La explosión de Indra
Indra, la mayor compañía de capital español de tecnologías de la información, está siendo objeto de uno de los procesos más sorprendentes que ha acontecido en las empresas españolas en la historia reciente . A principios de los años noventa, la compañía, en plena crisis, necesitaba una inyección económica, y se buscaba un socio internacional que aportara el capital que no estaba dispuesto a aportar ni la banca ni los inversores españoles . Entonces se seleccionó a la francesa Thomson que accedió a inyectar 3 . 000 millones de pesetas para tomar el 24,99% del capital . Eso suponía valorara Indra en 12 . 000 millones de pesetas .
La semana pasada Caja Cantabria cerró la compra de un 3% de Indra al BBV, y pagó 9 . 000 millones de pesetas, lo que supone valorar el grupo en 303 . 000 millones de pesetas . Es decir un aumento del 2 . 525 por ciento, o lo que es lo mismo, ha multiplicado su valor veinticinco veces en este periodo . La compañía facturó 60 . 666 millones en 1997 y su beneficio neto fue de 2 . 052 millones . El problema ahora es como explicar que una compañía que gana dos mil millones de pesetas pueda valer más de trescientos mil, cinco veces su facturación, y no sólo de forma teórica, sino que exista alguien que esté dispuesto a pagarlo . Es verdad que en ese periodo, la deuda prácticamente se ha reducido a cero, que la cartera de pedidos con 125 . 000 millones, asegura el crecimiento, y que la reconversión se ha cerrado con éxito . Es cierto también que las compañías dedicadas a software y servicios informáticos tiene valores bursátiles muy por encima de sus resultados, y aquí en España tenemos ejemplos de ello . De hecho, Meta 4, la empresa de software de gestión de recursos humanos, que facturaba alrededor de 3 . 000 millones de pesetas el año pasado, fue valorada en 30 . 000 millones para la toma de la participación de Baan .