La firma electrónica móvil ya es una realidad
Vodafone es el primero en comercializar el servicio entre sus clientes corporativos
La posibilidad de realizar transacciones a través del móvil que requieren la identificación, y/o la aprobación o firma del usuario ya es posible. Aprovechando la consolidación de una tecnología como el teléfono móvil, su facilidad de uso y movilidad, Vodafone acaba de comercializar su servicio de firma digital móvil.
La necesidad de conferir seguridad a las comunicaciones por Internet, donde las personas físicas y jurídicas intercambian información y realizan transacciones, es una necesidad. En el mundo virtual, las personas y organizaciones, al igual que en el mundo real, tienen que estar seguras de que la persona o entidad con la que están intercambiando la información es quién dice que es. La no presencia física de ambos interlocutores exige dotar a los medios telemáticos de un instrumento que garantice, como en el mundo real lo hace la firma manuscrita, la identidad del interlocutor.
Hoy, la firma electrónica se configura como el único medio que permite comprobar la procedencia y la integridad de los mensajes intercambiados a través de redes de telecomunicaciones. Pero la e-firma, tal y como está concebida ahora, requiere que el usuario tenga acceso a un PC, que posea un certificado de software cargado o que tenga conectado un lector para leer tarjetas criptográficas, que su PC disponga de una conexión a una Red para la validación de los certificados, un teclado y una pantalla, aparte de unos conocimientos mínimos de informática para la instalación y uso del certificado. Unos requerimientos que “limitan mucho el despegue del uso de la certificación”, afirma José Ignacio Gafo, business manager de value added solutions de Vodafone España. “Además, la aún baja penetración de Internet en el hogar condiciona el uso de la e-firma. Por ello, desde Vodafone, pensamos que había que buscar un soporte cuyo uso estuviera más extendido en la población y que proporcionase no sólo facilidad de uso, sino también la posibilidad de intercambiar información o realizar operaciones en cualquier momento y lugar”. Así, ha nacido la firma electrónica móvil, que supone un verdadero salto cualitativo en la firma electrónica, tanto por la seguridad percibida por los clientes como por la ubicuidad que proporciona la movilidad.
Banca y AA.PP., los impulsores
La firma electrónica móvil permite sustituir cualquier proceso que necesite una autorización o firma en cualquier lugar, como por ejemplo, el pago de impuestos o cualquier proceso interno de las empresas que requiera de firma, como cartas de RR.HH., facturas, valijas, aprobación de gastos, etc. En este sentido, las empresas se convierten en terreno abonado para la implantación de la firma electrónica móvil. De hecho, ya existen primeras experiencias en este sentido, como la del Banco Sabadell. “El primero de ese 25% de los clientes corporativos de la compañía que –según Gafo– utilizará el servicio en el plazo de un año”.
Si bien es cierto que los clientes internos corporativos serán los primeros usuarios de la firma electrónica móvil, en el corto plazo las grandes corporaciones irán incluyendo en este universo de usuarios a sus clientes corporativos, antes de dar el salto al cliente final. La banca y la Administración Pública liderarán este tipo de iniciativas y serán quienes, en último lugar, promuevan su utilización entre la población. “El uso de la firma digital móvil por parte del usuario final dependerá del impulso que reciba de los proveedores de servicio como las empresas o AA.PP.”, afirma Gafo, quien se atreve a predecir que, “en el plazo de tres años, el 30% de las transacciones se hará con firma electrónica”.
Plataforma multicertificado
Vodafone España ya comercializa el servicio de firma electrónica móvil a través de USIM, una tarjeta SIM compatible con la práctica totalidad de los terminales existentes en el mercado, que “integra un microprocesador y una aplicación de firma, para generar transacciones y almacenar cualquier tipo de certificado que garantice la seguridad y la autenticidad de la transacción”, explica Gafo. Hasta la fecha, Vodafone tiene suscritos acuerdos con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que, es el principal prestador de servicios de certificación en España, con más de 1,2 millones de certificados activos, y con Camerfirma. No obstante, como puntualiza Gafo, “la oferta de Vodafone es una plataforma multicertificado, capaz de trabajar con hasta 12 certificados diferentes”. El funcionamiento de la firma electrónica móvil es sencillo, ya que, a través de la clave privada o PIN de firma generada y almacenada en la SIM, los clientes de Vodafone pueden firmar desde su teléfono móvil, con una seguridad comparable a la de firma manuscrita tradicional. Las nuevas tarjetas SIM con la aplicación de firma electrónica móvil de Vodafone se pueden adquirir a través de los canales habituales de la compañía. El precio de activación del servicio, incluida la USIM, es de 4 euros.
“La e-firma móvil supone la desaparición del papel como medio de evidencia”
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Banco Sabadell está inmerso en un proyecto con el que pretende dotar de verdadera movilidad a su fuerza de ventas, de forma que puedan acceder a información sobre las operaciones en cualquier momento y lugar. El primer paso para materializar esta estrategia ha sido dotar a su fuerza de ventas de 5.000 terminales Blackberry 8310 y tarjetas USIM con características criptográficas sobre los que la entidad financiera irá incorporando servicios. El proyecto se ha articulado en tres fases: una centrada en actividades internas de la compañía que requieren la confirmación autógrafa del empleado; otra en la que se extenderá a procesos con más implicación en negocio, como la autorización de operación de riesgo como la concesión de créditos y, una última etapa en la que, según Carles Abarca, CTO del Banco Sabadell, “pretendemos que las firmas realizadas desde los teléfonos móviles se puedan utilizar en actividades con terceros”. Entre los beneficios del uso de la firma digital móvil, Abarca señala dos: “La reducción del tiempo de ejecución y la desaparición del papel como medio de evidencia, lo que evitará reducir la cantidad de información que se almacena y el espacio físico dedicado, además del desplazamiento entre oficinas de millones de documentos”.
La necesidad de conferir seguridad a las comunicaciones por Internet, donde las personas físicas y jurídicas intercambian información y realizan transacciones, es una necesidad. En el mundo virtual, las personas y organizaciones, al igual que en el mundo real, tienen que estar seguras de que la persona o entidad con la que están intercambiando la información es quién dice que es. La no presencia física de ambos interlocutores exige dotar a los medios telemáticos de un instrumento que garantice, como en el mundo real lo hace la firma manuscrita, la identidad del interlocutor.
Hoy, la firma electrónica se configura como el único medio que permite comprobar la procedencia y la integridad de los mensajes intercambiados a través de redes de telecomunicaciones. Pero la e-firma, tal y como está concebida ahora, requiere que el usuario tenga acceso a un PC, que posea un certificado de software cargado o que tenga conectado un lector para leer tarjetas criptográficas, que su PC disponga de una conexión a una Red para la validación de los certificados, un teclado y una pantalla, aparte de unos conocimientos mínimos de informática para la instalación y uso del certificado. Unos requerimientos que “limitan mucho el despegue del uso de la certificación”, afirma José Ignacio Gafo, business manager de value added solutions de Vodafone España. “Además, la aún baja penetración de Internet en el hogar condiciona el uso de la e-firma. Por ello, desde Vodafone, pensamos que había que buscar un soporte cuyo uso estuviera más extendido en la población y que proporcionase no sólo facilidad de uso, sino también la posibilidad de intercambiar información o realizar operaciones en cualquier momento y lugar”. Así, ha nacido la firma electrónica móvil, que supone un verdadero salto cualitativo en la firma electrónica, tanto por la seguridad percibida por los clientes como por la ubicuidad que proporciona la movilidad.
Banca y AA.PP., los impulsores
La firma electrónica móvil permite sustituir cualquier proceso que necesite una autorización o firma en cualquier lugar, como por ejemplo, el pago de impuestos o cualquier proceso interno de las empresas que requiera de firma, como cartas de RR.HH., facturas, valijas, aprobación de gastos, etc. En este sentido, las empresas se convierten en terreno abonado para la implantación de la firma electrónica móvil. De hecho, ya existen primeras experiencias en este sentido, como la del Banco Sabadell. “El primero de ese 25% de los clientes corporativos de la compañía que –según Gafo– utilizará el servicio en el plazo de un año”.
Si bien es cierto que los clientes internos corporativos serán los primeros usuarios de la firma electrónica móvil, en el corto plazo las grandes corporaciones irán incluyendo en este universo de usuarios a sus clientes corporativos, antes de dar el salto al cliente final. La banca y la Administración Pública liderarán este tipo de iniciativas y serán quienes, en último lugar, promuevan su utilización entre la población. “El uso de la firma digital móvil por parte del usuario final dependerá del impulso que reciba de los proveedores de servicio como las empresas o AA.PP.”, afirma Gafo, quien se atreve a predecir que, “en el plazo de tres años, el 30% de las transacciones se hará con firma electrónica”.
Plataforma multicertificado
Vodafone España ya comercializa el servicio de firma electrónica móvil a través de USIM, una tarjeta SIM compatible con la práctica totalidad de los terminales existentes en el mercado, que “integra un microprocesador y una aplicación de firma, para generar transacciones y almacenar cualquier tipo de certificado que garantice la seguridad y la autenticidad de la transacción”, explica Gafo. Hasta la fecha, Vodafone tiene suscritos acuerdos con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que, es el principal prestador de servicios de certificación en España, con más de 1,2 millones de certificados activos, y con Camerfirma. No obstante, como puntualiza Gafo, “la oferta de Vodafone es una plataforma multicertificado, capaz de trabajar con hasta 12 certificados diferentes”. El funcionamiento de la firma electrónica móvil es sencillo, ya que, a través de la clave privada o PIN de firma generada y almacenada en la SIM, los clientes de Vodafone pueden firmar desde su teléfono móvil, con una seguridad comparable a la de firma manuscrita tradicional. Las nuevas tarjetas SIM con la aplicación de firma electrónica móvil de Vodafone se pueden adquirir a través de los canales habituales de la compañía. El precio de activación del servicio, incluida la USIM, es de 4 euros.
“La e-firma móvil supone la desaparición del papel como medio de evidencia”
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Banco Sabadell está inmerso en un proyecto con el que pretende dotar de verdadera movilidad a su fuerza de ventas, de forma que puedan acceder a información sobre las operaciones en cualquier momento y lugar. El primer paso para materializar esta estrategia ha sido dotar a su fuerza de ventas de 5.000 terminales Blackberry 8310 y tarjetas USIM con características criptográficas sobre los que la entidad financiera irá incorporando servicios. El proyecto se ha articulado en tres fases: una centrada en actividades internas de la compañía que requieren la confirmación autógrafa del empleado; otra en la que se extenderá a procesos con más implicación en negocio, como la autorización de operación de riesgo como la concesión de créditos y, una última etapa en la que, según Carles Abarca, CTO del Banco Sabadell, “pretendemos que las firmas realizadas desde los teléfonos móviles se puedan utilizar en actividades con terceros”. Entre los beneficios del uso de la firma digital móvil, Abarca señala dos: “La reducción del tiempo de ejecución y la desaparición del papel como medio de evidencia, lo que evitará reducir la cantidad de información que se almacena y el espacio físico dedicado, además del desplazamiento entre oficinas de millones de documentos”.
