La formación como responsabilidad de instituciones públicas y privadas

Según abogan Aniel, el COIT y la Politécnica de Madrid

La Propuesta de Acciones para la Formación de Profesionales de Electrónica, Informática y Telecomunicaciones ha visto sus primeros resultados. La iniciativa la han promovido conjuntamente la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (ANIEL), el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), con objeto de cuantificar no sólo la demanda de personal técnico profesional para las empresas del sector, sino también para conocer las pautas que están siguiendo las empresas del sector para cubrir sus necesidades.

Las previsiones se suceden. Ya no resulta fácil cuantificar las necesidades de personal cualificado para los próximos años. Al estudio de IDC, tomado como referencia, le han seguido otros. Si la consultora indicaba un déficit de unas 100.000 personas en nuestro país para el año 2003, el estudio del Observatorio Europeo de Tecnologías de la Información (EITO) contempla un déficit de 1,6 millones de trabajos equivalentes en el 2002 para Europa occidental, y otro lanzado recientemente en EEUU indica que existían 190.000 puestos de trabajo en estas áreas sin cubrir en las empresas de ese país.
En cualquier caso, los debates y la petición de actuaciones urgentes por parte de las autoridades se están sucediendo en todos los puntos del globo. Si en algunos países se han tomado medidas como las de abrir la puerta a un número creciente de titulados de otros países (como ejemplo, el caso de las “green card” en EEUU o en Alemania), en España, organismos como Aniel, el COIT y la UPM han optado por desgranar la demanda que pueda producirse en el ámbito de los recursos humanos cualificados y poner remedio a la misma.
“Los resultados que se pretendían obtener con el estudio son de dos tipos: un mayor conocimiento segmentado de la demanda de profesionales para los próximos años en las empresas del sector (no se consideran empresas de otros sectores) y un análisis de la evolución de los perfiles profesionales”, apunta Gonzalo León, catedrático del Departamento de Ingeniería de Sistemas Telemáticos de la Universidad Politécnica de Madrid, encargado de elaborar la Propuesta de Acciones para la Formación de Profesionales de Electrónico, Informática y Telecomunicaciones (PAFET).
El primero de los objetivos se ha abordado a partir del procesamiento de una encuesta enviada a 600 empresas españolas del sector de la electrónica, informática y telecomunicaciones. El segundo de los objetivos se pretende abordar a partir, no sólo de los resultados de la mencionada encuesta, sino del análisis de la evolución previsible de la tecnología en todo el mundo y de las habilidades requeridas en los perfiles profesionales.
El valor diferencial de este estudio con respecto a otros reside en la utilización de los resultados. “El estudio en sí mismo no modificará la situación existente en nuestro país a menos que se pongan en marcha algunas de sus recomendaciones. Recomendaciones que van dirigidas a tres tipos de actores: la Administración General del Estado con responsabilidades en este tema (tanto el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte como el de Ciencia y Tecnología), las universidades y otros centros educativos, y las propias empresas del sector. En último término, también a los propios trabajadores en la medida en la que les permita conocer la evolución previsible del merado laboral y la evolución de los perfiles profesionales requeridos” afirma el encargado de la elaboración del PAFET.
Lo cierto es que la universidad no va a ser la única responsable de aplacar la falta de profesionales en tecnologías de la información y las comunicaciones, comparte este privilegio con otros actores. “La responsabilidad en disponer de profesionales con los conocimientos adecuados y en el número requerido no puede relegarse exclusivamente en el sistema educativo público. La pretensión de que son los centros universitarios, y sólo ellos, quienes deben asumir la formación y el entrenamiento requerido para el puesto de trabajo, no sólo no es posible, sino que tampoco es conveniente. Igual consideración debe hacerse para el caso de la formación profesional aunque en este caso primando el conocimiento práctico de determinadas técnicas concretas”, reivindica Gonzalo León.

La e-universidad
Paradójicamente el Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, perteneciente a un ramo que experimenta un índice de desempleo cero, se ha unido a la iniciativa para tratar de detectar el perfil de profesionales que en un futuro serán demandados.
Con respecto al impacto de las nuevas tecnologías en la universidad y la demanda de recursos técnicos, el Decano del Colegio de Ingenieros, Enrique Gutiérrez Bueno mantiene que no se trata de un “problema de tecnólogos o ingenieros de telecomunicaciones, sino de emprendedores que puedan dirigir una empresa. Para dirigir una empresa de la nueva economía, por ejemplo, es conveniente tener conocimientos en esta materia, pero no es algo imprescindible, lo más significativo es que se trate de personas con ideas brillantes y esto también debe ser fomentado desde el entorno universitario”
Para Gutiérrez Bueno, la universidad tradicional, como tantas otras instituciones, todavía tiene que adaptarse a las nuevas formas de operar. “Muchos cursos especializados –afirma- o masters, por ejemplo, sí se han adaptado rápidamente a la sociedad telemática en la que vivimos, y eso es algo que se hecha de menos en las universidades”.
Sin embargo, algunos piensan que la reforma universitaria debería producirse desde los propios planes de estudios, pues dudan que la preparación sea óptima, alegando que los licenciados logran incorporarse rápidamente en las empresas por la demanda que de ellos existe, pero no porque realmente puedan aportar gran cosa durante los primeros meses a la organización. Contrariamente el Decano destaca la “calidad en la formación del ingeniero de telecomunicación. Lo único que a mi juicio falta es que el Colegio de un mayor impulso a la creación de las infraestructuras necesarias para avanzar más en la nueva economía, por ejemplo alcanzando mayores niveles de ancho de banda”.
Para Gonzalo León, por su parte, la responsabilidad de disponer de profesionales con los conocimientos adecuados y en el número requerido no puede relegarse exclusivamente en el sistema educativo público. “La pretensión –señala León- de que son los centros universitarios, y sólo ellos, quienes deben asumir la formación y el entrenamiento requerido para el puesto de trabajo, no sólo no es posible, sino que tampoco es conveniente. Igual consideración debe hacerse para la formación profesional aunque en este caso primando el conocimiento práctico de determinadas técnicas concretas”.
Formalmente el estudio arrancó el pasado mes de octubre y aunque la primera fase ya ha concluido, a lo largo de todo el año se espera que continúen las actividades, partiendo de los resultados que se obtengan y las recomendaciones que se propongan. Al margen del estudio, sus promotores han puesto en marcha el Observatorio Permanente, “para mantener una valoración continua de la evolución de los resultados, y poder tomar las medidas necesarias para que no vuelva a suceder lo mismo d

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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