La Web 3.0 dotará de significado a la Internet del futuro
La Web semántica o la Inteligencia Artificial serán algunas de las claves de esta nueva Red
En un momento en el que la sociedad intenta adaptarse a las nuevas herramientas sociales y colaborativas que aporta la Web 2.0, muchos sectores de la industria hablan ya del futuro de Internet bajo un nuevo paradigma: la Web 3.0. ¿Su principal valor? La semántica, que aportará el significado necesario a todo el contenido que reside en Internet.
Cuando a finales de la década de los 80 el investigador Tim Berners-Lee creó la World Wide Web (WWW), soñaba con una Internet mucho más revolucionaria que la que conocemos hoy en día, una Web que no sólo fuera capaz de archivar y catalogar toda la información, sino que además pudiera comprenderla. Esta Internet del futuro, o lo que muchos se adelantan a llamar ya Web 3.0, supone la transformación de la Red en una base de datos que permita hacer los contenidos accesibles por múltiples aplicaciones y gracias a tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), las aplicaciones geoespaciales o, la más importante para conseguir dicho cambio y la que definirá su futuro, la Web semántica. “Realizar la visión de la Web semántica es probablemente uno de los retos más grandes de la sociedad hoy”, apunta Isabel Fernández, responsable de marketing de producto de Fatwire Ibérica. “Se han expresado muchas dudas acerca de la viabilidad del proyecto faraónico que Tim Beerners-Lee está llevando a cabo en el MIT desde hace casi una década pero, aunque el proyecto de crear una enorme enciclopedia universal, o una enorme y monumental biblioteca del conocimiento, existe desde hace tiempo entre los filósofos, los bibliotecarios y los expertos en IA, ahora parece estar más cerca que nunca de realizarse”, apunta Fernández.
La Web del conocimiento
Aunque aún no existe un consenso total sobre la definición de la Web 3.0, y sobre todo en un momento en el que las sociedades y las empresas empiezan a adaptarse y a descubrir las utilidades de la recién llegada Web 2.0, en general se asocia a una nueva etapa cuyo objetivo es añadir significado al caos de Internet. “Comparada con la Web 2.0, la 3.0 mueve el foco desde la participación y la comunicación hacia los contenidos y el conocimiento. Las herramientas de la Web 2.0 son instrumentos de los objetivos de Web 3.0”, explica Fernández. En esta misma línea, Ricardo Baeza, director de Yahoo! Search en Barcelona, apunta que “la Web 3.0 va a suponer el aprovechamiento del contenido que está generando la Web 2.0”. Supondrá una mayor capacidad de sacar el máximo partido de la Internet actual y de buscadores más inteligentes, “capaces de intuir la intención del usuario en cada consulta, lo que conllevará, a la larga, una ayuda muy efectiva en las tareas cotidianas de las personas”. Sin embargo, no sólo los usuarios que utilizan Internet para sus quehaceres diarios y sus momentos de ocio se verán beneficiados por esta evolución de la Red. Las empresas, de la misma forma que han sabido aprovecharse del crecimiento y desarrollo de las redes sociales, también serán capaces de hacerlo de los recursos de esta Internet del futuro. “Fundamentalmente creo que cambiará la sociedad –apunta Baeza, y las empresas se adaptarán a ese panorama”. Para el director de Yahoo! Search, el aspecto que más afectará a las compañías será la posibilidad de “tener comunidades de prácticas profesionales dentro de sus propias organizaciones que compartirán y mejorarán el conocimiento colectivo de sus empleados”. Sin embargo, Luis Rodríguez, director de marketing y comunicación de consumo y on-line de Microsoft Ibérica, va más allá y apunta que la Web 3.0 “traerá consigo una comunicación bidireccional, una relación más directa entre la empresa y el consumidor final que transformará por completo la manera en la que las empresas se relacionan con sus clientes”.
Y es que, uno de los puntos fuertes con los que cuenta la Web 3.0 es la interoperabilidad. Según Francesco Carbone, project manager de iSOCO, empresa fundada en 1999 como un spin-off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), “si etiquetamos el texto de una página web para que un ordenador pueda leerlo, también podremos extraer esta información, cruzarla y compararla con otra fuente”. En definitiva, según Carbone, “la promesa es buscar lo que necesito, cuando lo necesito y donde lo necesito; y las palabras clave son semántica y movilidad”. De esta forma, las búsquedas que realizamos habitualmente en los buscadores de Internet serán mucho más inteligentes. Así, “encontrar presidentes de Estados Unidos muertos durante su mandato, formulando la pregunta a un buscador de la misma forma que lo haríamos con una persona, no será ciencia ficción”, aclara Carbone.
El papel del buscador
En el año 2006, el universo digital ya había alcanzado la dimensión de 161.000 millones de gigabytes (161 exabytes), según el informe La expansión del Universo Digital: Un pronóstico del crecimiento mundial de la información al año 2010, realizado por EMC y la consultora IDC. Este universo digital equivale aproximadamente a tres millones de veces la cantidad total de libros escritos en la historia de la humanidad o el equivalente a 12 pilas de libros, cada una ellas extendiéndose a 93 millones de millas desde la Tierra al Sol. Además, IDC proyecta un crecimiento de hasta seis veces en la cantidad de información creada y copiada desde la actualidad hasta el año 2010, alcanzando la cifra de 988 exabytes, lo que significa un crecimiento anual del 57%. Esta situación se debe a que en el año 1996 existían sólo 48 millones de personas utilizando habitualmente Internet, mientras que en la actualidad se calcula que hay unos 1.100 millones de usuarios y para el año 2010 habrá otros 500 millones adicionales.
En este nuevo panorama virtual, los buscadores jugarán un papel protagonista como herramientas que facilitan el acceso a toda esa cantidad de información. “En el futuro, el paradigma de la búsqueda va a cambiar”, apunta el director de Yahoo! Search. Ya no sólo se trata de permitir que los usuarios encuentren cosas, “sino que también logren objetivos completos. La búsqueda será una herramienta activa que, cuando el usuario quiera, dará información relacionada a los que está escribiendo o haciendo, es decir, provisión de información en vez de recuperación”. Por su parte, Jordi Torras, director general de Q-go para España y vicepresidente para el sur de Europa, se atreve a dar un punto de vista más visionario y apunta que “con la llegada de la Web 3.0 Internet será el único punto de acceso a toda la información y, por ello, los buscadores tradicionales que hemos visto hasta ahora desaparecerán y serán sustituidos por software que comprende lo que estamos buscando sin estar atado a las palabras clave que creemos que definen lo que tratamos de encontrar. La idea es que esta Web sea capaz de recordar nuestros intereses y el contexto en el que trabajamos, de forma que Internet se convierta en una auténtica red neuronal de conocim