Las empresas menosprecian los riesgos que supone el teletrabajo para la seguridad corporativa
Las empresas que permiten a empleados teletrabajar necesitan prestar más atención a los desafíos de ciberseguridad asociados a esta forma de trabajo. Ésta es la principal conclusión del estudio elaborado por el Centro para la Democracia y la Tecnología (CDT) y Ernst & Young. El trabajo a distancia presenta retos de seguridad complejos y muchas organizaciones los ignoran.
Fuentes de CDT y Ernst & Young se niegan a admitir que el teletrabajo implica más riesgos que trabajar en una oficina pero sí que presenta diferentes problemas de seguridad. Por un lado, los teletrabajadores utilizan sus propios ordenadores, exponiendo potencialmente la información de la empresa a brechas de seguridad de datos, y, por otro, son muchas las empresas que no disponen de una completa política de teletrabajo o restringen el acceso del trabajador a aquella información que no sea necesaria para el desempeño de su actividad.
"Hay muchos factores que suponen un riesgo potencial”, afirma Ari Schwartz, vicepresidente de CDT. "Si se trabaja con información muy sensible o si no se supervisa a alguien que siempre trabaja desde casa habrá un riesgo mayor que alguien que trae la información de casa de vez en cuando y sobre el que se tiene un mayor control".
Las compañías que ofrecen el teletrabajo como una opción para sus empleados necesitan evaluar los riesgos y tomar más medidas para minimizar la posibilidad de que se pierda información. Todo indica que el teletrabajo va a crecer de forma significativa en los próximos años, por lo que se hace necesario ver formas que hagan el teletrabajo menos susceptible de perder información, explica Schwartz.
Para el estudio se entrevistaron a 73 compañías en EE.UU. Canadá y Europa y se descubrió que menos del 50%de los trabajadores tenían software de cifrado del correo electrónico; que alrededor del 50% de las organizaciones ofrecían autenticación hard token para dispositivos empresariales; y que apenas se utiliza la autenticación biométrica.
Sólo el 20% de los entrevistados dijo que sus organizaciones examinan los puestos de trabajo fuera de la oficina y que menos del 50% utiliza cables de seguridad para blindar los ordenadores en las casas.
"La imagen no es triste", explica Sagi Leizerov, director del grupo de servicios de consultoría de Ernst & Young. "Seguramente encontramos buenos ejemplos en el mercado pero si miramos la situación ahora mismo, parece más bien un queso suizo: Está lleno de agujeros”.