Las fusiones de las cajas, todo un reto para los CIO

La concentración del sistema financiero está impactando con fuerza en el mapa de los sistemas y servicios de TI. Por eso, en este momento, la figura del CIO cobra especial importancia debido a que los procesos, las aplicaciones informáticas y las infraestructuras de TI de cada una de las entidades fusionadas o absorbidas deben ser examinadas y evaluadas para crear un modelo global que contenga lo mejor de cada una de ellas.

Ignacio Peralta, CIO de Cajasol

“Las tecnologías que deben prevalecer en una fusión son las más fáciles de evolucionar y más económicas de mantener”

“Los procesos de fusión son siempre complicados y requieren un foco y dedicación en poner en marcha la entidad resultante”, asegura Ignacio Peralta, CIO de Cajasol, quien añade que “todo proceso de fusión bien gestionado supone una oportunidad para tener como resultado una entidad mejor, con mayores fortalezas y con más valor”.

“La clave está en las personas –continúa–; hay que tratar de identificar cuanto antes el valor añadido que cada miembro del equipo puede aportar a la organización y focalizar todo nuestro esfuerzo en trabajar con ilusión por el nuevo proyecto, buscando ese ‘pegamento’ que hace falta para que todo el equipo trabaje en la misma dirección y con un rendimiento óptimo”.

Peralta está convencido de que el papel del CIO ante un proceso de consolidación es esencial: “El CIO tiene un papel clave no sólo velando por la correcta ejecución del plan, hay que maximizar el foco en retener e ilusionar el talento, en que la organización resultante sea la suma de lo mejor de cada entidad origen. Trabajar en el plan de transformación de la entidad resultante es un buen ejercicio para fomentar la innovación y sumar talento a la nueva organización, aunque la implantación de la mayoría de estas transformaciones tiene que esperar a que se produzca la consolidación, pues la duración del proceso de integración tiene que reducirse al mínimo posible”.

El gran desafío de este tipo de integraciones, según Peralta es que hay que compatibilizar la ejecución de un plan de integración, que se exige que dure lo mínimo posible, con dar servicio en el día a día al negocio en los sistemas origen y trabajar en la evolución tecnológica del sistema destino para que no se quede desfasado. “Cuando los recursos son limitados esto implica que hay que tomar decisiones y hacer sacrificios que no van a gustar a todos –asevera–, por lo que la comunicación es clave en el éxito del proceso. Las tecnologías que deben prevalecer son aquellas que resultan más fáciles de evolucionar y más económicas en su mantenimiento, pero no nos debemos limitar exclusivamente a las aplicaciones, los procesos productivos y la madurez de las organizaciones de TI para dar servicios competitivos ante una situación de cambio tiene una relevancia que debe ser tenida en cuenta y valorada”.

El hecho de que el sector financiero español haya sido muy proclive al desarrollo de aplicaciones a medida hace que contar con unos socios tecnológicos adecuados sea clave para abordar con éxito estos procesos, según Peralta, ya que “sin ellos no dispondríamos de capacidad para culminar estas integraciones en unos plazos razonables”. 

José Manuel Valiño, CIO de Caixa Galicia

“Los parámetros fundamentales de la selección de una plataforma tecnológica deben de ser los de costes y los de riesgos”

“Solemos decir que los periodos de fusión son buenos para nuestra función porque se ve reconocida por todos y porque aumenta nuestra relevancia estratégica. Son tiempos de proactividad, ilusiones compartidas y mucha gestión”. Asi explica José Manuel Valiño, CIO de Caixa Galicia, la situación que está afrontanto tras el anuncio de fusión de su entidad con Caixanova. Afirma que “teniendo en cuenta que nuestros clientes (en particular los externos) no pueden sufrir en absoluto en estos procesos de concentración, todo el esfuerzo de concentración se orienta hacia sinergias, redundacias de personal y en general ahorro de costes. Todo los procesos actuales que estamos sufriendo el sector financiero y en particular las Cajas, tratan de ajustar nuestra capacidad a la realidad económica y de mercado que tenemos”.

Valiño asegura que en todo proceso de fusión, los dos parámetros fundamentales de la selección de una plataforma tecnológica deben de ser los de costes y los de riesgos. “Los de costes suponen que de forma natural se debe escoger la solución de mayor alcance funcional, que minimice el gap de desarrollo diferencial (y sus plazos asociados) de las entidades. Normalmente, una entidad más grande o que haya podido invertir más, con buenas prácticas de gestión, tiene una mayor funcionalidad. La elevada funcionalidad aplicada a la mejora y optimización de procesos suele también producir unos menores costes unitarios, que no tiene que coincidir siempre con las economía de escala”. En cuanto al segundo de los parametros, Valiño señala que “los riesgos se deben referir a la capacidad de ejecución de proyectos en coste plazo, a los riesgos tecnológicos de obsolescencia, novedad o nivel de conocimiento y soporte de tecnologías y el factor complejidad política o cultural del propio proceso de integración. Los sistemas más extendidos o con mayor cuota de mercado en general suponen un menor riesgo, aunque también al diferenciación es menor y se suele estar excesivamente vinculado a un proveedor.

Por último, Valiño asegura que cuando se está inmerso en un proceso de fusión no es un buen momento para innovar y mejorar la infraestructura ya que “se nos acusará de que no estamos alineados con el momento de negocio”. Sin embargo, señala que si finalmente se decide afrontar un proyecto de innovación, “el proceso de cambio nos permitirá extender con mayor facilidad conceptos como interoperabilidad, digitalización, SOA o sistemas abiertos”. No obstante, Valiño señala que “la crisis es un buen momento para innovar, incluso en la clandestinidad y con el sentido indicado. Lo que no tien