La última generación de portátiles: no todo son ventajas
Más rápidos, más ligeros, más pequeños. Esta parece ser la fórmula mágica que buscan todos los fabricantes de portátiles en la actualidad. Pero no todo son ventajas en la nueva generación de notebooks. Las baterías parecen no haber evolucionado al mismo nivel que el resto de los componentes, y la mayor potencia de los equipos reduce el tiempo de autonomía.
Otro de los grandes problemas al que se enfrentan los fabricantes es el de la disipación del calor. Según los analistas, el incremento del rendimiento de los portátiles implica un aumento del consumo de energía y de la generación de calor.
Las tarjetas PC parecen ser una de las principales víctimas de estas altas temperaturas, puesto que suelen situarse muy cerca de los procesadores, principales generadores de calor. Por eso, el lanzamiento del Pentium a 150 MHz para portátiles, que Intel tiene previsto para el tercer trimestre de este año puede suponer nuevas dificultades. Algunos expertos han apuntado, por otra parte, que el nuevo chip sólo proporcionará una mejora del 5 por ciento respecto al de 133 MHz.
Los analistas afirman que la solución de este problema supone un reto tanto para las marcas de PC como para los fabricantes de componentes, empezando por Intel. Dell apuesta por utilizar una lámina de metal en la placa madre que permita disipara el calor. IBM ya utiliza una tecnología que permite resolver este problema.
En cuanto a las baterías, los expertos aseguran que la solución puede encontrarse en una nueva generación basada en tecnología de litio-polimer, que probablemente no llegue al mercado hasta el próximo año.
A pesar de estos problemas, la nueva generación de portátiles en el mercado ofrece a los usuarios funcionalidades avanzadas. Además de la potencia, las posibilidades multimedia, el aumento de las pantallas o el menor peso y tamaño de los equipos, la inclusión de comunicaciones por infrarrojos es una de las características más valoradas por los usuarios corporativos. Con una velocidad de transmisión de 115 Kbps, los portátiles pueden enviar de forma inalámbrica trabajos de impresión o intercambiar información con otros ordenadores.
Lógicamente, las comunicaciones por infrarrojos todavía tienen bastantes limitaciones, puesto que la distancia máxima entre los equipos con esta tecnología se sitúa aproximadamente en un metro y medio.