La inseguridad laboral del CIO

La importancia, por su trascendencia, de la función del CIO, despierta en sus respectivas organizaciones un singular seguimiento hacia todas sus decisiones y prestación de servicios, que no descarta la formulación de críticas. Obviando posibles envidias o desconocimientos, siempre injustificables, la mayoría de los teóricamente descontentos incide en cuestionar la falta de idoneidad, según ellos, de los apoyos provenientes de las TIC. Si a ello se añade la soledad del CIO en las decisiones que tiene que afrontar, se comprende la preocupación de muchos de ellos, muchos, que cuentan con colaboradores para sacar el trabajo lo mejor posible, pero echan en falta apoyos de alto nivel jerárquico dentro de la compañía con los que poder compartir ideas y responsabilidades. Por supuesto que hay CIO –conocidos algunos a través de sus apariciones en medios de información o eventos profesionales– que por su personalidad, conocimientos, y vínculos estrechos con la cúpula directiva de la organización a la que pertenecen, son prototipos de quines no se ven afectados por ningún sentimiento de inseguridad laboral, ya que sus pasos suelen estar jalonados por el éxito. Sin embargo, abundan los casos de CIO que ven con incertidumbre su seguridad laboral.
Puede resultar difícil de entender que en un colectivo considerado como privilegiado, el de los CIO, con alto nivel de estimación profesional, existan casos a quienes les preocupa la seguridad laboral. Sin embargo –aparte de cambios en la dirección general de su compañía, o procesos de fusión-absorción, por ejemplo– analizando posibles causas con peso para influir en esos estados de ánimo, una destaca sobre el resto: mala gestión en la contratación de proveedores. Éste es el auténtico talón de Aquiles en el cumplimiento de la misión que tiene encomendada el CIO porque, si se equivoca en las contrataciones externas, y el servicio falla, su puesto, indefectiblemente, se pone en cuestión. Pierde la credibilidad interna, incluyendo la confianza que pudiera haber tenido por parte de la dirección general. El CIO que no cuenta con suficiente apoyo de los equipos jurídicos de su compañía, y se muestra inseguro o débil al redactar las contrataciones con los proveedores, corre el peligro de no poder gestionar adecuadamente, con eficiencia, los servicios que le incumben y, consecuentemente, sí tiene motivos para preocuparse por su seguridad laboral. Con el agravante de que, cuando se tiene cierta edad, si pierde un puesto de CIO, con dificultades podrá encontrar otro de ese nivel.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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