La reorganización de Digital.
DEC (Digital Equipment Corporation) y DEE (Digital Equipment Enterprises), se fusionan en España, mediante la absorción de la primera por parte de la segunda. Recordemos que en el mes de octubre de 1991, DEC hacia pública la creación de DEE en España, nombrando a Germán Ruiz Director General. Asimismo, Enrique Martínez de Meana ocupaba la dirección general de DEC España y Wolfgang Jaeger asumía la presidencia del Consejo de Administración de ambas filiales. Este fraccionamiento en dos compañías de Digital se llevó a cabo en toda Europa. El experimento ha durado poco más de quince meses. La nueva organización de DEC en nueve divisiones -impuesta recientemente por su Presidente Robert Palmer- hace cambiar radicalmente los esquemas sobre los que se venía operando hasta ahora.
Antes de analizar las presumibles consecuencias de esta nueva organización en la filial española, una primera pregunta salta de inmediato: ¿cómo es que DEE compra a DEC y no se procede de manera inversa?. Parece lógico que, siendo DEC el logotipo que permanece y la empresa que realmente debe llevar el timón de la operación, apareciese como protagonista principal. Pero, posiblemente, motivos de fiscalidad, con el consiguiente ahorro de dinero, habrán aconsejado esta inversión de papeles que, por otra parte, no va a originar efectos negativos.
Palmer ha dicho que tanto las cuatro divisiones horizontales de servicios y productos, como las cinco verticales orientadas a otros tantos sectores de negocio tendrán, cada una, un director general que reportará directamente a él. Interpretando que ésta estructura afectará en cascada a toda la organización, también en la filial española tendrán que nombrarse otras nueve personas responsables de su división que reportarían a sus directores homólogos europeos. En éste supuesto ¿cuáles serían las misiones de un superior jerárquico, director general de todos ellos? ¿Sólo las protocolarias, como representante único de la empresa? ¿Tendría, necesariamente, que residir en nuestro país?.
Hasta el día primero del próximo mes de julio, fecha prevista para estrenar la nueva estructura, las dos filiales españolas, DEC y DEE, se enfrentan a una compleja situación con doble vertiente. Por un lado, la conveniencia de no perder el pulso del día a día, por la incidencia perturbadora que pudiera tener en la facturación y en el efecto desorientador entre sus usuarios y potenciales clientes. Y, por otro, la necesidad de avanzar en la organización de las nueve líneas, para tener culminado este proceso el próximo día treinta de junio. ¿En qué situación quedarán dos profesionales del prestigio de los actuales directores generales de DEC y DEE?. Asimismo, puesto que la adquisición de la división de Sistemas Informáticos de Philips por parte de DEC produjo mínimos movimientos de plantillas al constituirse DEE, básicamente, con los efectivos de la primera, ¿cómo afectará a los puestos de trabajo la nueva orientación?.
Para frenar y desarbolar tendenciosas especulaciones -inevitables en estos casos- DEC España tendrá que informar profusamente -¿a partir del próximo mes de abril?- de los efectos del proceso organizativo. El tema es trascendente y, dado que afecta a nombramientos para altos cargos, normas operativas y productos, la expectación es generalizada. Por esa información sabremos que la supresión de unos 250 productos de su actual catálogo puede inscribirse como simple anécdota ya que, entre los miles disponibles, dejarán de ofertarse sólo aquellos que ya han sido superados por otros nuevos.
Faltan menos de cinco meses para que la nueva DEC inicie oficialmente su andadura. Para entonces, todos los componentes de la plantilla deben estar perfectamente identificados con la ubicación que les haya correspondido, así como motivados e ilusionados con los objetivos a alcanzar. No hay tiempo que perder.
