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Las imposiciones legales del mercado precisan de directivos de TI proactivos

Su colaboración con el consejo directivo de su organización es crucial cumplir la normativa

En un mercado cada vez más sometido a las imposiciones legales, especialmente después de la aparición de irregularidades en empresas como Enron, cuyo juicio ha tenido importantes repercusiones en todo el mundo en lo que respecta a un aumento del control de las informaciones que manejan las empresas, es esencial que estas últimas dispongan de sistemas que les faciliten un mayor control sobre sus datos. Como es obvio, gran parte de esta responsabilidad recae en los CIOs.

Desde el juicio de Enron en Estados Unidos, los legisladores de todo el mundo están sometiendo a los directivos de las compañías a una responsabilidad cada vez mayor sobre sus acciones y omisiones. El futuro de la empresa global no reside sólo en una mejor administración o en un liderazgo superior: ahora se trata de controlar bien la compañía. Y esto no es una molesta tendencia de negocio, sino un principio legal trascendental. Si las compañías lo ignoran, será por su cuenta y riesgo. Y la importancia, fiabilidad y exposición legal de los directores no ejecutivos será aún mayor a cinco años vista.
En cierto momento, los directores independientes con currículos excelentes podían apelar con éxito a la ignorancia si sus proyectos, adquisiciones, contrataciones, despidos o auditorías, aprobadas previamente por el consejo, acababan en un desastre. En la actualidad, todavía pueden apelar a la ignorancia, pero lo harán ante jueces que pueden interpretar ésta como una negligencia. No en vano, existen buenas razones para que las pólizas de seguros de los directores hayan disparado sus precios...
Obviamente, los directores no ejecutivos son libres de confiar en cualquier dato que les ofrezca su presidente, el director financiero y los auditores. Sin embargo, si éstos formaran parte de un consejo que cada vez estuviera sometido a unos estándares de responsabilidad más estrictos, seguramente les gustaría disponer de su propia ventana de información que les ayudara a vigilar a su empresa y, en el caso necesario, poder demostrar ante un tribunal que actuó con diligencia como director indagando profundamente cada dato. Y es en este sentido en el que es esencial su colaboración con los CIOs.

La importancia del CIO
En definitiva, la dura realidad es que la ley obliga a los directores a gastar más tiempo y esfuerzo en un control más serio de su organización. Y éste no se puede llevar a cabo sin información. El reto es sorprendentemente obvio: los CIOs deberían liderar el trabajo junto a sus presidentes, directores financieros y consejos de administración e incluso auditores, a la hora de desarrollar sistemas personalizados que sirvan de apoyo al consejo de dirección.
Lo que ocurre es que los CIOs suelen ser reactivos, más que proactivos. Esto significa que intentan responder desesperadamente a cualquier petición de última hora que proceda de los abogados o los bancos inversores, o incluso del director financiero, en lo que respecta a algún problema a nivel de consejo directivo. Y, cuando consiguen, normalmente a duras penas, entregar su trabajo a tiempo y en los formatos deseados, no se les tiene en cuenta, dando por hecho que lo deben hacer así. Eso sí, cuando falta algún dato o éste llega tarde, se culpa a los CIOs.
De este modo, el aumento de un control dirigido a garantizar la responsabilidad de estos profesionales supone una excelente oportunidad para cambiar esa dinámica. Los CIOs que sean inteligentes y valientes se aprovecharán al máximo de ella y trabajarán con sus presidentes, directores financieros y consejos de administración para ayudar al consejo directivo. Serán preactivos y también procurarán mantener charlas informales con abogados y directores no ejecutivos de otras firmas para hacerse una idea de qué clase de personalización requiere su empresa. Incluso también pueden desarrollar algunos paneles de control digitales con información sobre la empresa necesaria para determinados directivos. Eso sí, es necesario que el consejo de administración, el director financiero o el presidente colaboren creativamente en este proyecto.

Mejorar el perfil
Por supuesto, si un CIO quiere realmente incrementar su perfil profesional, la mejor opción para ello puede ser elevar esta oferta de manera informal a un director afín que se ocupe, por ejemplo, de la compensación o el comité de auditoría. Eso sí, esta decisión supone tomar altos riesgos: pasar por encima de los compañeros es un juego sucio dentro de una empresa.
Una relación sana y productiva con el consejo de dirección es una meta razonable para un CIO de primera clase. Más aún, habría que señalar que en esta era de complejas infraestructuras legales y reglas de cumplimiento global, una relación sana y productiva con el CIO es una meta esencial para un consejo de primera clase. Para los directores de sistemas, las relaciones productivas a nivel de consejo son esenciales para su desarrollo profesional. Aunque existe una amplia literatura en el ámbito de la dirección acerca de cómo deberían los CIOs dirigir a su equipo y colaborar mejor con el resto de la empresa, lo cierto es que escasea información sobre el papel que deben jugar éstos no sólo a la hora de potenciar a los ejecutivos de nivel superior, sino también en la mejora de la información, interacción y control a nivel del consejo. Utilizar las TI para ayudar a este último a acometer su labor puede ser tan importante para el CIO del mañana como emplearlas para reducir gastos y generar mayores ingresos en la empresa. Por muy crucial que sea el control sobre las TI, el de la empresa en su totalidad es aún más importante. Los CIOs deberían reconocerlo y actuar en consecuencia.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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