La tecnología en sala de espera
Mesa redonda
Lola Ruiz (HP).- En España está ocurriendo en el sector sanitario con la introducción de las Tecnologías de la Información algo muy similar al resto de Europa. Comparativamente con otros sectores, es cierto que el sanitario tiene una resistencia cultural y económica a la introducción de las nuevas tecnologías. Desde el año 2001, en España se está asistiendo al escenario de desarrollo tecnológico en cada una de las Comunidades Autónomas por lo que el papel que le queda tanto al Ministerio como al concepto de Sistemas Nacional de Salud. De esta forma, a nivel de tecnologías el diseño del sistema nacional de salud debería estar representado por el Ministerio, hay decisiones que deben ser tomadas a nivel nacional y por tanto, no deben ser asumidas por las Comunidades Autónomas. Es cierto que varias CC.AA. cuentan con iniciativas de gran valor pero hay determinadas áreas que es mejor articularlas de una manera integral.
Jaime García (IDC).- Las diferencias de inversión tecnológica en el sector sanitario español frente a Europa son muy elevadas si se compara con otros sectores como el bancario. A pesar del traspaso de competencias, es necesario que exista un organismo nacional que controle y coordine gran parte de las inversiones de TI en el sector sanitario y no de lugar a comunidades de primera y segunda división.
Federico Aguilar (Indra).- Para analizar el estado de inversión en TI en el sector sanitario no se puede dar una opinión homogénea sino que más bien hay que diferenciar tres prismas: sanidad pública, privada y papel de los proveedores de TI. Además hay que añadir un nuevo enfoque de desarrollo tecnológico más centrado en el servicio del paciente que en el profesional sanitario. En la sanidad privada la tecnología se ha convertido en uno de los pilares fundamentales en los que se está basando su oferta. En cuanto a la sanidad pública, tanto la administración nacional como la autonómica muestran un grado de compromiso elevado por la inversión tecnológica en la sanidad. Asimismo, el Ministerio debe desempeñar un rol más importante en proyectos estratégicos como la receta electrónica. Finalmente, las empresas de tecnologías en el sector sanitario están a día de hoy a la vanguardia de cualquier empresa mundial.
Jesús García (Ministerio de Sanidad).- En líneas generales no creo que exista un rechazo del sector sanitario por las tecnologías. En España hay proyectos en CC.AA. que están a la vanguardia de Europa. El Ministerio a pesar de tener todas las competencias se enfrenta a un problema que pone freno al desarrollo coherente de los proyectos como es el modelo de financiación. De esta forma, la tecnología, que ya está disponible, no es el obstáculo de la inversión sino otros factores más de índole política. Así las cosas, la integración de sistemas no es problema técnico sino más bien político.
Ambrosio Rodríguez (SESCAM).- La situación de la inversión tecnológica en la sanidad vive un momento de transición calificada de estable. A día de hoy, todas al Comunidades Autónomas intentan definir cúal es su modelo tecnológico. Por otra parte, se detecta como el profesional sanitario más que rechazo hacia las TI muestra un sentir de desconfianza hacia las tecnologías.
José Luís Díez (Accenture).- La visión global del sistema de salud es optimista y tecnológicamente avanzando. El proceso de transferencia de competencias ha experimentado un desarrollo positivo en dos aspectos: mayor sensibilización del político hacia la inversión tecnológica, ya que es entendida como un valor para el ciudadano, y por otro lado, la vertebración de las tecnologías por cada CC.AA. Respecto a la comparación con proyectos internacionales nuestro país debe invertir más y de forma global y corporativa.
Mario Gómez (Bull).- La tecnología en el sector sanitario está bien instaurada en España. Hoy, no existen barreras tecnológicas que tengan un elevado coste que impidan su desarrollo en los centros sanitarios. Además, existen unas tecnologías estándares que permiten que Ministerio y CC.AA. puedan trabajar con varios integradores, abstrayéndose tanto de la infraestructura como del nivel de aplicaciones, y preocuparse en aportar a las aplicaciones que ofrecerán a los ciudadanos. La descentralización de las competencias de sanidad ha mostrado un escenario dividido por el grado de concienciación tecnológica de cada CC.AA.
Fernando Bezares (Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid).- La descentralización de competencias ha traído consigo ventajas e inconvenientes. De todas formas, el balance es positivo ya que el Ministerio se ha quedado como un órgano de coordinación, necesario en este momento. Con independencia de que el porcentaje del presupuesto sanitario que se dedica a TI sea de un 1 ó de un 5%, la cifra es positiva. El problema no radica tanto en el gasto sino más bien en los nuevos proyectos e ideas. De manera que se podría invertir más si se fuera un poco más hábil vendiendo proyectos, y no debe gastarse más sino se tiene una estrategia clara y definida. Por otra parte, la historia clínica es el objetivo para mejorar la atención médica del futuro y actualmente se está muy lejos de conseguirlo. También es necesaria una homogenización de las ideas y proyectos a través de la estandarización. Finalmente, la externalización es necesaria y debe apoyarse en una estructura propia de profesionales por lo que el modelo no de be ser global sino parcial y controlada por los equipos de cada consejería.
Política nacional
Lola Ruiz (HP).- El índice de aceptación de las tecnologías tanto a nivel europeo como en España en el sector sanitario está por debajo de lo que sucede en otros sectores. Las barreras no tienen que ver con la idiosincrasia de los profesionales médicos sino más bien con otros factores externos. Por otra parte, se echa en falta la existencia de una política de gobierno para la introducción de las nuevas tecnologías en sanidad.
Ambrosio Rodríguez (SESCAM).- Por un lado debe existir una coordinación del Ministerio y por otra parte, la integración de sistemas de las CC.AA. requiere de una fuerte centralización para que los sistemas sean homogéneos. La externalización es necesaria y nadie debe oponerse en su desarrollo, y el personal público debe estar para coordinar los proyectos.
Mario Gómez (Bull).- La centralización es positiva siempre que se dedique a definir modelos de negocio para la unificación de criterios.
José Luís Díez (Accenture).- España no tiene nada que envidiar en proyectos como la historia clínica frente al resto de países. El problema es que existen muchos proyectos pilotos pero pocos de ellos se ponen en marcha de manera oficial. Por tanto no hay falta de ideas y proyectos sino más bien de otros factore