La excelencia en la innovación mejora el EBIT hasta en 4 puntos, del 15% al 19%

El aumento del beneficio basado en I+D es clave en las empresas

Las empresas más innovadoras consiguen unas ventas de nuevos productos y servicios 2,5 veces superior y una eficiencia innovadora 10 veces mayor que las empresas que lo son menos. Esta es al menos una de las conclusiones que se recogen en el estudio realizado por la consultora Arthur D. Little y en el que han participado más de 800 empresas de todo el mundo.

Tras años de recortes de gastos, reestructuraciones y reducción de volumen, ahora la innovación encabeza la agenda corporativa del crecimiento. Si bien muchas son las compañías que se esfuerzan por alcanzarlo, sólo unas pocas lo consiguen. Las que lo hacen mejor, son historias de éxito corporativo: no sólo tienen más y mejores productos, sino que además convencen con resultados mejores a partir de su inversión en innovación. Bajo esta premisa, durante el año 2004, Arthur D. Little llevó a cabo su tercera investigación global sobre Excelencia en la innovación y en la que han participado más de 800 empresas de todo el mundo, donde se pone de manifiesto que la excelencia en innovación puede elevar el margen de beneficio bruto (EBIT) en 4 puntos porcentuales, del 15% al 19%, al afectar tanto al crecimiento de los ingresos como al descenso del tiempo de desarrollo y reducción del coste de producto. Si bien en el estudio se detectan diferencias sustanciales entre las distintas industrias en lo relativo a las inversiones y gestión en la eficiencia de la innovación, el crecimiento del beneficio mediante la mejora de las capacidades innovadores es una actividad de alta prioridad para todas ellas. Las empresas invierten como media un 4,5% de sus ingresos por ventas a I+D. Esto les proporciona nuevos productos (de media, el 35% de las ventas de las empresas proviene de productos no disponibles cinco años atrás), nuevos servicios, mejores procesos, nuevos negocios y propiedad intelectual de valor.
Otro de los datos principales que arroja el estudio global llevado a cabo por Arthur D. Little, es que los más innovadores consiguen unas ventas de nuevos productos y servicios 2,5 veces superior, además de conseguir un retorno de la inversión en innovación 10 veces mayor a los obtenidos por las compañías menos innovadoras (expresado a razón del nivel de ventas generado por productos lanzados al mercado en los últimos cinco años y el presupuesto invertido en I+D respecto al total de ventas).

Por sectores
Algunas industrias como energía y logística sólo gastan un porcentaje ínfimo de su ingresos por ventas en I+D, mientras otras como la industrias farmacéutica y aeroespacial gastan el 10% o más. Por su parte, la industria química reemplaza de forma habitual cerca del 5% de su línea de productos cada año, cuando en otros subsectores de la industria de la electrónica la relación llega al 50%.
De la misma manera, los resultados del estudio muestran que los factores considerados más importantes por el 25% de las empresas más innovadoras incluyen el contacto directo con los clientes, una estrategia clara para el desarrollo de nuevos productos y servicios, la creatividad de los empleados y una política de innovación alineada con la estrategia corporativa.

Ejemplos
Por otra parte, estudios recientes señalan que el 15% del tejido industrial español está amenazado por el fenómeno de la deslocalización empresarial, y que España se sitúa a la cola de la Europa de los 15 en el cumplimiento de los objetivos de la cumbre de Lisboa, incluyendo la innovación y los efectos de esa innovación en las empresas que la aplican.
El estudio hace referencia también a las mejores prácticas en la gestión de la innovación, donde se explica el enfoque estratégico en empresas como Tetra Pak, el departamento médico de 3M, Toyota y BMW y ZF.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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