La magia de las palabras

Si hay algo que no se le puede reprochar al actual Gobierno es la inmejorable utilización de las palabras para no decir absolutamente nada. Tarea que, aunque lo parezca, no es nada sencilla. Me explico, los datos que Global Information Technology Report 2007-08 otorga a nuestro país son cuanto menos descorazonadores y preocupantes. España ocupa la posición 31 a escala mundial en lo que se refiere a uso de las Tecnologías de la Información. Puesto que nos sitúa detrás de países como Malta, Portugal o Eslovenia. Una situación que debería, por lo menos, preocupar a nuestros dirigentes políticos. Pues no. Nuestros máximos exponentes se dedican a otras tareas como, por ejemplo, a argumentar que prefieren hablar de ‘alumbramiento digital’ antes que de ‘apagón analógico’, tal y como afirmaba el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián. Sorprendente y decepcionante. La situación actual implica algo más que juegos de palabras. Se trata de hacer. Pero de hacer con sentido. Digo esto porque otra de nuestras dirigentes, esta vez Cristina Garmendia, ministra de Ciencia e Innovación, por lo que parece ajena también a la situación de España en materia TIC, ha anunciado un plan para impulsar proyectos relacionados con la tecnología que se centra en dotar a las principales embajadas españolas de un consejero tecnológico. Lo que significa que se va a seguir gastando el dinero en sufragar nuevos cargos públicos –cuya función todavía es bastante difusa– en vez de reactivar la inversión en TIC en todos los ámbitos de la sociedad. Así, no es descabellado pensar que la obligada convergencia con Europa seguirá siendo un espejismo.