La crisis obliga a las empresas a migrar sus inversiones en SOA a proyectos BPM

El Gobierno SOA y un enfoque de negocio son las claves de estos proyectos

Actualmente las organizaciones están obligadas a adaptarse a los continuos cambios del mercado, por lo que precisan orientar sus procesos a unas condiciones dinámicas que les permitan responder y dar soporte rápidamente a las necesidades de su negocio. Por ese motivo, y tras un largo periodo hablando de SOA (en inglés, Service Oriented Architecture), llega el momento de echar la vista atrás y valorar en qué estado se encuentra este conjunto de prácticas que desde hace aproximadamente tres años comenzó a despertar un gran interés en todo tipo de organizaciones.
Según IDC, el desarrollo de SOA es una de las formas más efectivas para tener éxito en la automatización de los procesos de negocio, aportando a los mismos numerosos beneficios, como los que la consultora Gartner destaca, que son una mejora de la eficiencia en la ejecución de procesos de negocio, la reducción de los tiempos de puesta en el mercado o de los ciclos de proyecto, la posibilidad de adoptar modelos de negocio de más rápido crecimiento, el cambio en la cultura TI hacia la reutilización de los desarrollos y la reducción del coste total de desarrollo y mantenimiento de aplicaciones.
A pesar de que SOA no versa sobre una tecnología concreta sino que es un paradigma y una forma de trabajar en arquitectura de TI, podemos encontrar en el mercado numerosos proveedores que ofrecen las herramientas necesarias para desplegar proyectos de este tipo, como HP, Microsoft, Oracle o IBM. Para alguna de ellas, como Software AG o GFI, la justificación de SOA es precisamente el BPM (Business Process Management). En este sentido, para Ubaldo Serna, director de consultoría de GFI Informática, “el enfoque SOA y BPM es a día de hoy un planteamiento clave y totalmente necesario para las organizaciones medias-grandes, de cara a la mejora de eficiencia y costes en el desarrollo de los sistemas de información y el mantenimiento y evolución de los mapas de sistemas. Sería el equivalente a un buen plan de urbanismo cuando se trata de hacer evolucionar las infraestructuras y servicios de una gran ciudad”, explica.

Estado actual
En 2010, “el nivel de implantación de SOA en nuestro país es bastante maduro”, asegura Gonzalo Landaluce, vicepresidente de ventas de Software AG España, “casi todas las grandes organizaciones tienen implantado algún bus de integración y ahora estamos en la fase de gestionar el gobierno de SOA”. Además, Serna apunta que “el soporte legislativo, como con el reciente Real Decreto para el Esquema Nacional de Interoperabilidad, está llevando a construir un tejido SOA en toda la Administración Pública”. Por su parte, Manuel Rubio, responsable a nivel europeo de SOA en HP, comenta que “los sectores sector público, ‘telco’ y las entidades financieras han sido los que mayor número de proyectos de este tipo han emprendido”.
Si bien este año podemos hablar ya de cierta madurez en SOA, “la retracción general que en presupuestos y actitud ha provocado la crisis financiera está llevando a retrasar la tendencia de SOA”, apunta Luis Fernández Sanz, coordinador del grupo de calidad de software de la Asociación de Técnicos de Informática (ATI); aunque afortunadamente “esta crisis llegó cuando SOA era ya una clara realidad en el mercado”, añade Joaquín Lacambra, director de WebSphere SPGI de IBM.
Por otro lado, dado que ahora mismo la optimización y mejora de la situación económica de las compañías es una de las principales preocupaciones del CIO, Manuel Rubio indica que “muchas empresas no han frenado sus inversiones en SOA sino que lo que han hecho es migrar a proyectos BPM para optimizar costes”.

¿Cuáles son las claves?
Uno de los primeros pasos es “comprender qué se quiere obtener, algo que no se tenía muy claro cuando nació SOA,” explica Rubio, “y además, hay que tener un claro enfoque de negocio”. Landaluce destaca la importancia del denominado “Gobierno SOA, ya que hablamos de arquitecturas con un gran número de elementos de software “vivos” (componentes, interfaces, metadatos, modelos, reglas, etc.) y de políticas de diseño y ejecución que hay que gestionar”. Al mismo tiempo, hay que tener en consideración en el análisis del proyecto otros aspectos como “los económicos, técnicos, de seguridad y legales asociados a SOA”, comenta Fernández Sanz.
Otro punto importante es cómo encajan SOA y cloud computing. Para Ubaldo Serna, “las compañías están comenzando a experimentar con cloud en el ámbito de infraestructuras (máquinas, disco) y plataformas (correo, escritorio virtual, colaboración). Cuando estas iniciativas maduren, se abordarán otros niveles de cloud, más centrados en el Software as a Service, que requerirán una arquitectura SOA en funcionamiento para permitir la integración de los servicios y software en la nube con aquellos que tendremos in-house”. Por otra parte, desde la perspectiva de HP, “las empresas que hayan adoptado SOA, ahora les resultará mucho más sencillo el paso a cloud”, explica Manuel Rubio.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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