La informática vuelve a sus orígenes
Uno de los efectos más beneficiosos que la irrupción de Internet va a tener en la industria informática, todavía no ha sido asimilado por los que van a ser sus beneficiarios. Aunque pueda parecer paradójico que con todo lo que está lloviendo -cuando se anuncian convulsiones extremas, cambios de paradigma, auge de nuevos gigantes y caída de algunos de los dominadores del mercado- se les augure un período de mayor tranquilidad a los informáticos, existen razones poderosas que pueden llevar a que se produzca este fenómeno. Una de ellas es el auge de los servicios. LA RED debe permitir que muchísimos usuarios utilicen aplicaciones sólo cuando lo necesiten. Los PCs y los Network Computers, si finalmente se desarrollan, "chuparán" de la red aquellas aplicaciones que el usuario necesite de vez en cuando y que no tengan porqué tener instaladas en su disco duro. Así, dispondrán cada vez de la versión más actualizada, y no tendrá que hacer frente a los costosos procesos de upgrading de software que sólo se utilizan ocasionalmente. A la vez, el outsourcing se generalizará para muchas más aplicaciones que a las que se aplica actualmente. Y el único mecanismo razonable de adquisición de estos bienes es el abono a un servicio -con una tarifa plana o creciente en función del número de aplicaciones y de la frecuencia de su uso-. Es decir, el mundo de LA RED generará en la próxima década un inmenso mercado de productos y servicios en alquiler. Para las empresas informáticas será, en cierta forma, una vuelta a los orígenes, cuando la forma natural de relación con los clientes era, sobre todo, el alquiler.
Aunque esos viejos buenos tiempos no volverán, el hecho de que una buena parte de los ingresos futuros de las empresas informáticas tengan un carácter más estable y predecible, permitirá que aquellas hayan sobrevivido hasta entonces puedan afrontar con menos sobresaltos sus ejercicios.