La innovación tecnológica asegura la supervivencia empresarial
La inversión en I+D, un requisito indispensable
“La innovación es un motor que, entre otros factores, te permite optimizar, reducir costes y mejorar competitividad”. Así lo pone de manifiesto Xavier Ferrás, del grupo Actel que, tras concluir un estudio sobre sesenta pequeñas y medianas empresas, determina que la innovación, seguida de la calidad son los principales factores a tener en cuenta por las compañías. “Estamos en un periodo de transición y la calidad es una condición necesaria pero ya no es la única que las compañías tienen en cuenta”, declara Ferrás. En la misma línea, otros destacados responsables de distintas compañías y procedentes de diferentes sectores han apuntado hacia la innovación como motor económico. Así, para Josep M. Tarragó, de Ficotosa, “dado que en el sector automovilístico los márgenes son pequeños, se ha de ofrecer más para diferenciarse, hacer investigación y darle al cliente algo que aún no te haya pedido. La innovación te permite diferenciar una empresa de otra. En este sector, quien no innova no hace nada”.
Además del papel de la innovación como factor diferencial para hacer frente a la competencia, uno de los puntos clave a la hora de analizar ésta en el mercado español y, con especial hincapié en Cataluña, son los costes. Según los expertos, los gastos asociados a la innovación aún son demasiado elevados, siendo el riesgo económico y la falta de fuentes de financiación apropiadas los principales obstáculos que se encuentran los empresarios a la hora de innovar. No obstante, para Oriol Guixà, de Lafarga Lacambra, “tenemos un problema en este sentido porque hay una falta de cultura de innovación en todos los niveles, por lo que se ha de desmitificar la innovación”.
Barreras al progreso
A pesar de la conciencia y necesidad existente de innovar, las empresas siguen encontrando obstáculos para llevar esto a la práctica. Así, Juan Mulet, director general de la Fundación Cotec, impulsora del desarrollo mediante el fomento de la innovación tecnológica, apunta que “el primer problema es que nuestro sistema de I+D es muy pequeño y también hay una pequeña capacidad tecnológica del sistema productivo. Faltan personas dedicadas a la investigación y, además, la gran mayoría están en el sector público, al tiempo que el I+D de los centros públicos no está orientado a las necesidades empresariales”. En este sentido, este responsable ha expresado su deseo de que aumenten los presupuestos destinados a investigación y que en 2010 se sitúe en un 3% del PIB del país.
Estos puntos se han debatido a lo largo de la Semana de la Innovación, que ha reunido en Barcelona a más de 2.500 empresarios de diferentes sectores industriales. Organizado por el Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDEM) de la Generalitat de Cataluña, el evento ha servido para llevar a cabo una serie de actos entre los que cabe destacar la presentación del estudio “El rol de las multinacionales en la innovación en Cataluña” de la Universidad de Gerona. En él se pone de relieve que un 23% de las 933 multinacionales ubicadas en Cataluña con actividad industrial subcontrató I+D durante el periodo 2000-2002 a proveedores tecnológicos y universidades catalanas. Para sus responsables, esto evidencia la fuerte apuesta de estas compañías para realizar actividades de alto valor añadido en Cataluña, una tendencia al alza que sin duda abre importantes posibilidades para la innovación.