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La lucha por el control de las plataformas para servidor

Surgen problemas para microsoft tras dominar el terreno desktop

La conjunción de Windows 2000 con Linux señala el retorno al campo de batalla de la pugna entre los distintos sistemas operativos. Si Microsoft e IBM se enfrentaron principalmente en el área de los sistemas de sobremesa a comienzos de los años 90, todo apunta a que esta guerra se lidiará por el control de las plataformas para servidor en los comienzos del nuevo siglo.

En los años 90, Windows derrotó totalmente a OS/2, que huyó a refugiarse en un nicho poco importante del mercado. El presidente y ejecutivo principal de IBM, Louis V. Gerstner, admitió la humillante derrota, reconociendo que la “batalla por el desktop” había terminado. La mayoría de los analistas pensaron que ello suponía el final de las guerras entre sistemas operativos y que cualquier desafío futuro a la plataforma de Microsoft tendría lugar, según ellos, de alguna otra forma: navegadores de Internet, ordenadores de red, Java, u otra cosa. Pero la mayoría de los analistas estaban equivocados: las guerras entre sistemas operativos (OS) no habían terminado; tan sólo habían quedado interrumpidas temporalmente. Aunque IBM se retiró humillada del campo de batalla del desktop, continuó buscando formas de contraatacar, respaldando y patrocinando todas las posibles opciones anti-Microsoft y anti-Windows que aparecieran, aunque sólo fueran remotamente plausibles. Como miembro fundamental del grupo de fabricantes tecnológicos que pelean ardumente contra Microsoft, IBM se convirtió en el colaborador pausado y con fondos abundantes que contribuye incesantemente con todas las nuevas tecnologías que pudieran convertir a Windows en un producto irrelevante.
IBM comenzó así a colaborar con Sun Microsystems, influyendo intensamente para llevar a Java a lo largo del proceso de estándares internacional, a pesar de la insistencia de Sun por mantener sobre Java un control propietario que era tan intenso como el ejercido por Microsoft sobre Windows. IBM se unió también a Oracle en un intento de promover el esfuerzo de Larry Ellison por sustituir a los ordenadores personales por ordenadores de red o “Network Computers”. IBM respaldó todo lo que pudiera estar relacionado con Internet y que fuera capaz de perjudicar de alguna forma a Windows. Y, naturalmente, intentó ejercer influencia sobre el Departamento de Justicia de Estados Unidos para que “hiciera algo” sobre Microsoft, respaldando secretamente con fondos algunas investigaciones legales en background en un intento de crear un caso antimonopolio contra la compañía de Bill Gates.
Aunque IBM y sus amigos consiguieron que el Departamento de Justicia ejerciera una reclamación legal antimonopolio contra Microsoft, respecto al resto no consiguieron prácticamente nada. El éxito espectacular de la Internet no ejerció en modo alguno el efecto deseado de convertir a Windows en irrelevante. Por el contrario, aumentó la demanda de PCs y fortaleció la posición de Microsoft en el área de los sistemas operativos desktop.
El navegador o “browser” Internet resultó ser simplemente una aplicación más para PCs, y no la plataforma capaz de eliminar a Windows que habían anunciado algunos analistas. El ordenador de red demostró ser un fracaso casi total y sólo fue una amenaza para quienes habían apostado en él sus carreras profesionales. Y el lenguaje Java se reveló como poco más que un buen lenguaje de programación limitado por su rendimiento relativamente bajo y por la insistencia de Sun en mantener sobre él un control propietario.

El terreno del servidor
Al mismo tiempo, Windows fue ganando lentamente terreno desde abajo sobre los servidores mediante Windows NT, avanzando de manera constante en el terreno fundamental de IBM: los servidores de “potencia industrial”. Aunque continúa siendo subestimado por muchos analistas, Windows sigue siendo una plataforma viable para aplicaciones serias en miles de empresas y organizaciones.
Windows 2000 aporta otro avance decisivo por parte de Microsoft, dirigido directamente al centro del negocio básico de servidores de empresa de IBM, y aumentando aún más el nivel al que los servidores de base Intel funcionando bajo Windows pueden ofrecer alternativas de bajo costo a los sistemas tradicionales S/390 y AS/400 de IBM.
Habiendo fracasado en detener a Microsoft en lo relativo al desktop, y habiendo fracasado también en encontrar algún colaborador anti-Microsoft en relación con la Internet, IBM y sus amigos se encuentran ahora al borde de una batalla por su propia supervivencia. Durante los próximos años, al adquirir madurez los servidores Wintel para convertirse en rivales serios y poder ofrecer capacidades iguales o mayores a un costo menor, los sistemas de servidor propietarios o semipropietarios, como los de IBM o los de Sun, se encontrará cada vez más a la defensiva.
Es aquí donde entra en acción Linux y donde resurgen las guerras de los sistema operativos. Paradójicamente, después del fracaso de las alternativas de plataforma relativas a la Internet, los enemigos de Microsoft vuelven a donde habían comenzado, intentando enfrentarse directamente a Windows con otro sistema operativo para plataformas Intel. Y lo que resulta aún más paradójico es que el más reciente y quizás el último colaborador anti-Microsoft al que han recurrido IBM y sus amigos para que los salve de Windows no es otro que Linux, la versión abierta de Unix de Linus Torvald, desarrollada por éste en 1991.
El ejecutivo de IBM Sam Palmisano que, según el Wall Street Journal, ha sido identificado por muchos analistas y por otros observadores como el probable heredero de Gerstner, designó a comienzos de año a Irving Wladawsky-Berger como vicepresidente de tecnología y estrategia para dirigir los esfuerzos de IBM por convertir a Linux en un rival serio de Windows. Al hacerlo, dijo al Journal que: “Este es el primer paso en nuestros planes de revitalizar el negocio de servidores de IBM.”
Y la paradoja más grande de todas es que, en la medida en que Linux podría tener éxito como alternativa anti-Windows, es mucho más probable que acelere, en lugar de retardar, el ritmo al que los potentes servidores de arquitectura Intel socavan lo que queda de la demanda de servidores de empresa propietarios y no propietarios de IBM (y de otros). Si Palmisano y Gerstner piensan realmente que promocionar a Linux puede contribuir a revitalizar el negocio de servidores de IBM, entonces IBM está ciertamente condenada al fracaso. Para arquitectura Intel, los servidores funcionando bajo Linux son potencialmente una amenaza incluso mayor al negocio de servidores de IBM que los que funcionan bajo Windows 2000.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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