La tecnología se sube al taxi
Jornadas Fundetec
El sector del taxi no ha sido impermeable a las innovaciones tecnológicas. Al menos así quedó constatado en el encuentro organizado por Fundetec y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en el que estuvo presente un nutrido grupo de taxistas en representación del gremio, así como representantes de Caja Madrid y RIM.
El evento tuvo lugar en Móstoles (Madrid), donde la asociación de autotaxis del municipio es la tercera en número de socios de la ciudad. En su intervención, Elena López, concejala de Economía del Ayuntamiento mostoleño, señaló: “Nuestro objetivo es mejorar, especializar y modernizar la situación de un sector indispensable en una gran ciudad como Móstoles y seguir tejiendo, de esta manera, una red de excelentes profesionales en nuestro municipio”.
Innovación vs alto precio
¿Pero qué innovaciones pueden incorporarse al sector del taxi? Para César García, director del departamento de política sectorial de UPTA España, “en sectores como el taxi resulta muy factible aplicar las nuevas tecnologías para el ejercicio de la profesión, así como para mejorar aspectos como la seguridad o la salud del taxista”. Sin embargo, reconoce que “a pesar de que las nuevas tecnologías son buenas, en algunos casos resultan prohibitivas por su precio”. En esta línea, Miguel Galán, taxista en la actualidad y coordinador de la sectorial del Taxi de UPTA Madrid, señaló que “el principal problema para acceder a las nuevas tecnologías es su elevado coste. La instalación de un taxímetro, con emisora, conexión al 112 y GPS cuesta unos 3.000 euros”. Así las cosas, el gremio de taxistas no está dispuesto a desembolsar semejantes cantidades, salvo si los organismos públicos les conceden una subvención. Según Galán, “actualmente no hay subvenciones para la adquisición de nuevas tecnologías de manera que son los taxistas quienes deben afrontar la totalidad del coste”.
Servicio al cliente
Nadie duda de que la calidad del servicio en este gremio está en relación, fundamentalmente, con las condiciones del vehículo y la actitud del taxista. Sin embargo, cada vez tienen mayor importancia otros elementos auxiliares como poder pagar con tarjeta de crédito, disponer de un recibo impreso o no tener que oír las continuas peticiones de localización de taxis libres para servicios emitidas desde las emisoras. “La incorporación de las nuevas tecnologías ayuda a ser más productivos, más eficaces, más competitivos y a marcar diferencias en cuanto a agregar valor a la profesionalidad del servicio al cliente”, señaló Enrique Hormigo, gerente de proyectos de Fundetec. En esta misma línea se mostró Maximiliano Alonso, secretario general de la Asociación de Autotaxis de Móstoles, al señalar que cada vez más los clientes demandan nuevos servicios la taxi y, por tanto, es necesario incorporar las nuevas tecnologías”.
Dispositivo único
El gremio de taxistas de Madrid reclama al sector tecnológico una integración de las diferentes aplicaciones de utilidad para estos profesionales (taxímetro, GPS, sistema de geolocalización, botón de emergencias 112, servicio de mensajes, etc.) en un único dispositivo.
Aunque en el mercado existen ya sistemas que incluyen diferentes servicios, como el de la empresa Auriga, que ha implantado 7.000 aparatos con éxito en los taxis de Zaragoza o de Lanzarote, “existe el problema de que nuestro gremio está condicionado por las normativas locales que regulan su actividad, que les imponen la instalación de determinados sistemas por ser los únicos homologados por el ayuntamiento al que pertenecen”, señaló Miguel Galán.
En este sentido, varios de los taxistas presentes en el desayuno se refirieron al monopolio que la empresa Taxitronic tiene con el taxímetro, gracias a los acuerdos que ha suscrito con las diferentes entidades locales. De este modo, “aunque decidiéramos adquirir un nuevo sistema integrado con todas las aplicaciones, estamos prácticamente obligados a tener instalado el taxímetro de esta compañía”, señaló Galán. Así las cosas, los representantes del sector solicitaron el fin del monopolio del taxímetro y la libertad de instalar los sistemas que cada uno considere oportunos.
Una de las alternativas que se presentaron fue el dispositivo Blackberry de RIM. Según su director de ventas, Daniel González, “actualmente, los operadores, a cambio de un contrato de permanencia de 18 meses a través de una tarifa plana de 30 euros, entregan un dispositivo Blackberry a coste cero que lleva incorporado un botón de llamada al 112, un GPS y acceso a Internet”. Con esta solución se abren nuevos retos en la petición del servicio, que pasa ahora por ser más automatizado, ya que podrá realizarse a través de mensajes cortos desde teléfonos móviles, mensajes enviados por correo electrónico y peticiones desde páginas de Internet.
El pago con tarjeta
En el encuentro también se comentó el tema del pago con tarjeta, servicio del que carecen la mayoría de los taxistas, y que justifican por las elevadas comisiones que les obligan a pagar los bancos. En España existen 75.000 taxistas, de los cuales 16.500 pertenecen a Madrid, lo que la convierte en la primera ciudad de España por número de taxis por habitante. Actualmente, sólo el 36% de los taxis madrileños ofrece la posibilidad de utilizar este medio de pago.
Según datos ofrecidos por la representante de Caja Madrid, el dispositivo para facilitar el pago por tarjeta cuesta unos 10 euros al mes, siendo el banco el encargado de sufragarlo en caso de que éste sufra algún desperfecto. La comisión actual para el pago con tarjeta de crédito es de un 1,10 y de 40 céntimos para las de débito.
Falta de tiempo para la formación
Para Daniel González, “la falta de tiempo es el principal problema de la integración de las nuevas tecnologías en cualquier sector industrial”. Según el responsable de RIM, “el éxito de un implantación tecnológica depende de la predisposición de los usuarios”. De este modo, tanto proveedores como usuarios presentes en el desayuno coincidieron en señalar que existe la solución tecnológica pero falta la comunicación previa que explique su utilidad. “La tecnología no debe ser un coste sino una inversión”, apuntó Enrique Hormigo.