecto del hospital de Ciudad Real estará funcionando, después de un año y medio de trabajo, este año 2013.

Por su parte, Miguel Pombar, jefe de Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, explica que su centro hasta ahora disponía de algún sistema de cálculo de dosis para alguna modalidad de imagen, “pero no en ‘tiempo real’ ni adaptado a todas la modalidades de imagen. No teníamos un sistema de gestión de informes, historial dosimétrico del paciente, ni otras herramientas de gestión”. Optaron por implantar un sistema comercial, en concreto el citado DoseWatch, de GE, el pasado mes de febrero, con el fin de “disponer de una única herramienta para todo el control y gestión de la dosis, con capacidad de generar avisos y alertas en ‘tiempo real’, así como generar historiales dosimétricos de los pacientes”.

Pombar asegura que cada vez hay más concienciación sobre la necesidad de hacer un seguimiento y medición de la dosis tanto en el sector médico como entre la población en general. “Sin embargo –matiza–en mi opinión, además de disponer de sistemas de control de la dosis, se debería hacer una labor de formación e información sobre la interpretación de los resultados”.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

ny2 ACTUALIDAD

ny2 Sociedad de la información

Día de la Movilidad y el BYOD Coffee Break