La RSC como valor estratégico para la puesta en marcha de la empresa sostenible

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o la contribución activa y voluntaria al desarrollo social, económico y medio ambiental de nuestro entorno por parte de las compañías, con el fin de mejorar su situación competitiva y aportar valor añadido, ha sido considerada tradicionalmente como una tendencia propia de las épocas de expansión, y por lo tanto prescindible en momentos en los que es necesario plantearse reducir costes. Pero ha llegado el momento de cambiar nuestra mentalidad, renovar nuestra estructura organizativa, y abrirnos paso hacia políticas de RSC que se integren de forma trasversal en la estrategia de nuestra empresa, para sobrevivir a la crisis actual. Esta nueva perspectiva es incompatible con la mentalidad que ha dominado el mercado hasta la actualidad, basada en el cortoplacismo y en los intereses propios. Debemos renovarnos, y comenzar el recorrido hacia la empresa sostenible, para sortear los baches que nos trae la actual coyuntura económica. Y para ello debemos darnos cuenta que la RSC no supone un coste más, sino una inversión de futuro.
La empresa sostenible es la que utiliza sus recursos adecuadamente; debemos basarnos en una actitud integradora y no considerar la RSC como una actividad filantrópica, sino como una estrategia que implica a todos los departamentos y grupos de interés. El compromiso y la voluntariedad deben estar integrados en todas las capas de la compañía. El resultado es poder diferenciarse en el mercado, un valor añadido que se traduce en beneficios para la empresa. Para ello, debemos ser capaces de generar activo. Así, las políticas educativas y la captación de talento son dos herramientas básicas. En definitiva, la RSC es una herramienta fundamental para el crecimiento de las compañías, y una necesidad para el cambio del modelo productivo.


Cristina Murillo es secretaria del Foro RSC Gipuzkoa y responsable de tecnología software de GAIA- Cluster TEIC.