Las organizaciones pierden el control sobre sus PCs
Los ordenadores dejarán de ser la plataforma estándar en la empresa
La tecnología ha penetrado de forma definitiva, en cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Y, aunque algunas de ellas puedan parecer estar a años luz del entorno de la informática empresarial, eso no es del todo cierto.
Hay unas cuantas tendencias potencialmente rompedoras que muy probable que emerjan como resultado del uso extendido de la tecnología personal. Cada una de esas tendencias tendrá un efecto significativo en la organización y en la dirección de TI.
La organización de TI ha perdido el control sobre el PC
Quizás ha llegado ya el momento en el que las organizaciones de TI simplemente desistan de intentar controlar el PC, y ese momento puede no estar demasiado lejos. Ya estamos viendo a algunas organizaciones entregando dinero a sus empleados y permitiendo que se procuren tecnología propia para su PC. ¿Parece una locura? Puede que no lo sea. En un mundo donde el e-mail y otras aplicaciones están disponibles en teléfonos móviles y ordenadores portátiles, ¿por qué deberíamos obligar a los empleados a usar un PC de configuración estándar?
Como la seguridad y la distribución del software se administra al nivel de red/ servidor, el PC se ha vuelto cada vez menos relevante. Por supuesto, este nuevo mundo feliz tiene algunas implicaciones serias desde el punto de vista del soporte. La búsqueda de un estándar implica menos necesidad de soporte técnico y menos costes de mantenimiento, entre otros alicientes. También hay aplicaciones en administración y seguimiento de activos. Ya es suficientemente difícil para las organizaciones de TI administrar todo el hardware, como para administrar y hacer el seguimiento de los activos de cada PC.
Adopción de la tecnología orientada al consumidor
Lo habitual era que las empresas dictaran y guiaran la adopción de nuevas tecnologías y que luego éstas encontraran su camino dentro del mercado. Ahora, las cosas no funcionan así. Los consumidores están por delante de las empresas a la hora de adoptar tecnologías. Como resultado, se puede esperar que los empleados, en el futuro, acaben trayendo sus propias tecnologías a la oficina, con lo que probablemente también las utilizarán para su trabajo. Ya hemos visto este fenómeno con la mensajería instantánea y Skype e incluso con determinados complementos de Excel.
Tradicionalmente, las organizaciones de TI han rehuido este concepto, siendo la opinión mayoritaria que dichas acciones van en contra de la estandarización, la seguridad y otras ventajas que el departamento de TI tiende a valorar. Conforme la línea divisoria entre la tecnología personal y de empresa sigue siendo cada vez más borrosa, es de esperar que los empleados integren paulatinamente esos aspectos de sus vidas. Esto significa que sus jefes les permitirán, facilitarán e incluso fomentarán esa unión.
Más teletrabajo y globalización
Uno de los productos colaterales principales del consumismo en la tecnología es la creación de una verdadera fuerza de trabajo global y una base de consumidores globales. Cuando se combina la personalización de la tecnología con la tendencia hacia el teletrabajo y la globalización, se puede intuir una fuerza de trabajo que elige cómo y dónde trabaja y una base de consumidores que es, del mismo modo, diversa.
Y no hay que asumir que esta fuerza de trabajo o esta base de consumidores serán un reflejo de la tradicional demografía doméstica.
Hay unas cuantas tendencias potencialmente rompedoras que muy probable que emerjan como resultado del uso extendido de la tecnología personal. Cada una de esas tendencias tendrá un efecto significativo en la organización y en la dirección de TI.
La organización de TI ha perdido el control sobre el PC
Quizás ha llegado ya el momento en el que las organizaciones de TI simplemente desistan de intentar controlar el PC, y ese momento puede no estar demasiado lejos. Ya estamos viendo a algunas organizaciones entregando dinero a sus empleados y permitiendo que se procuren tecnología propia para su PC. ¿Parece una locura? Puede que no lo sea. En un mundo donde el e-mail y otras aplicaciones están disponibles en teléfonos móviles y ordenadores portátiles, ¿por qué deberíamos obligar a los empleados a usar un PC de configuración estándar?
Como la seguridad y la distribución del software se administra al nivel de red/ servidor, el PC se ha vuelto cada vez menos relevante. Por supuesto, este nuevo mundo feliz tiene algunas implicaciones serias desde el punto de vista del soporte. La búsqueda de un estándar implica menos necesidad de soporte técnico y menos costes de mantenimiento, entre otros alicientes. También hay aplicaciones en administración y seguimiento de activos. Ya es suficientemente difícil para las organizaciones de TI administrar todo el hardware, como para administrar y hacer el seguimiento de los activos de cada PC.
Adopción de la tecnología orientada al consumidor
Lo habitual era que las empresas dictaran y guiaran la adopción de nuevas tecnologías y que luego éstas encontraran su camino dentro del mercado. Ahora, las cosas no funcionan así. Los consumidores están por delante de las empresas a la hora de adoptar tecnologías. Como resultado, se puede esperar que los empleados, en el futuro, acaben trayendo sus propias tecnologías a la oficina, con lo que probablemente también las utilizarán para su trabajo. Ya hemos visto este fenómeno con la mensajería instantánea y Skype e incluso con determinados complementos de Excel.
Tradicionalmente, las organizaciones de TI han rehuido este concepto, siendo la opinión mayoritaria que dichas acciones van en contra de la estandarización, la seguridad y otras ventajas que el departamento de TI tiende a valorar. Conforme la línea divisoria entre la tecnología personal y de empresa sigue siendo cada vez más borrosa, es de esperar que los empleados integren paulatinamente esos aspectos de sus vidas. Esto significa que sus jefes les permitirán, facilitarán e incluso fomentarán esa unión.
Más teletrabajo y globalización
Uno de los productos colaterales principales del consumismo en la tecnología es la creación de una verdadera fuerza de trabajo global y una base de consumidores globales. Cuando se combina la personalización de la tecnología con la tendencia hacia el teletrabajo y la globalización, se puede intuir una fuerza de trabajo que elige cómo y dónde trabaja y una base de consumidores que es, del mismo modo, diversa.
Y no hay que asumir que esta fuerza de trabajo o esta base de consumidores serán un reflejo de la tradicional demografía doméstica.
