Las smart cities, frenadas por la falta de estándares y la politización de la toma de decisiones
La firma de análisis Ovum detecta importantes barreras en los grandes proyectos de smart cities que pueden frenar el camino hacia las ciudades inteligentes.
Las miles de iniciativas de smart cities están trayendo consigo importantes cambios en la industria tecnológica, la cual se está apresurando a sacar todo tipo de soluciones inteligentes para dar respuesta a esta incesante demanda. Sin embargo, aseguran desde la consultora Ovum, este mercado potencial se está viendo frenado por la inmadurez de los estándares, las infraestructuras rígidas y en silos, los presupuestos limitados y las decisiones fragmentadas y politizadas.
Por ello, Ovum considera que la modernización tecnológica de las administraciones públicas es un paso esencial para que las ciudades puedan responder a los acuciantes retos del crecimiento demográfico, el cambio climático o la escasez de recursos. En ese sentido, la consultora señala que los distintos vendedores están ya ofreciendo sofisticadas soluciones para responder a necesidades tan variopintas como los atascos de tráfico o la sanidad pública. Pero estas soluciones deben ser comprehensivas, eficientes y capaces de gestionar estas cantidades masivas de información que la administración moderna les ofrecería.
La investigación de Ovum les ha llevado a clasificar las soluciones para ciudades digitales en dos principales categorías. En un primer lugar se encontrarían los proyectos a gran escala, movidos por autoridades públicas y atraen a proveedores de la talla de Cisco o IBM. El segundo tipo es aquel que hace referencia a proyectos más pequeños, espontáneos, movidos por el deseo de hacer las ciudades más eficientes y atractivas para vivir.
Ambas áreas están creciendo actualmente, sin embargo, los importantes inhibidores que Ovum ha detectado entre las distintas administraciones hace dudar de que este mercado pueda mantenerse al alza en países como España. Movimientos en la dirección correcta pero a los que aún les queda superar las barreras más fuertes antes de que las smart cities realmente se conviertan en una realidad extendida a todas las urbes del mundo.
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