La formación bajo el prisma del ROI
Si bien en un período de bonanza económica, la justificación del coste en la formación pasaba casi desapercibida, de un tiempo a esta parte y, debido en gran medida a los reajustes de plantillas y salarios llevados a cabo por las empresas, los directores de TI se han visto en la tesitura de demostrar el retorno de inversión de cualquier gasto existente, inclusive el de la formación. Ante esta situación, varios directores de compañías de Tecnologías de la Información, que invirtien entre 450.000 y 600.000 dólares anuales en formación, han presentado un cojunto de iniciativas para amortizar la inversión en formación.
Una de la primeras propuestas presentadas y, que en mejor medida permite conocer la eficacia de un método de aprendizaje de TI, consiste en el establecimiento de procesos de control a través de exámenes y entrevistas informales posteriores a la formación. La siguiente iniciativa encaminada a maximizar el proceso formativo tiene como objetivo la puesta en práctica, en el menor tiempo posible, del aprendizaje adquirido. En este sentido, la compañía deberá señalar que tipo de cualificaciones necesita aplicar con mayor urgencia.
Para entrar a evaluar el retorno de inversión de un programa de formación, si bien éste varía en función de las metas u objetivos previstos con antelación por la empresa, en la mayoría de los casos, los directores de TI coinciden en señalar que, un proceso de aprendizaje goza de un valor añadido, siempre que se transforme en una mejora en el rendiemiento de los trabajadores.
Para Scott Hicar, vicepresidente y CIO de Maxtor, “el objetivo que busca alcanzar su empresa con la puesta en marcha de un programa de formación no es otro
que mantener activa las habilidades de sus empleados y el interés por su trabajo, con la presentación de una amplia gama de métodos de apredizaje como cursos a través de la Web, sesiones formativas o grupos de trabajo”. Aunque si se tuviera que destacar algún método por encima de otros, éste sería el de los grupos de trabajo reducidos con personal técnico cualificado, ya que permiten a los empleados resolver sus problemas o dudas al instante.
Gastos inherentes a la formación
Si se tuviera que calcular el retorno de la inversión de un proceso de formación de TI, no se debería olvidar la pérdida de productividad que supone para la empresa cada uno de los empleados que está recibiendo el curso y que por tanto, no está ejerciendo su labor. En este sentido, el grupo de directores de TI cosultados afirman, que la compañía, antes de poner en marcha un program de aprendizaje, debería preguntarse si va a recuperar el gasto realizado durante el primer año.