La gestión de servidores virtuales exige políticas y herramientas de automatización
Uno de los principales inconvenientes de la virtualización es el crecimiento incontrolado de servidores virtuales o "sprawl"
“Encontramos que este crecimiento se debe más a comportamientos humanos que a barreras tecnológicas”, señala John Suit, Chief Technology Officer (CTO) y fundador principal de la compañía Fortisphere. “Hay mucho que hacer con las expectativas de los propietarios de las aplicaciones”. Así, los especialistas en TI más exitosos definen expectativas muy claras y no se desvían de ellas, afirma Jay Litkey, fundador y CEO de Embotics. “Tenemos empresas con miles de máquinas virtuales que no sufren este problema”, señala. “Son muy disciplinados, hacen mucha planificación y tienen muchos procesos”.
Barreras
El mayor obstáculo a vencer puede ser el de las políticas, ya que las empresas tienen que definir políticas que apaguen o desactiven las máquinas virtuales que no se utilicen durante una determinada cantidad de tiempo. Sin planificación, el sprawl de servidores virtuales puede volverse incontrolable.
De acuerdo con una encuesta realizada por Network Instruments en Estados Unidos entre 120 ingenieros de red, administradores y ejecutivos de TI, se descubrió que un 55% de ellos había virtualizado servidores de misión crítica. Pero esta virtualización causó más problemas que beneficios para más de la mitad de los participantes.
El sprawl es uno de los problemas más comunes de la virtualización y las máquinas virtuales inoperativas siguen ocupando memoria y espacio, y deben controlarse.
Y es que, aunque la virtualización puede simplificar la vida en muchos aspectos, incluida la recuperación de desastres, la mayoría de los expertos cree que también introduce muchas nuevas complicaciones. Con la virtualización “hay dos capas de infraestructura”, señala Dave Malcolm, CTO de Surgient. “Hay que ser capaz de seguir la pista de las relaciones de las máquinas virtuales con las máquinas físicas”. Otro problema es mantener el rendimiento a través de esas capas de abstracción.
“Si la virtualización no fuese difícil de manejar o no tuviese sus propias complicaciones, nosotros no estaríamos en este negocio”, afirmó Litkey. “En muchos aspectos, seguimos aprendiendo sobre la marcha. Las empresas se enfrentan cada día con nuevos retos”.