La seguridad, factor clave para la inversión en los próximos años
La previsiones de IDC se sitúan en un 32% para 2005
Establecer una política de seguridad en las empresas y disponer de soluciones globales de protección y seguridad se erigen como dos elementos fundamentales a tener en cuenta por las empresas a la hora de hacer efectiva su protección. No obstante, “la escasez de profesionales en el mercado, la concienciación de los clientes así como el comportamiento y actitudes de los empleados se convierten en elementos inhibidores para el desarrollo del mercado de servicios de seguridad”, explica Antón Tato, analista de IDC y responsable del Programa de Seguridad.
De acuerdo con el analista, las oportunidades de mercado que ofrece Internet y el desarrollo del comercio electrónico llevan al usuario hacia “la necesidad de contar con un gran proveedor de tecnología en toda la cadena de valor. Por este motivo la tendencia del mercado de software de seguridad apunta hacia una transición del producto hacia el servicio”. Para Tato, esta tendencia es consecuencia de la creciente inclinación a la adquisición de servicios profesionales y el alquiler de software bajo el modelo ASP (Application Service Provider). Con las cifras bajo el brazo, Tato fundamentó sus afirmaciones señalando que, si bien el total del mercado español de seguridad en 2001 se calculó en 1.722 millones de euros, más de 29.000 de ellos correspondieron a hardware, 65.000 a software y más de 75.000 a los servicios de seguridad.
Entornos móviles
Dado el auge experimentado por el sector de la movilidad, especialmente en su vertiente de telefonía móvil, en la conferencia tampoco han podido faltar las referencias a la seguridad en los entornos móviles. El desafío de la movilidad con disponibilidad desde cualquier sitio, en cualquier momento y con cualquier dispositivo abre las puertas a nuevos peligros potenciales. Por este motivo, Jaime García, analista senior de IDC España, apunta hacia “una construcción de seguridad total en la que la política de seguridad ha de hacer especial hincapié en el control del acceso, la autorización y la autenticación”.
Para García, esto debe traducirse en el diseño de una política escalable y manejable que aborde el plan de seguridad desde el inicio no como un “parcheo” del existente, creando aplicaciones de seguridad que tengan en cuenta las debilidades inherentes a la movilidad, por lo que será necesario recurrir a la ayuda de agentes expertos. El analista también ha hecho públicas las cifras de IDC que muestran cómo la inversión en seguridad crecerá del 5’50% del total que se invierte en seguridad en 2001 a un 32% para el año 2005.
A pesar de todos los esfuerzos, los expertos apuntan que aún hay falta de concienciación. Tal y como aludía Antoni Maciá, director general de Grupo Penteo, “mientras la compañía (dirección y usuarios) no se implique en la seguridad, no podremos hablar de la seguridad de negocio”. Según indica un estudio llevado a cabo por Grupo Penteo con 236 empresas españolas, aún existe una importante dispersión del cargo del responsable de Seguridad, así como una implicación insuficiente por parte de la dirección en el cumplimiento de la legislación de protección de datos. De esta forma, Maciá apunta que “la Ley Oficial de Protección de Datos (LOPD) está empezando a implicar a la compañía en la seguridad TIC, ya sea por imperativo legal o por riesgo de sanción y porque implica a dirección y usuarios. Por ello creemos que es el momento de saltar de la seguridad TIC a la seguridad de negocio, no tomar medidas para que las máquinas funcionen, sino para que el negocio funcione”.