La nueva privatización de Bull
El grupo informático francés Bull está a punto de iniciar una nueva etapa en su historia convirtiéndose en una compañía verdaderamente cotizada en bolsa. En estos momentos la participación de Bull que verdaderamente se negocia en el mercado bursátil es sólo el 3,1 por ciento del capital total. El resto está repartido entre cinco accionistas institucionales -France Telecom (17,7%), las japonesas NEC (17,7%) y Dai Nippon Printing (5,5%), y las americanas Motorola (17,7%) e IBM, que ha visto como su participación se ha ido reduciendo con las últimas ampliaciones de capital hasta situarse en el 0,7%-, el personal y directivos de la empresa (8,8%) y la participación del Estado francés, que con el 28,8 por ciento aún sigue siendo la mayor. Si a esa participación añadimos el 17,7 que mantiene France Telecom, todavía también totalmente en manos públicas, la participación estatal se eleva a más del 46%. El Gobierno de Chirac pretende proporcionar más liquidez a la compañía desprendiéndose de un 11,5% de su participación directa -que de esta forma se vería reducida del 28,8% al 17,3%- que se repartiría entre el público minorista y los inversores institucionales, que pasarían a controlar el 13,4% del capital total. Además, los empleados aumentarían su participación un 1,2% hasta llegar al 10%. Esta operación, en la que el Gobierno pretende recaudar cerca de 600 millones de francos, unos 15.000 millones de pesetas, es muy típica del estilo del Gobierno que privatiza sin privatiza. Ahora bien, a pesar de lo reducido de la privatización en términos de dinero y de porcentaje del capital, existe la duda sobre la viabilidad futura de Bull en un mercado tan competitivo como el de la informática. No hay que olvidar que el grupo ha acumulado pérdidas entre los años 1989 y 1994 por valor de más de 22.000 millones de franco. Sin embargo, bajo la dirección de Jean Marie Descarpentries, Bull ha conseguido beneficios durante los dos últimos ejercicios y se ha deshecho de divisiones en pérdidas como Zenith Data Systems, aunque aún se mantenga una participación minoritaria en el capital. Aunque los beneficios acumulados de los dos últimos años no superan los 700 millones de francos -17.500 millones de pesetas- Descarpentries ha prometido una clara mejoría para 1997.