La importancia de la tecnología caching

El tráfico web, o lo que es lo mismo, el incremento de la circulación de la información en Internet, está creciendo a un ritmo del 100% cada semestre. A quienes más afecta esta situación es al mundo de la empresa, que ha descubierto un filón de oro en Internet para realizar ventas a clientes, transacciones de empresa a empresa y transformación de los modelos de negocio existentes.

Según un artículo del periódico New York Times, un empleado utiliza 55 horas al año esperando que aparezca en el monitor la información que ha solicitado a la web, lo que supone perder más de una semana de trabajo al año.
Para paliar esta situación, los directores de Sistemas de Información de las compañías están invirtiendo grandes sumas de dinero en sus infraestructuras de redes (especialmente en los vínculos de las redes de área extensa -WAN). Pero, a pesar de que el problema se identifica a menudo con un déficit de ancho de banda, lo que ocasiona los conocidos cuellos de botella, en la mayoría de casos, su incremento no es la solución.
El problema radica en que, aunque hubiese suficiente ancho de banda en un sistema y los servidores web estuviesen preparados para servir los datos, la distancia entre el usuario y su destino, junto con la cantidad de gráficos que se transfieren, hacen que el funcionamiento sea lento. Asimismo, el rendimiento también se ve afectado por otros aspectos como son la cantidad de datos solicitados y la capacidad de procesamiento de la red utilizada. Una página web expuesta en la pantalla del PC da la impresión de que es sólo un bloque de información, pero de lo que en realidad se trata es de un complejo intercambio de peticiones y respuestas (una por cada objeto de la página), a través de diversos viajes a y desde el servidor.
También hay que tener en cuenta, la capacidad de procesamiento de la red utilizada. Según un informe de Keynote Systems, la velocidad media con la que viajan los datos a través de la web es de 5.000 caracteres por segundo y la mayoría de las páginas suelen tener entre 10.000 y 50.000 caracteres. Un ejemplo, la página de Netscape consta de 48.460 caracteres, por lo que acceder a ella, en el mejor de los casos, supondría más de 9 segundos. Para acabar de entender esta situación, habría que ver qué proceso se realiza cada vez que pedimos datos a la web. Cuando un usuario solicita información de un site, la petición viaja desde el ordenador al módem, de ahí al ISP donde realiza su hosting, después, y a través de Internet, al ISP donde se alberga la página web requerida y de ahí al servidor, desde dónde vuelve finalmente al PC.
Pero antes de que se realice la petición inicial, la estación de trabajo tiene que conocer la dirección IP del servidor. Esto se consigue, enviando una consulta al servidor DNS más cercano. Al cabo de varios segundos se recibe la respuesta y ya el cliente conoce el lugar al que tiene que mandar la petición y emite al servidor un comando abierto TCP para establecer la comunicación. Cuando el servidor responde afirmativamente, se hace un envío de datos al cliente. Una vez realizada la conexión, el cliente envía una petición para solicitar la información inicial de la página web y el servidor contesta con el código HTML de la página que contiene los objetos, informando de dónde debe colocarse cada uno. Entonces, por cada objeto, el cliente tiene que emitir otro comando abierto TCP, esperar la respuesta y emitir la solicitud sobre el objeto que está esperando para ser bajado. Por eso, la latencia del acceso para una única página web está directamente relacionada con el número de objetos que aparecen en la misma.
Para hacer que estos problemas queden fuera de la Red, uno de los métodos que más se están utilizando en Estados Unidos es el caché de red, una tecnología que permite incrementar los tiempos de respuesta y recuperar de forma proactiva los datos requeridos con más frecuencia.
Los cachés son equipos que conectados a la red de área local (LAN), interceptan las peticiones destinadas al servidor web. El caché comprueba si posee los datos que se requieren y si están actualizados. Si los datos están disponibles en el caché, el usuario los recibe. Si no es así, los pide al servidor web y mantiene una copia en su memoria.
Un caché puede incrementar el total de datos suministrados a los usuarios en un 40% y rentabilizar el ancho de banda entre un 30 y un 50%. De esta forma, los gestores de red sirven más datos a través de la red manteniendo el mismo ancho de banda adquirido al proveedor de servicios de internet (ISP).
Un sistema de caché puede ser instalado en el ISP o en la red de una empresa. En el primer caso, permite atender a un mayor número de usuarios con el mismo ancho de banda WAN y en el segundo, reduce la carga de vínculos WAN, permitiendo que el tráfico no web pueda utilizar el espacio libre obtenido, reduciendo las necesidades de ancho de banda adicional, al evitar que se dupliquen las solicitudes pidiendo la misma información. De esta forma, se reduce en un 95% el tiempo necesario para actualizar las páginas web.
En una gran red, donde los accesos a Intranet son importantes, un método para asegurar que todos los usuarios han accedido a los servidores de datos es colocar servidores secundarios como ‘espejos’ del servidor principal, lo que asegura la replicación y actualización constante.

Ventajas y desventajas de la tecnología Caching
El alto coste del ancho de banda WAN, la distancia a recorrer para obtener los datos y todo aquello que concierne a la seguridad, son los problemas más típicos en el ámbito Internet.
Incluso si se redujeran las tarifas WAN, los costes seguirían siendo todavía elevados, ya que el principal problema es que la demanda de ancho de banda crece más rápidamente que la oferta de la misma, lo que propicia una disminución de la productividad de los empleados y frena el crecimiento de Internet en el país.
Por otro lado, la incorporación de cachés a la infraestructura de red incrementaría la cantidad de información tratada, al tiempo que lograría mejoras en el tiempo de respuesta al usuario y reducciones en la carga de los accesos internacionales. Además, a través de la incorporación de cachés a la infraestructura de red, se abastece y entregan los contenidos requeridos desde los cachés situados cerca del usuario y se consigue que el tráfico se descargue en las líneas caras y de larga distancia, por lo que los usuarios incrementan su rendimiento.
En relación a la seguridad, los equipos de caché permiten reforzar las políticas de seguridad de las compañías, controlando que el material e información que sea inapropiado no acceda a la red. Tanto los ISPs como las compañías que distribuyen sus servicios a través de Internet, necesitan asegurar que sus infraestructuras puedan mitigar las desventajas, proporcionando el mismo servicio tanto a sus empleados como a sus clientes, independientemente de dónde estén localizados.
En definitiva, las ventajas que ofrecen las soluciones caché son principalmente de dot tipos. Por un lado permite mantener copias de datos localemente, así como el envío de los mismos tantas veces como se quiera o a tantos usuarios como se necesite realizar el reenvío. En segundo lugar, este tipo de soluciones permite a los administra

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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