La demora en culminar la reorganización de Eritel por parte de su Presidente Ejecutivo, Javier Monzón, nos estaba pareciendo una temeridad.

Continuar transitando sin aparente rumbo definido, como lo venía haciendo desde el inicio de la pretendida fusión Entel-Eria, significaba contribuir al riesgo de dejar de ganar clientes y dinero. Es posible que algunas de las afirmaciones hechas recientemente a nuestro semanario por representantes del Comité de Empresa (CW nº 511), resuman ilustrativamente la situación que quiere erradicar el nuevo Presidente: hay una falta total de integración de las dos plantillas. [...] si no logramos ponernos de acuerdo antes de finales de 1993, cabe la posibilidad de que Eritel acabe siendo vendida.

Al hacerse pública ¡por fin! la nueva reorganización, no entiendo porqué no figuraba, debajo del presidente, otro rectángulo, sin nombre, con el puesto de Vicepresidente Ejecutivo y Consejero Delegado, para el que fue nombrado, días después, Josep María Vilá. Podían existir dudas respecto a la aceptación del candidato, pero no del puesto. ¿Por qué no se dijo? ¿Más incertidumbre?. Pueden hacerse diversas conjeturas sobre el porqué de la elección de una persona ajena a la empresa para el puesto de Consejero Delegado, aunque nadie duda de su capacidad y profesionalidad, ampliamente demostradas. Pero ahora solamente haré una pregunta: ¿cuánto tiempo necesitará el recién llegado para conocer perfectamente el entramado operativo de la empresa y, sobre todo, a sus profesionales?

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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