La tarjeta sanitaria base del intercambio de información del sis tema sanitario español. Jesús García Marcos, subdirector general de TI del Ministerio de Sanidad y Consumo
El Ministerio de Sanidad y Consumo juega un papel muy importante en la introducción de las TIC en el sector sanitario. Proyectos como la tarjeta sanitaria o la receta electrónica son ya una realidad gracias a su impulso, ¿en qué campos está trabajando actualmente?
- En el ámbito de las TIC el Ministerio está trabajando en dos campos, por un lado, en todo lo que se refiere a las actuaciones internas que tienen que ver con su propio funcionamiento, y por otro, llevando a cabo importante actuaciones relacionadas directamente con Internet, lo que denominamos servicios web, donde hay proyectos como los MIR por Internet, sanidad exterior, prevención de la salud. Son proyectos del sistema de información del ministerio, del Sistema Nacional de Salud (SNS) y que se basan en un esquema de interoperabilidad que posibilitan la integración de los distintos sistemas que están poniendo en marcha las CC.AA., ya que utilizan estándares de intercambio de información a través de mensajes XML que permiten la independencia de las plataformas y de las aplicaciones. El ministerio ha instalado una intranet sanitaria que permite el acceso al SNS a través de una red exclusiva y dedicada. Como se trata de datos confidenciales, el acceso de los clientes se hace con altos niveles de garantía y seguridad.
¿Todos estos servicios tienen un elemento común?
- Por supuesto, la tarjeta sanitaria es el centro, es la base de todo el sistema nacional de salud y en base a ella se articula todo el intercambio de información que estamos diseñando. Fue el primer servicio web que pusimos en marcha a finales de 2002, y ya contamos con más de 10 comunidades que tienen interconectadas sus tarjetas, y otras como Galicia, Valencia, Canarias o Cataluña que se están incorporando a este proceso. Sobre la tarjeta sanitaria se van a seguir implantando nuevos servicios y ésta se convertirá en la base de la identidad de los ciudadanos. Uno de los servicios que estamos desarrollando, tomando como base la tarjeta, es lo que denominamos derivación de pacientes. Existe un decreto del fondo de cohesión europeo que permite compensar los costes generados por los pacientes derivados de una comunidad a otra con unas reglas estrictas. Es decir, que cuando un paciente de una comunidad debe ser operado o atendido en otra, se realiza una petición a través de los servicios web a la comunidad, ésta lo valida y la de destino lo acepta, generando así una cita y permitiendo repartir de forma rápida todas las peticiones con las ventajas que esto supone para los pacientes, y con un alto nivel de seguridad porque están trabajando con servidores privados, certificados y firmados.
Desde hace ya tiempo se viene hablando de la receta electrónica y la dispensación electrónica de medicamentos, ¿en qué momento se encuentran y qué papel juega el ministerio en estos proyectos?
- Hace ya tiempo que desde el Ministerio hemos puesto las bases y venimos impulsando la receta electrónica, pero como ya comentaba antes, ésta es una de las competencias que tienen transferidas las CCAA y por lo tanto no hay un plazo determinado, pero fomentamos su implantación, aunque es un tema difícil pues involucra a muchos colectivos. Ya se trabaja en temas como la ayuda al diagnóstico y en la prescripción, pero donde todavía falta por avanzar es en la dispensación electrónica, pues hay que poner de acuerdo a los Colegios Profesionales de Farmacia, a las propias farmacias, y es difícil. Como sucede con la tarjeta sanitaria, el ministerio elabora planes de integración, lidera el proyecto y marca los estándares. Estaremos presentes en las reuniones de todos los colectivos, para determinar dónde debemos centrar los esfuerzos y qué camino tomar. Para agilizar y hacer que este proyecto arranque estamos intentado incorporarlo al Consejo Interterritorial.
Con todos los proyectos puestos en marcha, tanto por parte del Ministerio como de las CC.AA., ¿qué se persigue?
- El objetivo fundamental de toda esta informatización en el ámbito de la salud es que el ciudadano disponga de su historial clínico esté dónde esté y con las pruebas que necesite. Nuestro trabajo tiene como centro al ciudadano. ¿Qué significa esto? Lograr que no sea necesario que las historias clínicas estén centralizadas en un lugar, sino que los datos se estandaricen y que pueda establecerse la trazabilidad de los datos a través de un código nacional. Actualmente cada vez que se da de alta una tarjeta sanitaria se genera un código que en teoría debe servir para enlazar las distintas historias clínicas, podría existir un registro central en el Ministerio de forma que todos los centros médicos se conecten a él cada vez que sea necesario consultar el historial de un paciente. Aquí aparece de nuevo el concepto de interoperabilidad, y esta es la idea central del otro gran proyecto del ministerio y de las Comunidades, la historia clínica electrónica. El objetivo fundamental de la informatización de los servicios médicos y de los servicios de salud, es el beneficio del ciudadano y un importante ahorro de costes y tiempo.
¿Cómo está trabajando el Ministerio para impulsar todo esto?
- Hemos puesto en marcha la red central, fomentamos la integración de tarjetas, a través del desarrollo de módulos que hacen interoperables entre sí las de las diferentes comunidades, y este es un campo en el que hemos avanzado mucho técnicamente, sólo hace falta la voluntad política de llevarlo a cabo. Mediante acuerdos con las CC.AA. queremos definir el estándar para esta interoperabilidad. Desarrollamos aplicaciones destinadas a facilitar la interconexión de los distintos estamentos. Todo ello encaminado a conseguir la máxima movilidad de los pacientes y facilitar la interconexión de las comunidades, de los centros, de los diferentes estamentos de la sanidad publica española.
¿Existen muchas diferencias en el desarrollo e implantación de TI entre las CC.AA.?
- Los objetivos son los mismos en todas ellas, pero lo que es diferentes es su nivel de desarrollo e implantación que viene determinado por sus presupuestos, pues deseos de mejorar, de extender las TIC en el ámbito sanitario los tienen todas, aunque en cada una de ellas se ha dado prioridad a un aspecto diferente, a la resolución de un problema y ahí estriba la diferencia. Existen las comunidades históricas que han tenido una gestión independiente y otras a las que han sido transferidas las competencias sanitarias recientemente y se acaban de incorporar a este proceso y aunque no se puede decir que estén menos avanzadas, sí hay una diferencia, que puede deberse a que han avanzado en otros campos, pero técnicamente todas tiene unos objetivos muy parecidos.
¿Con qué presupuesto cuenta el Ministerio para la puesta en marcha de estos proyectos?
- Para el fomento y desarrollo de los sistemas de información hay unas transferencias en los presupuestos, pero son mínimas